Capítulo 14: El blando demonio

341 47 47
                                    

Martes 21: En la mañana

-Hiroki-

Solo estaba a unas cinco cuadras para llegar a mi departamento, no puedo creer que me hayan obligado a cuidar al profesor Miyagi en la enfermería, mientras la enfermera se iba con unas amigas y lo peor de todo, que termine aceptando darle unas clases particulares a Aikawa, no tenía idea de que ella y la enfermera eran primas de hecho ni siquiera me interesaba saberlo, pero ya que la enfermera dijo que Aikawa estaba algo (muy) mal en mi curso, sería bueno que alguien (yo) le de unas cortas enseñanzas (clases particulares) de buena voluntad (gratis). Y depende de cómo le evalué el profesor (yo) será si pasa o repite el curso.

Está más que obvio que me negué rotundamente o me hacía el de no entender, pero esa mujer parece el diablo con una máscara, no sé cuántas veces van que discuto con mujeres. Soy un caballero pero tampoco soy un idiota, así que al final quedamos en un acuerdo; por este mes solo le daré clases hasta el jueves y en enero solo por dos semanas, si veo que mejora la pondré en los que aprobaron... al menos con eso, dejará de haber una alumna mediocre menos en el área de literatura.

Ya puedo ver mi edificio, que rápido llegue, ni me había dado cuenta y... un momento esos son... ¿aullidos?

¿Cómo demonios no lo escuche desde un inicio? Si se escucha fuerte y claro,¡y ni siquiera he llegado! , estoy a unas dos cuadras o más lejos, no me puedo imaginar de cómo se escuchará dentro del edificio, lo escucharan los vecinos y se quejarán...

¡MALDITA SEA! ¡YA ME BOTAN HOY MISMO DEL DEPARTAMENTO, PERRO IDIOTA!

Caminé apurado (corrí) en dirección a mi departamento, esperando no encontrarme con nadie o que mis vecinos tengan sueño pesado, o se hayan ido de vacaciones a otra parte. Aun mejor... no encontrarme con mi casera... sé que yo no soy el mejor indicado para decir eso, y sé que no tengo el mejor genio del mundo, pero no hay ser en este mundo que la aguante o que lo aguante.

No importa si sea el hombre un pacifista reconocido a nivel mundial, o la persona más agradable de mundo, nadie exactamente nadie, puede no ser odiado por esa mujer de edad desconocida (tal vez sea de 70 o más). No sé qué fue de su marido, pero ese hombre debió ser un héroe por tranquilizar a esa bestia.

¡BIEN! Ya estoy en el segundo piso y no hay rastros de algún escándalo hecho por los vecinos, no se escucha ninguna voz a excepción del aullido largo y fuerte del perro... acaso ese fue criado por lobos o modificaron su ADN, qué clase de perro puede ser así. Tarde o temprano vendrá una jauría a comerse todos los del edificio.

—¡Oye! ¡Perro! ¡Cállate!—grité a través de la puerta esperando que haga silencio... nada, o no me escucha o me está ignorando. Sea cual sea la razón, cuando abra la puerta me va a oír.

Busque mis llaves hasta que una mano escuálida toco mi hombro, que hizo sobresaltarme.

—Kamijou-kun... ¿acaso tienes una mascota?—escuché una voz penumbrosa a mis espaldas, al voltearla vi a la anciana mujer, mirándome con sus ojos oscuros llenos de rabia y maldad, lo primero que paso por mi cabeza es que seguramente tiene que es una bruja del siglo XVI.

—E-esto, noooo... ¿cómo cree?.- dije desviando la mirada. Por mi mala suerte después de decir eso, se escuchó un ladrido.

—Usted sabe muy bien que en MI edificio, hay normas.- dijo con tono orgulloso.

—Si, ya lo sé Ito-san.- afirme fastidiado, sabiendo lo que después de esto seguía.

 —¿Así? Yo creo que no, así que se los diré.

"Ahí vamos de nuevo... será mejor ponerme cómodo."

—Norma N°1: Pagaran la cuota a tiempo. Norma N°2: No molestaran a los vecinos. Norma N°3: No molestarme a mí, con un problema con los vecinos.Norma N°4: ...

Nada es lo que parece/ Anime: Junjou Romantica/ Junjou EgoistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora