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¿Qué iba a hacer?, su hermano lo había reconocido, por eso lo había llamado preguntandole la dirección en donde vivía para ir a visitarlo, por temor evitó contestarle a esa pregunta, pero sabía que su hermano no se iba a quedar de brazos cruzados, lo más seguro es que le iría con el chisme a sus padres y hermana.

Y si lo hacía, seguramente su padre lo llamaría para exigirle en donde vivía y así su secreto saldría a la verdad, por ello se había puesto nervioso y angustiado siendo notado al instante por su pareja, quien no dudó en preguntarle lo que ocurría.

—No es nada en serio— Respondió evitando el tema, más se ganó una mirada de seriedad por parte del rubio. —No me dejaras hasta que te diga la verdad, ¿no?

—Así es, ahora te preguntó otra vez, ¿Qué sucede?— Confirmó el estadounidense

El mexicano se quedó callado unos momentos para luego soltar un suspiro y hablar.

—Mi hermano me vio con ustedes, lo más seguro es que les diga eso a nuestra familia y ellos quieran venir hasta aquí a saber la verdad— Relató

—Si es así, no tienes de que preocuparte, Matthew, Sofía y yo estaremos para ti siempre— Afirmó el mayor abrazando a su pareja siendo correspondido

—Eso lo sé, pero aún asi tengo miedo que por eso quieran hacerles daño— Aclaró Alejandro  durante el abrazo. —Cuando a mi padre algo no le gusta hace lo posible para cambiar eso

—Que lo intente, ya hemos enfrentado casos peores estando al borde de la muerte, lo que él intente no tendrá comparación— Contestó Alfred con seguridad

—Espero y no te equivoques Alfred, espero y no te equivoques— Pidió el mexicano aferrandose al abrazo

Y mientras ellos estaban en su momento, un peli-negro se encontraba en casa de sus padres hablandoles acerca de que finalmente había encontrado a su hermano menor.

—¿Y estás seguro de que era él?— Cuestiono su padre en tono serio

—Completamente, sigue siendo el mismo cobarde de unos años atras— Respondió con burla Diego

—Entonces quiero que le pidas su dirección—Ordenó su padre

—Ya sabía que me ibas a pedir eso, por lo que me adelante llamándolo, el muy pendejo aún tiene mi número de celular registrado

—¿Dónde vive?

—Lamentablemente no me quiso decir, colgó la llamada seguramente sabiendo lo que haríamos después— Contestó el hijo

—Mierda, debe haber un modo de saber a donde vive sin que sospeche que iremos a verlo— Maldicio su padre molesto

—Ya que lo mencionas puede haber uno— Dijo Diego en pose pensativa

—No te quedes callado, ¡¿Cuál es?!— Exigió su padre con impaciencia

—Hay una niña que es cercano a él, quien sabe quién sea, pero seguramente vive con él ya que los ví irse con el padre de la niña en el mismo auto— Respondió. —Esa niña es muy ingenua, no debe ser difícil hacerla hablar

—Entonces hazlo, no me importa si tienes que amenazarla, pero de que consigues esa información, la consigues— Encaró el mayor

—Lo que diga, padre— Asintió Diego

—Eso si, ningún comentario sobre esto a tu madre o hermana, si se llegan a enterar van a hechar todo a perder como siempre— Mencionó el mayor con enfado

Diego asintió nuevamente, si algo habia aprendido en su vida de niño y adolescente era que las mujeres solo debían obedecerlos y complacerlos en lo que fuera, algo que su hermano menor no creía, siempre diciendo que todos debían ser tratados con respeto.

Ellos no habían sido educados de esa manera, para Diego su padre sabía lo que estaba bien y estaba mal, desde luego él ya sabía lo que era el mundo mucho antes de que ellos nacieran por ello nunca le iba a justificar nada. Y su hermano tendría que aprender la lección a cualquier costo.

Así que actuó apenas y vio a Sofía en la escuela, se acercó a ella fingiendo una sonrisa para comenzar de manera amable sin que la menor llegará a sospechar sobre algo.

—Sofía, me alegro verte m'hija, ¿Cómo has estado?

—Maestro Diego, muchas gracias por preguntar eh estado bien, ¿Y usted?— Preguntó ahora la niña

—Muy bien también, oye me gustaría saber algo— Le mencionó, a lo que ella asintió. —Aquel sujeto que venía contigo y tú padre, ¿Quién es?— Preguntó con intigra

La niña se mantuvo pensativa por unos momentos luego de recordar a que se referia su maestro

—Oh, él se llama Alejandro mi... Mejor amigo junto con el de mi Padre— Contestó mintiendole, tenía miedo que su maestro la juzgará por tener dos Papás

—¿Enserio?, porque parecía que era muy cercano a tu padre— Reprochó el mayor, logrando intimidar a la niña

—Si, porque ellos son amigos desde niños, es normal que se lleven asi— Respondió la niña con nervios

—Tranquila, no tienes que ponerte nerviosa, yo te creo— Dijo Diego con calma

—A todo esto, si no es una falta de respeto, ¿Porqué quiere saber de él?— Preguntó la niña

—Bueno ahora que lo mencionas, él se me hace conocido, creo que puede ser un amigo mío de la Universidad— Mintió haciendo que Sofía logrará creerle, pues sabía que su padre había tenido amigos en todos lados

—Pero, ¿Cómo puede estar seguro?

—Como dices que se llama Alejandro qué

—Alejandro Sánchez, tiene mi mismo apellido, esa es una de las razones por las que me cae bien— Contestó la niña risueña

—Entonces si es él— Afirmó Diego con una sonrisa maliciosa. —Una última pregunta, pequeña. ¿Sabes dónde vive tu amigo?, me gustaría visitarlo

—Claro, vive conmigo, eso es porque su casa esta siendo remodelada y mi papá le dio permiso de quedarse juntos— Se excusó para que no supiera de la verdad, además de estar "programada" para no revelar que ella era una semi-androide

—Podrías darme la dirección, te prometo que esto quedará entre los dos— Aclaró el mayor con una sonrisa siendo sinestra para él, más para la niña era una sonrisa común

Sofía asintió indicandole donde vivía, confiaba en su maestro al ser uno de los pocos con quienes se llevaba, además Diego parecia ser buena persona. No iba a hacerle ningún daño a su papá, ¿Verdad?

Bueno que equivocada estaba.

¿Nuestra Hija? | UsaMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora