Lost Soul |Larry Stylinson| [4]

Capítulo 10.

—Louis, de verdad no es necesario— el ojiazul termina de desartonillar el último tornillo y hace presión en la cerradura, la saca de su lugar y deja el viejo metal a un lado.

—Ahora definitivamente necesitas una nueva— Harry ríe por la pequeña broma y se sienta en el borde del sillón, ve como Louis abre la caja dónde venía la nueva cerradura y la mide sobre la puerta.

Era increíble lo rápido que se había encariñado con el chico que estaba frente a él.

—¿Quieres algún vaso de jugo, agua o bebida?— Harry se vuelve a levantar estando dispuesto a ir a la cocina para servirle a Louis lo que le pidiera.

—Sólo quiero tu compañía— el ojiazul ni siquiera lo miró, sólo lo dijo mientras seguía con su mirada en la puerta, Harry lo mira impresionado y con lentitud vuelve a sentarse en su sillón.

No sabía a quién debía agradecerle por el hecho de que Louis hubiera llegado a su vida tan inesperadamente.

El ojiazul balancea su cabeza y vuelve a mirar a Harry, en esos segundos puede notar el pequeño parlante del ojiverde sin usar en uno de los muebles.

—¿Que te parece si ponemos música? Creo que sería genial— Harry no lo medita mucho y una sonrisa se forma en sus labios, se levanta del sillón y se permite prender el antiguo parlante, rebusca entre los cajones del mueble en donde estaba apoyado, sabía que tenía un pendrive por ahí.

Louis conecta el taladro y sin pensarlo dos veces comienza a atornillar la nueva cerradura, en ese momento el equipo se enciende y el ojiazul deja de hacer lo que estaba haciendo.

—¿Heart Made Up On You?— Harry siente como todo el calor se acumuma en su rostro e intenta buscar otra canción— no la cambies, me gusta.

—¿En serio?— el ojiverde se vuelve a acercar a Louis y se sienta en el lugar dónde estaba.

—Sí, me recuerda a los días soleados, me agrada— Harry queda totalmente embobado cuando siente a Louis cantar, el ojiazul pensaba que no lo podía escuchar debido al ruido del parlante y del taladro, pero la verdad es que Harry tenía una muy buena audición.

El ojiazul prueba el nuevo cerrojo y asiente estando conforme, la alarma ya estaba puesta y la había asociado a su celular en caso de que pasara algo, así que se sentía un poco más tranquilo.

Literalmente Jhonathan había reventado el antiguo cerrojo de Harry, así que compró el mejor que encontró, quizás debería poner otro, por las dudas.

—¿Te sientes seguro aquí? Sé que es la casa de tu famila, pero... La verdad me pone de los nervios saber que tu ex novio puede entrar otra vez— Harry lo piensa un momento, era una muy buena pregunta.

Le agradaba estar ahí, pero la verdad sólo se quedaba porque no tenía a dónde ir, no quería tocar su dinero en el banco, no quería tocar su herencia y esta casa era su hogar, pero a la vez su castigo.

Todos los días se castigaba con su soledad.

—Estaré bien, aparte pusiste una alarma ¿cierto?— el ojiazul asiente y luego suspira al notar como Harry había cambiado de tema.

—Está bien, no puedo hacerte cambiar de opinión— Louis se sienta a su lado y tararea antes de poder decir lo que había estado pensando últimamente.

—Dílo— el ojiazul frunce su ceño y mira a Harry totalmente extrañado— sé que quieres decir algo, puedes decirlo.

Una pequeña sonrisa se forma en los delgados labios de Louis y Harry no puede evitar mirar sus labios ante eso.

—Estoy a punto de graduarme y como celebración iba a viajar a unos cuantos lugares, lo iba a hacer solo, pero ahora me gustaría que vinieras conmigo— el ojiverde entreabre sus labios ante la sorpresa, ¿por qué invitarlo? No podía aceptar.

—No, no puedo aceptar, es tu viaje, no puedes ni debes incluirme— la sonrisa de Louis decae y Harry inmediatamente se siente culpable.

—No quiero dejarte aquí y ahora que te conozco, no puedo alejarme de ti, necesito saber que estás bien y siento que te vendría bien salir— Harry niega de inmediato, no quería arruinar las vacaciones de Louis con sus problemas— por favor...

El ojiverde mira esos preciosos ojos azules y un suspiro se escapa de sus labios, ¿por qué eran tan bonitos y cautivadores? El mismísimo cielo estaba ahí.

—Está bien, pero yo pagaré mi estadía— Harry nota como Louis iba a protestar, alza una de sus cejas y el castaño vuelve a mantenerse en silencio.

—Está bien... — el rizado asiente un par de veces y luego cae en cuenta de que había aceptado, después de tanto tiempo manteniéndose oculto, saldría al mundo.

Pero con Louis era diferente, no se sentía solo ni a la deriva, se sentía protegido e invencible, sentía que sí podía.

—¿A dónde iremos?— Louis ríe al distinguir la emoción en el tono de voz de Harry.

—Es una sorpresa, pero sé que será un gran recorrido— el ojiverde confía en las palabras del castaño y se inclina hacia a él, abraza con la poca fuerza que tenía a Louis y luego deja un cálido beso en la mejilla izquierda del castaño.

Quizás pensaban que en ese momento no significaba nada, pero en verdad era el comienzo de todo.

El corazón de Harry y el de Louis latían desbocados en sus respectivos pechos, ¿qué rayos... ?