Capítulo X: Humor amistoso

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Llevaba una semana juntándose con Eliezer, durante esos días la chica gótica no se había acercado ni a ellos ni a las hienas, al parecer la castaña las había ofendido y ahora ya no se hablaban

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Llevaba una semana juntándose con Eliezer, durante esos días la chica gótica no se había acercado ni a ellos ni a las hienas, al parecer la castaña las había ofendido y ahora ya no se hablaban. Por su parte Eliezer se encontraba feliz de haber hecho lazos con ellas y se le veía muy a gusto a su lado aunque Agnes no podía decir lo mismo, aún no le perdonaba por completo por hacerle la vida imposible si embargo el hecho de que Arile mantuviera distancia la tranquilizaba, lo que menos quería era enfrentarse a ella pero al parecer el mundo estaba en su contra y ese día la chica se le había acercado a Eliezer y ella en un cambio de clase reclamándole al chico que no había pasado por ella ni le había hablado desde hace días.

—La última vez que me hablaste me ofendiste y lo peor, me callaste, por lo menos discúlpate— Insistía furiosa sin prestarle atención.

—Te lo merecías Arile, no me gusta ser grosero pero no me pienso disculpar por hacerte frente una vez en mi vida. Lo que pasó no solo se trataba de ti y de mi, involucraba a otros que no tienen nada que ver contigo ahora déjame pasar, tengo clases— Explico el chico tratando de alejarse sin éxito ya que su amiga les negó el paso.

—¡Claro como ya tienes una nueva amiga a mi que me lleve la fregada! ¿Cómo no lo pensé antes? El que te vean como el héroe salvador te sube el ego bastante. Tal vez me excedí un poco pero por favor ¡No lo decía en serio!

—Ya no sé diferenciar cuando hablas en serio o cuando no ¡Ahora quítate Arile!

Incómoda por la pelea entre ambos ella no podía evitar sentir que todo eso era su culpa, no conocía los detalles y mucho menos la gran ofensa que tenía a la gótica tan molesta sin embargo estaba segura de que era por su secreto el cual jamás había querido que lo supieran pero no era su culpa tener que trabajar con prostitutas para mantenerse a flote en la escuela.

Cansada al ver que ninguno de los dos iba a ceder dejo a Eliezer atrás y le hizo frente a Arile tratando de no dejar intimidar por ella lo cual era difícil ya que con una sola mirada suya el valor desaparecía, pero debía verse firme, solo así ella dejaría de molestarla.

—¿Se te ofrece algo, niña?— Pregunto Arile cruzándose de brazos y sonriendo engreída —¿Te urge mucho que llegue la noche para ir al trabajo?

La voz ofendida de Eliezer sonó detrás de ella sorprendiéndola, le afectaba pero no tanto como a él, jamás hubiera imaginado que le importaría tanto al pelirrojo su situación o como se sentía al respecto pero lo hacía, tal vez le había juzgado mal, más tarde se disculparía pero ahora solo quedaba responder fuego con fuego.

—Tanto como a ti te urge ir a divertirte esta noche en el cuarto número 5— Respondió sacando una carcajada de la castaña y un grito de sorpresa de su amigo.

—¿Te parece correcto ofenderme por mi vida sexual?

—Tan correcto como a ti te parece el tratar de ofenderme por mi situación económica— Respondió de vuelta recibiendo un aplauso alabando su contestación de parte de la chica.

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