🔹54🔹

2.1K 157 2
                                    

Gabriela soltó un gemido en el oído del beta, mientras que este besaba su cuello, ambos desnudos en la cama blanca, los dedos de la chica viajaban por la espalda de Liam, mientras que sus cuerpos se movían como uno solo.

Liam se despertó agitado, miró el reloj de su mesita de noche 3:45AM, maldijo y se recostó en la cama. Era la tercera vez en dos días que soñaba con algo así, ellos dos, teniendo sexo.

Ya habían pasado dos días, y esta vez, ambos se estaban evitando, y más él, quien sentía verguenza de todos los pensamientos que habían inundado su mente desde el Lunes.

Mason y Corey sabían que la habían cagado, y se disculparon con ellos por separado. Ya Helena y Henrry habían llegado de su viaje, y notaron a su hija muy distinta. Era jueves y Henrry entró a la habitación de su hija cuando ella estaba peinando su largo cabello negro

— Hoy no irás a la escuela, me acompañarás en el trabajo — informó y salió de la habitación.

Ella sonrió tenía tiempo sin ir a la empresa, y realmente amaba hacerlo, a veces traducía documentos, y anotaba números telefónicos, y eso la entretenía.

Estuvo muchas horas en la empresa, mayormente hablando con Tatiana, una de las socias de la empresa que estaba de visitandola.  Al acabar suspiró, y su padre entró a su campo visual

— Vamos a comer — ordenó y fueron en auto a KFC. Comenzaron a comer en silencio. El hombre comenzó a indagar sobre un tema que lo tenía bastante distraído — Asi que... ¿Un chico? — Ella lo miró confundida 

— ¿Que? 

— Eso es lo que te tiene asi — afirmó con un poco de interrogativa en su tonalidad 

— ¿Por... ¿Por qué crees eso? — preguntó nerviosa. Él hombre la miró fijamente, ella suspiró rendida — ¡OK! — admitió 

— ¿Es el beta de Scott? — preguntó directo a lo que ella inmediatamente respondió 

— ¿QUE? No, por supuesto que... ok, si. Es él — se rindió al saber que no podía mentirle a un hombre lobo, y más si ese hombre lobo es su padre. — ¿Como lo sabes? — preguntó 

—Soy tu padre — respondió simple — ¿Te gusta? — preguntó. Para él no era nada malo, sabía que algún día pasaría, más teniendo una esposa que quería que se enamorara lo mas pronto posible.

Sabía que si Helena le preguntaba no iba a tener la misma confianza que con él, ya que la mujer seguramente se dejaría llevar por la emoción. Ya su hija cumpliría 17, y lo estaba aceptando. 

— Si... pero es extraño — admitió cansada. Sabía que con él podía hablar libremente, obviando lo recién sucedido — Él y yo siempre nos odiamos, pero ahora me siento rara, y es abrumador — hizo una mueca, el hombre rió

— ¿Como te sientes? — indagó 

— Bueno, siempre que estoy a su lado quiero abrazarlo, pero me siento tan nerviosa que apenas puedo mirarlo a los ojos, mejor dicho ¡NO PUEDO! — exclamó explicando con sus mejillas inconscientemente rojas —  Comienzo a tartamudear, parezco una estúpida — se insultó asi misma — él de verdad me gusta papá, pero es aterrador 

— ¿Que te aterra? — preguntó 

— ¡TODO!, nunca me había sentido asi, y... es realmente lindo ese sentimiento, ero trato de contenerlo, porque tengo miedo de que algún día se acabe — confesó — Todo tiene un fin, y me aterra pensar que algún día todo acabará, o que no sea como lo he soñado

— Tienes miedo de desilusionarte — concluyó — Y eso es normal, no te culpo — la apoyó — pero si no lo intentas, nunca sabrás que se siente — habló sincero — Tu eres una chica de sentimientos realmente hermosos, y estas enamorada de él, y estar enamorado en uno de los sentimientos más bonitos que puedes sentir, claro, si es correspondido — rió — Pero el punto es, que no deberías cohibir todo eso que estas comenzando a sentir 

— ¿Y si él no siente lo mismo? — preguntó 

— Ese, pequeña lobita, no es tu caso — dijo — Ese chico siente algo por tí, y yo lo se — afirmó, ella sonrió 

— No lo creo — respondió 

— Yo lo que creo es... que deberías decirle lo que sientes — ella negó — inténtalo, solo espera el momento perfecto — aconsejó. Ella se levantó y se sentó a su lado, luego lo abrazó 

— Gracias papá. Te amo — él sonrió complacido 

— Eso no lo dirás cuando lo estes besando 

— ¡PAPÁ! —exclamó riendo — Nunca te abandonaría... solo cuando mamá esta enoja, ahí si huiré sin ti — respondió 

— Traidora — le dijo. Ambos rieron — Y... ¿Como quieres que actúe cuando lo conozca formalmente? — preguntó 

— Deberías asustarlo un poco — Rió — Pero no debes preocuparte, porque se que eres el primer hombre que me amó... y me ama 

— Y siempre te amará — terminó de decir. Ella sonrió ampliamente

— ¡YA! basta de sentimientos, que asco. Es hora de ir a casa, y fingir que nada a pasado — Recordó — Ni se te ocurra decirle a mamá 

— Dalo por hecho — respondió y ambos salieron de KFC directo a la casa, hablando de diversos temas.

🔹
¿Que les pareció?

ALMAS PERDIDAS 🔹 Liam Dumbar |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora