Lost Soul |Larry Stylinson| [4]

Capítulo 19.

Harry pierde el aliento ante la vista que tenía y sus pies se mueven inconscientemente por el lugar, necesitaba ver que tan alto estaban.

Cuando ya estaba demasiado cerca del borde una mano lo toma por el brazo, sabía que era Louis.

Harry no sentía pánico ante la altura, pero si sintió pánico cuando vió a Louis cerca del borde.

Ambos retroceden y el ojiverde abraza con fuerza al castaño, se había sentido extraño.

Louis corresponde el gesto sin preguntar algo al respecto, lo necesitaba.

Sabía dónde estaban.

Lo sabía.

La noche anterior había terminado de leer Infinity y sabía que este lugar era ese lugar.

Recuerda lo sensible que se había puesto y como Harry lo había encontrado llorando en el baño, la historia era real, eso era lo que le dolía más.

Y era fuerte pensar que hace muchos años atrás había ocurrido eso ahí, en el borde del risco.

Había ocurrido en el lugar en dónde Louis mantenía puesta su mirada.

Sin querer mirar más, cierra sus ojos y apoya su frente sobre el hombro de Harry, pequeñas escenas se reproducen en su cabeza y quería pensar que eran las escenas que se había imaginado al leer ese libro.

Pero ahora se sentían tan real, se sentían...

—¿Estás bien?— Louis abre sus ojos y se separa del cuerpo del ojiverde para poder mirar su rostro.

—Sí, sólo qué...

—Este es el lugar, ¿cierto?— Louis asiente y escucha a Harry suspirar—¿qué tal si vamos a otro lado?

La mente de Louis estaba bloqueada en ese momento y no sabía a qué lugar podían ir, pero de todas formas asiente.

Harry sonríe y ambos se alejan de la quebrada, el ojiverde sigue al ojiazul sin saber que este no tenía idea a donde irían.

El rizado se da el lujo de mirar el despejado cielo y escuchar el sonido de los pájaros, no se podía tener ese honor en la gran ciudad.

Dónde la contaminación acústica y ambiental abundaba, era un caos.

Ambos detienen su caminata al estar frente a una playa, la cual era rodeada por muchísima vegetación al final de esta.

Harry no puede evitar emocionarse e inmediatamente quita sus zapatillas junto a sus calcetines, toma estos y abandona a Louis.

Comienza a correr a través de la arena y dejaba que estaba se incrustaran entre los dedos de sus pies.

Deja caer sus zapatillas en la arena y se arremanga los pantalones, Louis lo seguía, pero a un paso mucho más lento, aún se mantenía pensativo.

El rizado deja que sus pies se reencuentren con el agua y sonríe ante lo fría que estaba, lo amaba, amaba el mar.

Louis se sienta en la arena y se permite observarlo, Harry se veía tan feliz jugueteando en el agua y corriendo de esta cuando veía que podía mojar sus pantalones por el hecho de no poder arremangarselos más.

De a poco una sonrisa comienza a formarse en los labios de Louis, sabía que este lugar había marcado su alma también y no de la buena manera como había sido en Zermatt.

Sabía que había muerto aquí alguna vez y sabía que Harry también.

Pero no sabía si Harry había sentido algo más aparte de la energía negativa en la noche de la fiesta.

Se había dado cuenta que Harry no sentía todo de la misma intensidad que él, pero lo asociaba al hecho de que el ojiverde había estando tan perdido cuando lo había encontrado y probablemente recién estaba volviéndose a encontrar a sí mismo.

Louis se estremece cuando recuerda la noche en que conoció a Harry, se había asustado tanto cuando lo vió en el borde del puento a punto de saltar.

Tal como la vez en la que él había saltado.

Sale rápidamente de sus pensamientos cuando siente un peso sobre él, Harry se había lanzado sobre el cuerpo de Louis y había salpicado arena por todos lados.

El ojiazul siente como múltiples besos son repartidos por todo su rostro e inevitablemente comienza a reír ante las cosquillas que le causaban.

Finalmente el ojiverde se detiene y se dedica a mirar el rostro de Louis, cuando ya no ve esa mirada triste en sus ojos, se separa.

—Ven a probar el agua— Harry inclina su cabeza hacia el mar y Louis hace una mueca.

—Debe estar heladísima— comenta con suavidad, esperando que sea lo suficiente para convencerlo de que no quería ir.

—Lo está, pero es reconfortante— Harry nunca le había pedido algo a Louis, era la primera vez que lo hacia y el castaño no quería negarle algo que sonaba tan simple.

Sólo era meter sus pies en el agua.

Louis desabrocha los cordones de sus zapatillas y se las quita junto a sus calcetines, se levanta de su lugar y sacude la arena de sus pantalones, arremanga un poco estos y camina hacia el mar.

Harry es el que esta vez lo estaba mirando, el ojiazul deja que el agua golpee en sus pies y se estremece ante eso.

Estaba jodidamente helada.

Algo choca contra su pie y ve la mitad de una medusa totalmente desintegrada.

—¡Mira Harry, una medusa!

Y por un extraño motivo, ambos sonríen.

Louis vuelve a poner su mirada sobre el  horizonte del mar, sentía la tristeza calando dentro de él, pero sabía que lo habían logrado al fin y al cabo.

No en esa vida, pero si en la siguiente.

Lo lograron.