Capítulo 12.

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—Definitivamente no tengo nada adecuado para este clima— Harry murmura y deja de revolver su ropa, estaba toda esparcida sin sentido alguno sobre la cama y Louis sólo se dedicaba a mirarlo mientras tomaba una tasa de té.

—Podemos ir a comprar mañana, ¿te parece?— el ojiverde suelta un suave bufido y se sienta en el borde de la cama.

—Esto no hubiera pasado si me hubieras dicho que vendríamos aquí, pero acepto— el ojiazul toma el último trago de su caliente bebida y deja la tasa sobre la cómoda que estaba cerca de la puerta.

—Bien, ¿te ayudo a ordenar? Yo ya terminé de hacerlo— una pequeña sonrisa se forma en los labios de Harry y asiente con lentitud.

El ojiverde comienza a doblar sus camisetas y el ojiazul el cual estaba a su costado, se encontraba doblando los distintos pantalones.

Louis siente el sonido de un mosquito cerca de su oído y hace una mueca, odiaba los mosquitos y le parecía extraño que hubiera uno molestándolo en ese mismo momento si el clima en el exterior era tan frío.

Sin darle importancia, sacude su cabeza y toma los pantalones de Harry para ir a guardarlos en uno de los cajones del gran mueble detrás de él.

El ojiverde termina rápidamente de ordenar sus poleras y también se voltea para poder guardarlas.

Louis alza su mano estando dispuesto a golpear al mosquito, pero Harry inmediatamente se encoge en su lugar y deja caer la ropa al suelo.

Louis mantiene sus ojos en él y nota como su cuerpo temblaba ante el miedo, ¿pensó que iba a golpearlo?

El castaño baja su mano lentamente y muerde su labio inferior con fuerza.

—Harry... Tranquilo, no pasa nada, levanté la mano para matar un mosquito que me estaba molestando— murmura en un tono suave, intentando transmitirle confianza— jamás te golpearía, nunca lo haría.

El ojiverde abre sus ojos y se incorpora con lentitud, traga en seco y sus ojos se llenan de lágrimas, no sabía que decir, no sabía cómo actuar en ese momento.

Louis sin dudarlo se acerca a envolverlo con sus brazos y siente como el cuerpo rígido de Harry comienza a destensarse entre sus brazos, el ojiverde apoya su cabeza sobre el hombro de Louis y se deja reconfortar.

No había querido reaccionar así, pero no pudo evitarlo.

Confiaba en que Louis no le haría daño, pero estaba tan lastimado que le costaba creerle por completo.

—Está bien Harry, te entiendo— susurra de forma baja y acaricia parte de la espalda del recién nombrado con lentitud— ¿quieres que te vaya a preparar una tasa de té para que te calmes?

El ojiverde asiente y Louis no necesita nada más para obedecer, se separa del rizado y deja un casto beso en su frente.

Cuando Louis se va de la habitación, Harry se agacha para recoger todo lo que había botado y poder ordenarlo, otra vez.

Tendría que trabajar en sus temores.

|🧭🧭🧭|

—Lleva dos de estos también— el ojiazul le tiende un par de pantalones gruesos y Harry frunce su ceño ante eso— son impermeables, si te caes en la nieve no te mojarás.

—Louis, eres estresante— Harry lleva toda la ropa sobre sus brazos y va al vestidor más cercano, a penas veía por la cantidad de ropa que llevaba y todo era gracias a Louis el cual no paraba de poner ropa sobre sus brazos.

El ojiazul le da una mirada indignada, pero solo dura un par de segundos, le agradaba que Harry ya no se guardara tanto las palabras y que dijera lo que pensara, cada vez estaba siendo más libre.

El ojiverde abre la puerta del vestidor y sale con uno de los pantalones que había elegido el castaño, en la parte de arriba llevaba una chaqueta gruesa.

—Lo siento, me estresas mucho, pero te quiero— Harry vuelve a cerrar la puerta y una boba sonrisa se forma en los labios de Louis, eso fué adorable.

El castaño se da el tiempo de también elegir un par de chaquetas para él, estaba emocionado por ese viaje, incluso ahora no podía imaginar haberlo hecho sin Harry.

En este tiempo que llevaba conociendo a Harry, sentía que literalmente estaba completo, se sentía en calma y a gusto.

Ahora no sabía exactamente si él había llegado a la vida de Harry o si Harry había llegado a su vida.

La puerta del vestidor se vuelve a abrir y el ojiverde sale por ella, se veía totalmente agotado.

—Me dió demasiado calor probándome todo esto— murmura sin aliento y Louis no puede evitar reír, Harry se queda quieto en su lugar admirando la preciosa risa y sonrisa del ojiazul.

Finalmente Louis mira el gorro que había apartado para Harry y se acerca hasta a el, acomoda el beanie sobre los cabellos rizados del ojiverde y asiente estando totalmente embelasado ante la vista.

—Te queda perfecto, ahora dame esto— el castaño toma la mayoría de las prendas que estaba cargando el ojiverde y las acomoda bien en sus brazos— supongo que estamos listos.

Harry asiente con una sonrisa en sus labios y los hoyuelos se hicieron notar en sus mejillas rellenas, Louis se siente en paz, el ojiverde había estado alimentándose bien esos días y ya estaba en el peso ideal.

Y créanme, no tienen idea de como el corazón de Louis se aceleraba al verlo tan bien, al verlo tan sano y feliz.

Lost Soul |Larry Stylinson| [4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora