Por debajo de mis párpados
mis pupilas irradian luces carmesí,
y en la palma de mi mano
el tajo pinta de rojo lo que anoche escribí
en un papel endemoniado,
tornado Caja de Pandora por lo dicho allí;
y está tan oscuro el cuarto
que parece que el olvido está aquí;
y el tubo de la bañera está estancado;
y ya no queda nada por ante mí.
La sangre que gotea de mis muñecas
es la única piedra de mi lápida,
a veces habla sola con la madera
que rechina con cuencas insípidas
que vistas desde fuera
son todo menos marcas de sangría,
también a veces roza cabeza
con el cable que me quitó la vida,
muy a menudo besando la pereza
y romantizando la decadencia líquida
en la orgía de ideas en la conciencia
que se quedó vagando entre la ventisca rígida.
El abandono en un concepto
que marco a fuego en mi hedor,
y no me puedo quejar de ello
si veo justo que me quiten el corazón,
que le pasen por encima los dedos
y lo atornillen con crudeza y en calor
mientras sigo vivo y a la vez muerto,
inconsciente del presente devastador,
pero tan sobrio ante el sufrimiento,
sin dar ni resistencia ni atención,
sólo evadiendo mis deseos
a cambio de la justicia bajo mi razón.
No supe marcar la línea divisoria,
creí en aquellos hielos de cristal,
en maniobras secretas bajo la euforia
y los poemas de nieve sin despertar,
herí a la gente por amor a mi escoria
y por el mi terco pesimismo de manual,
no supe usar las cartas de mi memoria
para otra cosa que no sea incendiar
a aquellos que dijeron llevarme a la gloria
y al final los ví como marionetas sin libertad.
Hoy la realidad no me dedica
más que voces que no riman,
la imperfección de mi vida
y una asonancia cognitiva.
Hay un objetivo que me motiva
y por ello soporto hadas agresivas,
necesito más palabras suicidas
para corregir los días hiperrealistas.
Pero me miro como víctima del miedo,
siento la falta de coraje en mi cuerpo
cada que se me cae la piel, y mis huesos
se deterioran y manchan con el tiempo.
Nadie piensa venir a mi encuentro
y me lo he ganado al no decir un lo siento,
pero no pienso seguir hasta el entierro
con el cuerpo ahogado en arrepentimiento,
estoy solo, y quiero estarlo, presiento,
veo la compañía como un capricho interno,
y en base a ello y a su conocimiento
puedo dejar de esperar cosas del resto
y centrarme en mejorar esto.
Voy a dejar de contar cuentos
en base a reflexiones de mi personalidad,
y empezaré por cambiar lo correcto
por lo que está bien y lo que sé que lo está más,
tiraré esas indecisiones al basurero
y me dedicaré más tiempo para pensar,
para ya no estar más en el cementerio
que se pronuncia entre silencio y soledad,
ese que me dejó claros los misterios
y que luego me incitó a querer cambiar,
a repetir el proceso con todo lo que no entiendo
y así esclarecer lo que me hizo dudar.
Más allá de la soga que tensa mi cuello
y dejará marcas que no borraré jamás
para que todos vean que destruí el sesgo
y que me propicio fuera de la central,
está un mundo que enciende cual fuego
un sinfín de batallas que no tienen final,
y yo, consiente de que soy de hielo,
decido dejar de echarme para atrás,
hoy voy a escribir sobre lo que quiebro
y sobre lo que ansío poder llegar a sanar,
sin descanso y sin piedad ante el hierro,
como he dicho antes y recalco al derrotar
una nueva corriente de desempleo
en la ciudad venenosa que en mí has de hallar.
Qué salvaje el cuerno de demonio
endurecido a base de la misma muerte,
casi parece más fuerte que el lodo
que siempre pisa al caer nuevamente,
aquel,
más sombrío que Abadón y Moloch,
más lúcido que Baphomet y Lucifer,
menor en rango a cualquier coro
y más bajo que lo que una vez fue Miguel,
consiente de algún defecto y atrofio,
ignorante de muchos a base de él,
pero esto no se estanca en este foro,
las luces del teatro ruegan poderse encender.
Hoy la realidad no me dedica
más que voces que no riman,
la imperfección de mi vida
y una asonancia cognitiva.
Lucho contra todo porque me motiva
a permanecer con esta conducta agresiva
el dolor que infringen estas palabras suicidas
al agarrar para corregir los días hiperrealistas.
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Palabras Suicidas
Poetry«He cambiado aquella escena; el doblaje es ordinario; también, he mejorado la versión original. Hay veces que te pierdo en desiertos y, en cambio, en laberintos te encuentro; podría gritar viendo series de humor y luego reírme en la peor...
