Nada es lo que parece/ Anime: Junjou Romantica/ Junjou Egoist

Capítulo 24: Distancia multiplicada

Anteriormente en Nada es lo que parece:

—Esta es la sala... ¿qué hago aquí?—por el rabillo del ojo veo un gran bulto a mi lado, así que miro abajo y... —¡WAAAAAHH!

Un extraño estaba apoyado con la mitad de su cuerpo y cabeza en el sofá y la otra mitad en el suelo. Tenía un largo y desordenado cabello negro azabache, destacando su blanco torso desnudo.

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Si logró hacerle hablar. Capaz sabe a dónde se fueron esos 3, porque no creo que todo eso fue un sueño. Yo estaba con Nowaki, le había prometido salir por las fiestas.

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—Maldita sea...—siento mis mejillas arder. — Raro, ven aquí—le llamó junto a un gesto con las manos.

Esto quedará entre él y yo. Ahora si daré gracias a la razón de que no sabe hablar.

Capítulo 24: Distancia multiplicada

-Pareja Egoísta-

Capítulo dedicado a @AKIHIKOMALDOALVA

Navidad en la mañana: Hiroki*

Termino de subirle el pantalón hasta sus caderas a duras penas, entre tratar de no parecer un pervertido o su niñero. Sin embargo, esto último era difícil por su fija mirada inocente y con confusión a mis movimientos.

— No me mires así—suelto con molestia —. Esto es algo que tú mismo debería saber hacer a la edad que tienes.

Él hippie del psiquiátrico solo continua con la misma mirada curiosa y sonriendo torpemente cuando empiezo a acomodarle la vasta del pantalón. Solo me hace sentir más culpable e irritado

¿Qué edad tendrá este tipo?, ¿de verdad es un enfermo mental o está fingiendo todo para degollarme con esos extraños dientes filudos y vender mis órganos?

Sea como fuese, son preguntas que hoy no podrán ser respondidas. Así que me levanto y miro a mi alrededor.

— Qué asco de lugar...—digo en un hilo de voz y me planteo si debo limpiar todo ahora, darme una ducha o deshacerme de ese extraño primero con un zapato o alguna olla. Doy un corto y fuerte suspiro —Después será.

Tomo mi chaqueta de invierno del perchero y me dispongo a salir: Tengo que buscar a mi perro. Pero ni bien tomo el pomo de la puerta, algo me frena de golpe.

— ¡¿Qué mier...?!—volteó y a la altura de mis pies lo veo a él haciendo algo que detuvo mi corazón—Acaso tú...

— Mmph, mmph.

—Acaso tú...—tome aire profundamente—¡¿estas mordiendo y jalando mi chaqueta?!—levanto mi puño con intenciones de golpearlo, pero veo mi reflejo en el espejo del pasillo y la momia que parezco—Ah, claro. Me veo ridículo...

— ¡Mmph!— es lo que se llega a escuchar y tomo como una afirmación.

— Sí, sí, sí gracias—digo dando manotazos en su cabeza para que me suelte y lo hace—Esto se cubre con un sombrero o se quita con...

Unos gruñidos me interrumpen. Veo ligeramente sus dientes amenazantes junto a sus ojos azules, siendo estos achicados por sus pobladas cejas fruncidas.

— Vale, vale, solo me lo acomodaré un poco y lo cubriré con un sombrero—digo irritado—No es como si estuviéramos en pleno invierno... y con el sol cubierto de nubes...

— ¡Ha!—exclama con alegría y los ojos cerrados. Aprovecho ese gesto para examinarlo, le queda bien la camisa y aquel pantalón café, pero para estar en casa, la camisa se le asienta demasiado y el pantalón es demasiado informal por si hay visitas...