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Había sido un día largo para aquellos tres roomies , a pesar de que los tres tenían diferentes trabajos eso no evitaba que se entendieran el uno al otro. O al menos así es como quieren hacerle entender a los demás.

Para Matthew y Alfred, el llevarse bien no es un problema grande, pues al ser hermanos ambos aprendieron a convivir de manera tranquila cuando sucediera un problema (Aunque luego habían casos en donde eso era ignorado). El verdadero problema era la relación de amor-odio de Alfred y Alejandro.

Debido a que para el estadounidense, el mexicano era insoportable la mayor de las veces, odiando tener que convivir con él en el mismo edificio y el peor de los casos, vivir en el mismo departamento. Alejandro no tenían un problema con eso, mientras el gringo no lo insultara o se metiera con su país de origen todo estaba bien.

El único que no tenía ningún conflicto era el amante del maple, ya que siempre se ha considerado una persona pacífica, en donde la violencia no la toma como opción en primer lugar.

—¡¿Quién de ustedes dos escondió mis pósters de la selección mexicana?!— Grito con molestia el moreno mirando a ambos hermanos

—Ale, sabes que yo solo entró a tú habitación si tú me lo permites— Se defendió el canadiense bajando la voz

—Cierto, perdón Matty. Entonces eso confirma quien fue el que lo hizo— Encaró el mexicano colocándose enfrente del rubio mayor, quien estaba tomando una Soda

—Me?— Cuestiono Alfred sonando ofendido, dejando de lado su refresco

—Mi— Se burlo el mexicano. —Pues ¿quién chingados más?. Alfred ¿dónde los escondiste?— Preguntó

—Por qué me cumplas a mi. Tus amigos vinieron ayer por la fiesta que hiciste. Tal vez uno de ellos fue— Mencionó el rubio como defensa

—Hey, a mis amigos no los taches de ladrones. ¿O ya se te olvido quién me robo mi colección de los Estados de México antes de 1848?— Regaño cruzandose de brazos

—Esta bien, los escondí en mi cajón cerca de la cama— Respondió resignado

—Gracias— Enseguida el moreno fue en busca de sus pósters

—Brother. ¿Porqué querrías los pósters de Alejandro?— Pregunto el canadiense mientras abrazaba a su oso de peluche, ya que siempre lo ayudaba a calmarse

—Para nada importante. Solo me gusta molestarlo es todo— Aclaró para luego continuar bebiendo su Soda

—A veces siento que te gusta— Habló Matthew escondiendo su rostro en Kumajiro, su oso de peluche

Tras ese comentario, el estadounidense escupió su bebida para poder mirar a su hermano después.

—Are you crazy?. Gustarme el salta muros. Jamás— Aclaró mostrándose levemente ruborizado

—Bueno, lo supuse solo porque siempre lo molestas. Ya sea por cualquier cosa que él haga, quieres obtener su atención— Detalló Matthew

—Mejor me voy a dormir y tú también deberías a ver si así, dejas de alucinar que me gusta ese mexicano— Comentó Alfred, ahora dirigiendose a su habitación

—Yo no alucino, ¿Verdad Kuma?— Cuestionó el canadiense mirando a su oso. —Alfred, tiene razón deberia irme a dormir— Habló para si mismo, dándose cuenta que le estaba hablando a un oso de peluche

En ello, Alfred se había topado con el mexicano en su habitación, la cual termino siendo un desastre gracias a que Alejandro no encontraba sus pósters.

—What The Fuck?!. ¡Alejandro!, ¿Qué haces?— Reclamo el estadounidense al ver su habitación de esa manera

—Buscando mis pósters, pues que otra cosa haría aquí— Respondió moviendo la cama del mayor

—Pero si te dije que estaba la mesita de noche— Comentó el gringo deteniendo el movimiento del moreno

—Pues ahí no estaba, ya busque ahí y... O los encontraste— Alejandro se sorprendio al ver como el rubio sacaba los pósters de su cajón

—Ves como si estaban ahí— Habló algo molesto el mayor. —Ahora dejaste mi habitación hecha un desastre.

—Si, bueno, suerte con eso— Habló el mexicano rápidamente para poder salir de la habitación

—No te irás sin antes ordenar esto— Sentenció el de origen Americano, tomando al menor del hombro

En un puchero el mexicano demostró su inconformidad. Pero solo bastó con una mirada de seriedad de su compañero de casa para tener que ayudarlo a acomodar el desorden. Alejandro conocía bien a Alfred y sabía que no era bueno dejar que su faceta de enojo saliera a la luz.

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Ese día ambos habían salido temprano de sus trabajos, por lo que se dirigieron a su respectivo edificio. Ninguno de los dos deseaba verse en ese momento, pues no estaban de humor para una discusión. Lamentablemente y para el bien de la nueva trama tenían que hacerlo.

Mirandose con desagrado, para luego cada quien mirar a otro lado en donde su compañero no estuviera. Pero cuando llegaron al piso en donde se encontraba su departamento visualizaron a una pequeña niña sentada enfrente de la puerta.

Solo por esta vez, ambos compañeros se miraron, los dos confundidos, pensando que tal vez la niña se había equivocado de edificio. Así que Alejandro fue el primero en acercarse al tener más táctica con los niños.

—Hola pequeña, ¿Estas pérdida?— Pregunto una vez estuvo cerca de la menor.

La niña de cabellos castaños inmediatamente levanto la mirada, examinando al mexicano para luego sonreír y saltar para darle un abrazo.

—Te encontré— Chillo mientras se aferraba al moreno, quien le daba una mirada de ayuda a su compañero

—Wow, tranquila girl, lo estas lastimando— Interrumpio Alfred, haciendo que la niña se disculpara con el mexicano

—Perdón, pero estuve en tú busqueda desde... Un momento— La menor callo para ahora mirar al rubio

Alfred miro ahora a Alejandro, como pidiendo una explicación de lo que sucedía, pero fue sorprendido por otro grito de la menor quien también abrazo al americano con emoción.

—Lamentamos interrumpir tú entusiasmo. Pero, podríamos saber ¿quién eres?— Pregunto Alejandro logrando separar a la niña del Alfred

—Oh, ¿Dónde quedaron los modales que me enseño mi creador?. Perdón, Soy Sofía Jones Sánchez. A partir de hoy su hija— Se presentó la susodicha mostrando una sonrisa

Dejando como consecuencia a aquellos dos roomies confunsos, para luego ver como se sonrojaban por la noticia.

Si, había sido un día suficientemente complicado.

¿Nuestra Hija? | UsaMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora