Capítulo XX: Nadie lo creerá

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La tensión incomodaba a los presentes, o bueno, casi a todos los presentes

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La tensión incomodaba a los presentes, o bueno, casi a todos los presentes. Arile estaba radiante, más feliz que nunca, nada que hiciera Agnes podría arruinarle tan buen momento, no todos los días podía estar con las personas más importantes de su vida, solo por aquella ocasión dejaría pasar la furia que le provocaba el recuerdo de su novio engañándola al igual que el sentimiento de desplazamiento que le provocaba Eliezer a quien no entendía en esos momentos, de hecho no entendía a ninguno de los tres hombres que veían de maneras diferentes a la chica bonita que tanto la sacaba de quicio, no era tan bonita como para dejar embobado a cualquiera con el que se topara, ¿por qué se veía tan incomoda ante sus miradas?, a las niñas bonitas les gusta la atención que reciben, ¿por qué se esforzaba en actuar como si no la halagara tanta atención?

"¡Fuera malos pensamientos!" se repitió la castaña una y otra vez mientras se estiraba para agarrar el recipiente con ensalada de manzana, no quería amargarse la noche con envidia enfermiza.

—Quita la cara de compungida, estas incomodando a todos —dijo en voz baja sobresaltando a la chica.

—Vuelvo en un momento —respondió Agnes levantándose y huyendo hacia el baño, las lagrimas estaban a punto de escaparse de sus ojos.

En cuanto la muchacha se fue el ambiente mejoro, Joseph y Jared conversaban animadamente de deportes aburridos mientras Arile sonreía y reía cuando alguno de los dos se exaltaba y cambiaba su tono de voz a uno apresurado mientras trataba de defender sus ideas sobre que equipo de futbol era el mejor, nadie presto atención a Eliezer cuando este se levanto en busca de Agnes, tampoco lo hicieron cuando él volvió tomando con fuerza su mano. Jared y Arile se alegraron cuando los recién llegados se unieron a la conversación y, cuando se dispusieron a recoger la mesa y el padre de Arile se alejo hacia el fregadero para dejar al grupo ver una película, los ánimos de Agnes mejoraron, aunque nunca logro soltarse de la mano de su amigo provocando que Jared y Arile discutieran en voz baja las probabilidades de que ambos se emparejaran.

Cuando el padre de Arile se les unió los nervios de Clío volvieron a traicionarla y comenzó a sudar en exceso en el momento en que el hombre decidió sentarse a su lado en un enorme sillón que compartían Agnes y Eliezer. Mientras nadie veía el castaño acerco con cuidado su mano hacia el glúteo de Agnes sin despegar la vista de los jóvenes que los rodeaban, no podía permitirse que alguien los viera, su movimiento hizo saltar a la muchacha que se pego al pelirrojo a su lado encendiendo los celos del hombre que, en un acto impulsivo, poso su mano en la espalda baja de la rubia por debajo de la ropa.

Aterrada, Agnes se levantó del sillón aleando tener sueño a lo cual la siguió Arile sorprendiendo a todos.

—Será mejor que ya nos vayamos, ven conmigo, tú serás mi compañera de cuarto, los demás pueden quedarse viendo la película o ir a la habitación de huéspedes.

Agnes acepto sin prestar demasiada atención y siguió a la castaña hasta su habitación sin ponerse a pensar en lo incomodo que sería descansar junto a la misma chica que le había quitado la virginidad. Al llegar al cuarto de Agnes tomo su pijama y fue a encerrarse al baño, no quería cambiarse bajo la mirada de su amiga. Mientras se cambiaba pudo escuchar que los hombres habían decidido unírseles e ir a descansar, pudo escuchar como se encerraban en las habitaciones, el silencio invadió sus oídos tranquilizándola, tal vez podría salir de esa casa sin sufrir una crisis nerviosa.

Cuando termino de cambiarse y comenzó a lavarse los dientes un golpe en la puerta la hizo darse cuenta de que se estaba tardando más de lo necesario, sin pensarlo mucho y solo contestando un "Ya voy", la chica termino de lavarse los dientes y recogió sus cosas antes de abrir la puerta. Una vez más su respiración se detuvo, su garganta se seco y el temor recorrió su cuerpo mientras la persona frente a ella la empujaba dentro del baño tapándole la boca. No pudo gritar, ni siquiera lo intento, aunque de haberlo logrado tal vez alguien la hubiera podido auxiliar, Joseph no se atrevería a golpearla, no con su hija y los amigos de esta en el mismo techo que ellos, aún sabiendo eso Agnes decidió no luchar, se dio por vencido mientras lloraba descontroladamente, se sentía fuera de su cuerpo y lo único que le daba esperanza era que tarde o temprano aquello acabaría, terminarían de profanar su cuerpo y la dejarían irse sintiéndose rota por dentro una vez más. El comportamiento de Agnes, careciente de miedo e impotencia, provoco que el deseo de Joseph disminuyera hasta extinguirse, no era excitante si ella no intentaba poner resistencia.

—Apagaste mi erección, ¿será que me deseas? —pregunto atento a la reacción de la chica, pero esta parecía no prestarle atención—. Tan rápido te volviste aburrida niña, es una lástima, me parecías muy atractiva.

Agnes fue soltada sin previo aviso, sus piernas flaquearon ante la sorpresa y con sorpresa se agarro del lavamanos en un intento por levantarse, no entendía qué sucedía y el alivio no apareció como creyó que lo haría, no hubo lagrimas de alegría.

—Te veo desconcertada, estoy seguro de que deseabas que esto pasara, pero no eres atractiva si tienes una actitud tan indiferente —Agnes se levanto y abrazo con fuerza dejando marcas de sus dedos en su piel. El castaño hizo una mueca y la miro con desdén—. Ni se te ocurra decir una palabra de nuestros encuentros, no pierdas tu tiempo, nadie le creería a una zorra como tú —aseguro antes de abrir la puerta con cautela y salir hacia su habitación.

Una vez sola se aseguro de que el seguro estuviera puesto antes de lavarse la cara, quería llorar, pero no podía, se movía en automático abriendo la puerta y caminando en automático hacia la habitación de Arile, esperaba verla dormida o en el peor de los casos sentada en su cama preparándose para lanzar un comentario insultante sobre su apariencia, acciones o actitud, en lugar de eso encontró a Eliezer que le sonrió con timidez.

—Arile y Jared están en la habitación de huéspedes, querían dormir juntos pero el papa de Arile no los iba a dejar así que ella se escabullo y me pidió venir a dormir contigo, cambiaremos habitaciones mañana temprano —explico apresurado por apaciguar la duda que aparentemente el rostro de Agnes mostraba—. ¿Está bien? —Agnes asintió con lentitud preocupándolo—. Estuviste muy ansiosa en la cena, sé que después de lo que ocurrió tal vez te incomodo estar en presencia de dos extraños y que seguro no dijiste nada para no arruinarle la velada a Arile, pero me preocupas. —Agnes lo miro con atención, se veía extraña, como si tuviera algo que decir y no pudiera externarlo—. Sé que dijiste que estabas bien cuando te fui a buscar en medio de la cena, aunque mentiría si te dijera que me convenciste, sé cuando quieres escapar y llorar porque la expresión que tienes es la misma que yo he tenido muchas veces en mi vida... —la voz se le quebró un poco obligándolo a bajar la mirada, no quería llorar frente a ella, no podía consolarla si él se encontraba inconsolable. Aún con la mirada en el suelo y una enorme dificultad para hablar Eliezer pronunció la suplica que termino de quebrar a Agnes quien se sentó a su lado y lo abrazo con fuerza mientras mojaba su playera.

—Dime como ayudarte Agnes —escucho ella decir una vez más mientras ambos se abrazaban, por fin había podido dejar salir el dolor que le provocaba Joseph Darren.

—No sé cómo, realmente no lo sé— confeso ella cuando su llanto bajo de intensidad, tras obligarlo a levantar la mirada y mirarla a los ojos sonrió—. Deja de culparte, no has hecho mas que ayudarme y mientras sepa que tú me creerás y estarás aquí sin importar lo que suceda, yo estaré bien —aseguró convencida de sus palabras, el castaño se equivocaba con respecto a ella y su credibilidad, no estaba sola y ya era momento de buscar ayuda para por fin comenzar a sanar.

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El final de este capítulo es completamente diferente a como lo había planeado, sin embargo, creo que es el mejor final que le pude dar, sé que tal vez sea un tanto repetitivo a lo sucedido hace dos capítulos pero siento que tanto Eliezer como Agnes aún no estaban preparados para perdonarse a si mismos. 

Eliezer se sentía culpable por no saber como ayudarla mientras que Agnes no sabía como afrontar sus sentimientos, ahora que ella se ha topado nuevamente con su violador y pudo comprender que él se equivoca respecto a que nadie le creerá sobre lo que sucedió, por fin puede darse la oportunidad de sanar y si bien las secuelas del trauma que sufrió no se borraran de un día para otro, comienza a sentir que se merece que le crean y que puede buscar ayuda para poder sobrellevar su pasado

Espero que les haya gustado el capítulo y recuerden, todos merecemos que nos crean. 

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