Cap. 5 El Señor Oscuro

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La pequeña niña miraba su espejo sin interés alguno, mientras Yura se encontraba recostada en la cama de la habitación que compartían, aunque odiaba seguir ordenes tampoco podía pretender darle la espalda a su señora, de reojo miro a la pequeña niña, de quien sabia poseía una gran habilidad, a través de su espejo veía el destino de las personas, justo por ello estaba ahí, sin embargo Kikyu lo había fastidiado todo en su destino al cruzar tan deliberadamente el pozo, esto provoco un cambio radical en su destino, aunque su deseo era engendrar un hijo del príncipe Sesshomaru, Naraku le arrebato ello al tomarla a la fuerza en su visita a su templo, a diferencia de lo que pensaban los Siete Guerreros, Bankotsu nunca fue candidato para tal acción, lo único que se quería de él, era puro placer sexual a consecuencia del cambio hormonal de la señora.

-Modificar el pasado traerá grandes consecuencias.

-lo dices por lo que hará- pregunto curiosa Yura.

-en realidad yo no tengo porque decirles lo que veo, pero me resulta interesante como los sentimientos humanos pueden llegar a afectar a las personas, haciéndolas caer o bien llegar a la cima.

-solo espero estar en el lado correcto-murmuro Yura.

-eso solo el tiempo lo dirá- menciono la niña.

POV INUYASHA

Me pegué a un gran árbol con los brazos cruzados, mire la batalla entre Rin y Hitomiko, después de hacer frente a lo sucedido, más aún aceptar su destino, el poder en ella empezó a fluir con mayor control, mire a la sacerdotisa lanzarse sobre ella, esta dio un giro a la derecha y lanzo un golpe con la energía concentrada en sus manos, Hitomiko lo recibió, pero enseguida contraataco jalándola, la espada cayo y se volvió una pelea cuerpo a cuerpo, me sorprendía como en pocas semanas Rin había dejado de ser tan angelical para convertirse en toda una guerrera, al final esta provoco una ráfaga y lanzo a la sacerdotisa lejos.

-oh Rin- se acercó Sango para felicitarla- has mejorado mucho.

-enserio lo crees Sango.

-si señorita Rin fue una gran pelea.

-en una pelea verdadera nunca dudes, ataca hasta el final, ellos no tendrán compasión-expreso Midoriko.

-hemos dispuesto todo- menciono Jinenji.

-bien, entonces todos a arreglarse- sonrió Hitomiko.

- para que- pregunte acercándome.

-ha llegado el momento de proclamarlo Rey.

Y eso me sorprendió, pese a saber de mi obligación, el hecho que la mayoría de los aliados desconocieran mi status, me facilitaba relacionarme con ellos, saber que pensaban, que querían en el futuro y que estrategias sugerían utilizar, ahora era tiempo de alzar la cabeza a lo alto por los Taisho.

La vereda por donde caminaban tenia a sus lados grandes árboles, los cuales ofrecían sombra a los viajeros, el sol era intenso, el caminar era lento, cada uno estaba inmerso en sus pensamientos, Koga se entretenía imaginando como acabaría al señor oscuro, Jakotsu pensaba en los labios de Koga, Bankotsu esperaba haber ayudado a la sacerdotisa y en su cuerpo que miro levemente desnudo, Kagome dejaba divagar a su mente en recuerdos de Sesshomaru, acaso algún día el corazón dejaría de doler, presiono el dije de gota y cerró los ojos ante la intensidad del sol al salir de aquella vereda, pero entonces…

POV KAGOME

Una luz me segó brevemente, era el brillo de la perla Shikon, Kikyu la tenía en su mano, la miré subir una escalera, abrió una puerta e ingreso al cuarto, de lejos pude observar los cabellos negros largos que se extendían por la colcha, una mosquitera me impedía verlo bien, ella sonrió y yo intenté acercarme, extendí la mano dispuesta a hacer a un lado la fina tela, pero unos brazos me jalaron.

Abrí los ojos para observar como Bankotsu cortaba la cabeza a la serpiente que pretendía agarrar, mientras Koga me sujetaba preocupado.

-esta mujer me desquicia- suspiro Jakotsu.

-otra visión-pregunto Banky.

-le llevo la perla a Kikyu y está a un hombre de cabellos negros.

-ese ha de ser Naraku, el padre de su hijo.

- Él bebe murió- murmure.

-entonces ese Naraku será el Señor de la oscuridad- pregunto Koga.

-No- respondí- es alguien más maligno y despiadado, es alguien que no se tentara el corazón para matar, aun sean sus amigos.

-tu sabes quién es-interrogo Koga.

-he venido por a matar al Señor de la oscuridad, ese es el destino que me compete en este lugar.

-porque- pregunto sin comprender Bankotsu.

-porque yo soy la última sacerdotisa, la que posee los tres dones concedidos a estas, mi familia espero mucho para tener la oportunidad de acabar con este mal que afectara a los dos mundos de manera catastrófica.

En el centro del campamento se alzó una gran fogata, a los lados jabalís eran asados, como manjar para tal festejo, los pocos instrumentos que quedaban intactos fueron utilizados para crear música tradicional del Reino del Oeste, la cual era danzada por las mujeres, la gente estaba animada, llegado la media noche se levantó la sacerdotisa Midoriko.

-escuchadme todos- hablo con voz fuerte- como sabrán el príncipe Sesshomaru ha muerto- el silencio reino- pero en su lugar a llegado un nuevo príncipe, el hijo del gran Onigumo ha venido a ocupar el puesto de Lord.

Inuyasha se acercó a ella, una pequeña niña camino llevaba consigo una corana, la cual Midoriko tomo y elevo.

-hoy el Reino del Oeste se viste de fiesta para recibir a su nuevo Rey, Inuyasha Taisho yo te proclamo Lord todo poderos del Reino del Oeste- le puso la corona.

La multitud se inclinó ante Inuyasha en señal de respeto, este hizo una leve reverencia y hablo con voz fuerte:
Los últimos meses han sido difíciles, todos hemos perdido a seres queridos, nuestro enemigo aun no muestra la cara, pero eso no quiere decir que debemos bajar la guardia, al contrario, debemos estar más alertas, porque cuando menos lo esperemos, nos atacaran, aunque el camino se vislumbre difícil no den un paso atrás, juntos lograremos vencerlos, por mi honor prometo que el Reino del Oeste volverá a levantarse más fuerte que nunca, luchemos hasta el final.

- ¡SIIII!!!-grito motivada la multitud.

-que siga la fiesta- menciono Miroku, quien recibió un codazo de Sango, la música sonó y la fiesta siguió- ¿qué?

-nunca cambias monje- se alejó Sango.

En ese mismo momento en la mansión, Kikyu por fin decido hacer aquello, retiro la fina tela, dejando al descubierto el cuerpo sin vida de Sesshomaru, este había dejado de ser peli plata, al perder su alma, ella avanzo firme y poso la perla en su corazón.

-deseo que este hombre vuelva a la vida.

Una luz ilumino el lugar, la perla se incrusto en el corazón del joven, una negra nube cubrió la luna, provocando oscuridad en la habitación, al volver la claridad lo miro abrir los ojos, esos que tanto le gustaban.

-quien soy- pregunto incorporándose.

-El Señor oscuro- respondió Kikyu con una gran sonrisa.

Continuara…

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