Capítulo 25.

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Harry se mantenía pensativo, era su último día de este gran viaje que había comenzado con Louis y sabía que cuando llegaran a Londres debía enfrentarse a Jhonathan, quería hacerlo, quería sus cosas de vuelta.

Pero sabía que debía haber un truco tras eso, debía haber una trampa y el ojiverde temía tanto el desenlace de todo eso.

Louis se sienta a su lado y rápidamente lo saca de sus pensamientos.

—Todo saldrá bien, no dejaré que nada te pase— Harry ladea su rostro y lo mira con ternura, el ojiazul literalmente era su salvador, pero eso había cambiado.

Harry haría todo lo posible para proteger a Louis.

—No estoy preocupado por mí, no quiero que nada te pase a ti, si él se atreve a ponerte una mano encima— el rizado murmura y cierra sus ojos de solo imaginarlo— a mí me puede destruír y pisotear todo lo que quiera, pero a ti no.

—Ambos estaremos bien, iremos a buscar lo que te pertenece y nos iremos ¿está bien?— Louis abre sus brazos para que Harry pudiera acurrucarse entre ellos y este no pierde el tiempo.

No lo piensa mucho cuando ya se estaba inclinando hacia a Louis, apoya su cabeza en su pecho y se relaja entre los cálidos y reconfortantes brazos del ojiazul.

Su último día lo pasarían en casa, habían sido muchas emociones y simplemente querían estar en un lugar dónde sólo fueran ellos dos.

El ojiverde pone su mirada sobre la televisión apagada y luego sus ojos se desenfocan, solía ocurrirle cuando pensaba mucho o simplemente su mente quedaba en blanco.

La mente en blanco.

Era una característica que no todos podían lograr con facilidad, Harry recuerda que hace muchos años atrás su profesora de Artes le había comentado que solía poner su mente en blanco para mantenerse lejos de los problemas y darse un descanso a sí misma.

Ponía su mente a descansar.

Y Harry lo intentó, pensó en el color blanco, pero rápidamente su mente se desviaba a cualquier pensamiento incoherente.

No podía hacerlo.

Con los años logró hacerlo y su mente descansaba por esos segundos que lograba mantenerla así, descansaba de los problemas que Harry solía pensar y también de todos esos pensamientos negativos que suelen invadirlo.

Una caricia en su cabello lo hace volver a la realidad y suelta un suspiro, amaba cuando Louis acariciaba su casco con ternura y lentitud.

Enterrando sus dedos entre su cabello y rascando con la yema de sus dedos su cuero cabelludo.

—Un beso por tus pensamientos— Harry sonríe con sus ojos casi entrecerrados y se levanta un poco para poder mirar a el ojiazul.

—Entonces los besos serían infinitos— el castaño sonríe y arruga su nariz, luego sus facciones cambian un poco y el ojiverde lo nota—¿qué sucede?

—Ya sabes, el libro— Harry asiente recordando el libro que había dejado destruído a Louis y la curiosidad lo invade.

—La historia era nuestra ¿cierto?— el ojiazul había notado que Harry lograba hayar las respuestas de forma muy rápida, no se le podía evadir y menos mentir, no con facilidad.

—Lo era— el menor se mantiene en silencio por un momento, planteando si sería lo correcto leer ese libro, era su historia al fin y al cabo, quería saber como había sido una de sus vidas.

—Me gustaría leerlo— finalmente se decide y Louis muerde su labio inferior,  un poco inseguro.

—¿Estás seguro? Me viste llorar, duele Harry— el recién nombrado vuelve a pensarlo, sabía que era bastante sensible y no era una persona muy estable, pero tenía el derecho de saber sobre él.

—Estoy seguro, lo leeré cuando volvamos a Londres—Louis finalmente asiente estando de acuerdo.

Retoma sus caricias con el cabello de Harry y luego desliza su manos por las facciones del ojiverde.

Acaricia el puente de su nariz y se deleita por la suavidad, en cambio Harry se aguantaba la risa ante la cosquilla que le causaba.

Las caricias del ojiazul descienden hacia las mejillas del rizado y suelta un suspiro.

—Eres precioso, ¿te lo han dicho?— Harry finalmente ríe en un claro gesto de nerviosismo y oculta su rostro en el pecho de Louis.

—No me digas esas cosas— Louis sonríe y se permite acariciar los hombros de Harry.

Había logrado alejar al ojiverde de sus pensamientos, era eso lo que buscaba.

—Pero es la verdad, tan sólo mírate, tengo tanta suerte— Harry muerde su labio inferior con fuerza y se decide a no levantar su rostro hasta que estuviera completamente seguro de que no tendría sus mejillas sonrosadas.

—Yo tengo suerte de tenerte a ti— Louis tararea y se mantiene en silencio, quería ver a Harry, necesitaba verlo a los ojos.

—Levanta la mirada amor, por favor... — el menor lo hace e inmediatamente sus ojos chocan con los de Louis, amaba tanto los ojos oceánicos del castaño.

Eran preciosos, no eran de este mundo.

—Te amo— Harry ni siquiera se arrepiente de sus palabras, estaba seguro de lo que sentía y necesitaba hacérselo saber a Louis.

—Yo también te amo— el ojiverde suelta un suspiro, se siente como si se hubiera estado ahogando durante mucho tiempo y por fin había logrado tomar aire.

Se sentía liberado, salvado y amado.

Finalmente se sentía amado.

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Lost Soul |Larry Stylinson| [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora