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Ella se levantó temprano, era lunes y debía ir a la escuela, esta vez su madre no estaba en casa, así que debía preparar su desayuno, decidió primero alistarse,de último cocinar.

Así lo hizo, cuando el reloj marcó las 7:04am ella ya estaba saliendo de su casa, su primera clase era a las 8:00 así que llegaría temprano. Llegó 30 minutos después, y fue a hablar con Daniela, le dijo que ya todo se lo había pasado al correo, y ya había aprendido y parte de la exposición.

Estuvieron un rato charlando hasta que ella vió que el beta se iba a acercar a ellas, y el nerviosismo la atacó 

— Voy... voy al baño, hablamos luego — avisó y salió corriendo al lugar indicado. Liam paró y caminó hacia la chica de los cabellos rojos 

— ¿Pasa algo con Gabriela? — preguntó 

— Nada. Solo debía ir al baño — respondió.

Él asintió y tras agradecer se fue. Así pasaron las dos primeras clases, y ella lo estaba evitando a toda costa. Mason y Corey se dieron cuenta de eso, así que estando ambos en la biblioteca comenzaron a hablar 

— Soy yo... ¿O Gabriela esta evitando a Liam? — Preguntó el moreno a su novio 

— Mason, no deberías meterte en eso — advirtió el castaño 

— Silencio — lo calló — Mira lo que haremos — Comenzó a explicarle en plan 

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Era la última clase del día, así que ella caminó tarareando una canción de Katty Perry hacia los vestidores, tocaba educación fisica por lo cual cambió sus jeans por unos shots cortos, y su blusa por una camisa deportiva, colocó sus zapatos, y tarareando la misma melodía caminó por los vestidores hasta que sintió que algo la estaba empujando hacia un armario, ella estaba gritando, Liam quien ya estaba en la cancha la escuchó y preocupado, y guiándose por su aroma llegó a los vestidores, le pasó lo mismo que a ella, fue empujado al pequeño armario y la puerta fue cerrada.

Ambos sabían que era Corey y Mason gracias a sus olores. ambos trancaron la puerta para que ellos no pudieran salir. Y ahí estaban ellos. Uno frente al otro, apretados.

Ella mantenía su mirada abajo, no lo quería ver. Pero él mantenía su mirada puesta en ella, su caliente respiración chocaba con su rostro 

— ¿Puedes dejar de mirarme así? — preguntó casi en una petición 

— ¿Puedes dejar de ignorarme? — preguntó 

— No te estaba ignorando — se defendió 

— Me evitaste toda la mañana... ¿acaso hice algo mal anoche? 

— Ay por Dios, Liam. No — respondió inmediatamente, él se alivió  — Es solo que... no lo se, pero no es nada referente a ti — habló despreocupando al chico — Quiero salir de aquí — comentó incomoda por la mirada del beta.

Con dificultad se volteó soltando un suspiro

— Así estoy mas cómoda — admitió.

Liam tragó, estaban en una situación muy comprometedora. Ella movía sus piernas provocando que su cuerpo de la cadera para abajo también lo hiciera, eso hacía que el nerviosismo del chico creciera, y también una parte de su cuerpo.

Ella estaba ansiosa, y no de la buena manera, quería que los chicos dejaran su broma pesada y los sacaran de ahí. No dejaba de removerse incomoda, y eso estaba creando una erección en él, su trasero cubierto por ese pequeño short estaba presionado sobre su entrepierna 

— Por favor, deja de moverte — suplicó en una orden.

Ella hizo caso estuvo un minuto quieta hasta que sintió algo duro pegado a su trasero 

— Liam, no te pegues tanto a mi 

— Por si no lo notaste, no hay mas espacio — le recalcó 

— Estas bien, pero quita tu puño de mi trasero — pidió 

— No tengo mi puño en tu trasero — respondió 

— Claro que si — afirmó 

— ¡No lo tengo! — exclamó defendiendose 

— Pues hay algo duro que esta en mi trasero... — ella misma se calló al analizar sus palabras — No puedo creerlo — dijo mas para si misma — ¿Es lo que creo que es? — Preguntó avergonzada apoyando su frente en la madera del armario 

— Si lo que crees, es eso que tienen todos los hombre, si — respondió. Ambos estaban rojos, y Liam estaba nervioso, muy nervioso 

— ¡Pues controlalo! — ordenó 

— No puedo hacerlo si sigues moviéndote encima de él — se defendió como si estuvieran hablando de una tercera persona. Ella dejó de moverse. Estaban en silencio — Lo siento — se disculpó Liam

— Es algo normal, supongo... nunca he tenido un pene, así que no se — dijo y él rió 

— Por favor cállate — rió

Dejó de hacerlo, estaba comenzando a doler, estaba realmente duro, cerró los ojos y comenzó a distraer su mente, pensó en matemáticas, y en cosas asquerosas, estaba logrando concentrarse, pero todo eso se fue a la mierda cuando escuchó a la chica emitir un sonido de dolor, abrió los ojos. Ella comenzó a moverse de nuevo 

— Tengo un calambre —informó, soltando un sonido de dolor leve — Lo siento, Liam pero tengo que sobar mi pie — se disculpó mirando sobre su hombro

echó todo su trasero hacia atrás, quedando totalmente pegado y haciendo una gran fricción con la gran y palmitante erección del lobo.

Esta acción hizo que el chico jadeara, y cuando ella comenzó a hacer más fricción debido a los movimientos del pie él soltó un suspiro satisfactorio, ella se levantó, y jadeó sintiendo ahora su erección en el máximo punto, ese sonido hizo que su amigo se prensara aún más, era doloroso.

Y realmente frustrante tener a esa chica frente a él y no poder hacer nada. Ella debía admitir que le exitó un poco saber que ella era la causante de esa erección, y a la vez se sentía culpable. En ese momento Mason abrió la puerta y ambos salieron totalmente rojos

— LOS VOY A MATAR... Pero primero... Debo ir al baño — dijo y se fue, antes de irse ella miró el causante del problema, y definitivamente era un gran problema. Ella miró a los chicos

— Yo... Debo irme — avisó, fue a su casillero, tomó sus cosas y fue a su casa.

No podía mantener la mente tranquila, llegó y se acostó en su cama, no dejaba de pensar de que en ese momento Liam probablemente estuviera marturbandose

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ALMAS PERDIDAS 🔹 Liam Dumbar |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora