•Wake•

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Aproximadamente una semana habia pasado tras los sucesos anteriormente ocurridos. Matthew y Sofía habían logrado sanar rápidos de sus heridas, lamentablemente el más afectado de ellos resultó ser Alfred.

El estadounidense se encontraba en estado criticó, tras la apuñalada que recibio además de los golpes lo habían dejado fatal. El doctor que lo atendia trataba de hacer lo que podía a su alcance. Más todo indicaba que el rubio no se iba a mejorar tan pronto.

Tras esta noticia, los más cercsnos a Alfred estaban preocupados, siendo los más notorios Arthur y Alejandro. Quienes se rehusaban de salir del Hospital en caso de que el estadounidense despertará.

—Él estará bien, Ale. Pero debes atender a Sofía, ella también te necesita— Mencionó Matthew hacia su amigo

—Lo sé, pero temo que se ponga peor, ¿Y si llega a necesitarme, y yo no estoy aquí?— Cuestiono el mexicano atemorizado

—¿Por qué Alfred debería necesitarte?, no eres más que su compañero de casa. No te creas la gran cosa— Habló la voz molesta de cierto británico luego de acercarse a ellos

—Arthur— Reprendió el canadiense, queriendo evitar alguna pelea

—¿Qué es lo que tienes en contra mía, Arthur?, solo me estoy preocupando por mi amigo. De la misma manera en que tú te preocupas de Francis— Contestó Alejandro encarandolo

—Chicos, estamos en un hospital, por favor no vayan a pelear— Insistió Matthew poniéndose en medio de los dos

—Matty tiene razón, no es el lugar ni mucho menos el momento para comenzar una pelea, Alfred nos necesita— Aclaró el mexicano soltando un suspiro

—Lo hago solo por Alfred, que te quede claro— Sentenció Arthur en tono molesto, para luego sentarse en uno de los sillones de la Sala de espera

—Alejandro, te prometo que si algo llega a ocurrir con mi hermano, serás el primero en saberlo, ¿De acuerdo?— Dijo el canadiense mirando al mexicano

—Bien, más te vale— Respondió Alejandro mostrando una leve sonrisa. —Iré a casa solo por un rato, veré como esta Sofía y regresó— Aclaró, ganándose una mirada de resignación de Matthew a quien solo le quedó asentir

Finalmente el mexicano termino por irse a su Departamento para ver a su hija, Sofía había logrado sanar rápidamente gracias a Alexander, quien solamente le dijo que la niña podia recuperarse al ser una semi-androide. Algo que sorprendió al mexicano, más no por eso iba a rechazar a quien había protegido a su compañero de esa mala mujer.

Por que después de todo lo ocurrido, Martha término muerta. Los doctores lo habían deportado asi, siendo llevada a un forense para ser revisada y cremada. Una vez que el estadounidense despertará ya no tendría que preocuparse de nada.

Alejandro llegó a casa, encontrando a su hija jugando con Adeline, ambas niñas estando a cargo de Francis, quien gracias al cielo no planeaba hacer nada malo con las niñas, únicamente supervisaba que ellas no se lastimaran.

—Papi, ¿cómo está Papá?— Preguntó con esperanzas la niña al ver al mexicano

—Él aún no ha despertado— Respondió bajando la mirada. —Pero estoy seguro que lo hará, no te preocupes por ello— Añadió

—Pensé que había hecho bien el entrar a la habitación, pero las cosas se complicaron y por salvarme, él la empujó— Confeso la castaña con la voz quebrada

—Tranquila, Sofi, hazle caso a tu papá. Tu padre Alfred se va a mejorar, tal vez las cosas serían peor si no hubieras llegado— Interrumpió Adeline tratando de darle ánimos a su amiga

¿Nuestra Hija? | UsaMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora