23.- Pérdidas

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El ruido del mundo a mi alrededor se escuchaba amortiguado, pude notar que alguien gritaba algo pero no pude distinguir que era. Solo podia ver a mi madres sin vida el en suelo y al hombre que la había asesinado.

'No...esto no puede ser cierto. ¡Ella es una cazadora! No puede morir tan fácilmente. Ella no...'

-¡Kirsten!-Un fuerte grito interrumpió mis pensamientos y mi padre aprecio en mi campo de vision.-Saca a tu hermana de aquí ¡ahora!

Aquello me devolvió a la realidad y de pronto los sonidos de caos volvieron a estar presentes y el pitido desapareció.

-P-Pero...-Murmuré con voz débil.

-¡Obedéceme!-Su rostro estaba rojo de furia y sus ojos albergaban muchas emociones.

Vi como detrás de él los lobos empezaban a moverse en nuestra dirección. Miré sus ojos una ultima vez y supe lo que tenia que hacer. Por mas que me doliera. Me di la vuelta y cargue a Anne estilo princesa, después corrí. Corrí lo mas rápido que pude escuchando la pelea que se llevaba acabo detrás de mi. Tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no voltear y seguir adelante. Tenia un enorme nudo en la garganta e incontables lagrimas corrían por mi rostro.

'¡Maldita sea! Si fuese mas fuerte. Si tan solo fuese mas fuerte'

Un horrible dolor apareció en una de mis piernas haciéndome gritar y caer al suelo. Anne salió volando de entre mis brazos y cayo rodando un par de metros lejos de mi. Voltee s ver el motivo de mi dolor y vi a un lobo gris mordiendo mi pantorrilla. Sus dientes estaban llenos de mi sangre y sus ojos me miraban con burla.

Con mi otro pie me encargue de patearlo lo mas fuerte que pude pero el animal ni se inmutó.

'¡Loba! Es hora de aparecer ' grite en mi cabeza rogando por que esa fuerza sobre humana tan característica de los licántropos apareciera.

Sostuve mi arma con firmeza y la eleve en el momento en el que el lobo saltó directo a mi cuello. Apreté el gatillo y el estruendo del disparo me hizo cerrar los ojos. Sentí el liquido caliente correr por mi mano. Di en el blanco. Había apuntado en la barbilla del lobo y mi bala había atravesado con éxito toda su cabeza.
Solté el aire que no sabia que estaba conteniendo cuando un grito sobre mi cabeza me asustó.

'¡Anne!'

Vi a mi hermana y frente a ella estaba un enorme lobo cafe rojizo gruñéndole mientras ella retrocedía en el suelo con pánico. Con todas mis fuerzas me quité el cadaver del lobo de encima y me levanté del suelo lista para ir a salvarla, aun cuando sabia que ya no habían balas en mi arma.

-¡Aléjate de ella!-grité apuntándole con mi arma vacía.

'Ellos no saben que no tengo balas. Puedo hacer esto, yo puedo...'

-Solo ríndete muchacha-La gruesa voz de Matías se escuchó en mi oído, demasiado cerca.

Sorprendida, salté hacia un lado y apunte hacia él. Matías río por mi acción.

-Deja el show niña. ¿A caso olvidas quien te dio esa pistola?-Me dijo con altanería.

Fruncí el ceño confundida por sus palabras.

-Ya no tienes balas-Su declaración heló la sangre y sentí mi cuerpo tensarse.-Solo ríndete. Ya haz perdido.

Hizo una seña con su mano y uno de los lobos se acercó con algo en su boca. Una punzada atravesó mi pecho y mi mundo dio un giro cuando reconocí la espada de mi padre. El lobo la soltó en el suelo a un lado de Matías y gotas de sangre cayeron de entre sus dientes.

Él no es un alfa (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora