Capítulo 4.

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Harry tenía sus piernas arriba del sillón y estaba comiendo un pedazo de pizza, había amanecido con apetito ese día y le había parecido extraño, él desde hace tiempo había dejado de sentir hambre.

Su mirada estaba puesta sobre un programa al azar en la televisión, realmente no le estaba tomando atención.

Deja de masticar la masa que tenía dentro de la boca cuando su mirada se posa sobre la mesita de centro, exactamente debajo de esta.

Ahí entre múltiples latas de cerveza y botellas de ron vacías estaba ese pedazo de papel totalmente arrugado y casi destrozado, destrozado de la misma forma en la que quedaba Harry cada vez que leía lo que tenía en su interior.

El apetito abandona su cuerpo y decide que es tiempo de ingerir alcohol, necesitaba olvidarse de todo y prefería mil veces emborracharse que caer de nuevo en las drogas.

Aunque el alcohol en sí era una especie de droga, se encoge de hombros y abre una pequeña lata de cerveza, lleva esta a sus labios y cierra sus ojos bebiendo lo máximo que podía.

Totalmente tentado va hacia su sala y toma la carta entre sus manos, vuelve a leerla aunque casi ya se sabía todo lo que decía de memoria.

Agradezco que te hayas marchado de nuestras vidas, porque ninguno de nosotros aguantaba verte, estamos decepcionados de ti y no lamentamos haberte rechazado, ¿en serio Harry? ¿drogas? Pensábamos que estabas enfermo, pensábamos que tenías algo peor y sólo eres otro drogadicto más.

El ojiverde aprieta con fuerza la hoja entre sus manos y sus lágrimas bajaban por sus mejillas.

Te dejaremos este dinero para que nunca más te vuelvas a aparecer por nuestra puerta, ya no somos tu familia, olvida que era un Styles.

Se había saltado muchísimas más palabras, palabras que si volvería a leer lastimarían aún más su frágil corazón.

Recuerda ese día a la perfección, recuerda haber estado en la habitación que compartía con Johnathan, recuerda como su madre le había dicho que le entregara esa carta a él, recuerda que no la quiso leer y Johnathan la guardó en el cajón en dónde estaban todas las sustancias que consumían.

Esa misma noche una llamada entrante invadió su celular y le habían informado que su familia había fallecido en la carretera, los neumáticos de deslizaron por el pavimento debido a la intensa lluvia y los frenos fallaron.

Su hermana, su padre y su madre habían fallecido y jamás pudo pedirles perdón por todo lo que había hecho, estaban peleados cuando todo ocurrió  y el destino no le dió el tiempo suficiente para arreglar las cosas con su familia.

Se arrepentía tanto de haber conocido a Johnathan, todo comenzó con una simple amistad de fiestas, en cada fiesta que iba él estaba ahí y realmente se había encariñado con él, por lo cual cuando por primera vez le ofreció un polvo rosado y se negó, vió la decepción en sus ojos y no quería causar eso.

No quiso decepcionarlo, no quiso perderlo y cayó en la presión social, sin darse cuenta había sido manipulado todo ese tiempo porque era débil.

Se había vuelto adicto sin querer realmente serlo, sus manos temblaban y su cuerpo sudaba cuando llevaba más de un día sin consumir algo.

Su familia se había dado cuenta y tuvieron una gran discusión, Harry se fué de su hogar y se fué junto a su “novio” que ya sabemos quién exáctamente es.

Ambos al ser consumidores se habían vuelto un caso perdido, cuando a veces no tenían el dinero suficiente su ex novio falsificaba recetas médicas con facilidad, tenía ese don.

Harry terminó por quebrarse cuando su familia falleció y Johnathan se había vuelto posesivo, no sabía exactamente como pero logro abrir los ojos e irse de ahí a tiempo, lo había logrado sacar de su vida.

Pasó meses en abstinencia impidiéndose consumir algo, no salía de su cama y superaba sus días malos ahí, de a poco comenzó a consumir alcohol para no mantenerse cuerdo, los recuerdos eran sus peores enemigos.

Creía poder superar sus demonios, creía poder superar su pasado pero ya era suficiente, no podía más.

Ya estaba cansado, no podía luchar más.

Louis siente una angustia terrible en medio de su estudio y como una forma de reconfortarse a sí mismo acaricia su hombro y brazo con suavidad.

Aún mantenía su mirada fija en su libro, sin darse cuenta que no se estaba reconfortando a sí mismo, si no a alguién más, esa noche lo habían invitado a una fiesta y le estaba dando una última repasada a sus apuntes antes de salir.

Harry frunce su ceño al sentir una caricia en su brazo izquierdo, traga en seco porque le causaba cosquillas.

De cierta forma se sentía reconfortado, era extraño.

Su mirada se vuelve a posar en la carta entre sus manos y cierra sus ojos decidido, haría lo que tenía que hacer.

Haría lo que tuvo que hacer hace mucho tiempo atrás, le daría fin a su sufrimiento.

Lost Soul |Larry Stylinson| [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora