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Gabriela  y Jason estaban en la estación abandonada del trenes de Uthan, a ambos les gustaba caminar por los rieles mientras charlaban.

Esa tarde no era la excepción, el atardecer estaba a punto de hacerse presente, en la mente de la pelinegra pasaban muchos pensamientos, muchas dudas. Eso no pasó por alto a Jason quien con sus manos en los bolsillos de su sudadera gris la miró

— ¿Que tienes? — preguntó en un tono suave, y ella lo miró 

— ¿Qué? — preguntó confundida 

— Te conozco más que a mi mismo, Gabriela. Sé que algo te pasa —  Dijo. Ella suspiró 

— Son... son papá y mamá  — confesó — Los he escuchado, a ti y a ellos — él tragó 

— ¿Qué has escuchado? — pregunta 

— Como discuten. Mamá y papá no quieren que estés mas con Josh... dicen que por su culpa tu cambiaste —  confesó — pero tu no cambiaste, Jason. Eres el mismo

— Contigo — respondió de inmediato. Ella lo miró confundida, él respiró profundo  — Siéntate — Ella obedeció, y se sentó en una de las tablas gastadas de los rieles — Gabriela, vas a escuchar muchas cosas malas de mi, y muchas van a ser ciertas; pero, todo se salió de control. Me engañaron — Dijo. Sus ojos se cristalizaron 

— Jason, ¿De que estas hablando? — preguntó levantándose de su lugar  y acercándose a él, sus ojos también estaban cristalizados 

— Se me agotó el tiempo — confesó. Ella ahora estaba mas confundida — Viene por mi — Dijo sus ojos acumulaban lágrimas, pero no derramaban ni una 

— ¿Quien? — preguntó — Podemos detenerlo — Dijo colocando sus manos en las mejillas de su hermano — Juntos — susurró, él derramó la primera lágrima, luego otra 

— Juntos lo vamos a hacer — afirmó — pero ahora no hay nada que podamos hacer — Ella negaba llena de lágrimas saladas corriendo de sus ojos, y terminando en sus labios 

— Siempre hay otra oportunidad, tú me enseñaste eso — Decía 

— No hay escapatoria de esto — Dijo mostrandole la marca que estaba comenzando a activarse 

— ¿Que es eso, Jason? — preguntaba histérica, ella no dejaba de llorar, él lo hacía pero logró calmarse, tenía que hacerlo  

—  ¡ escúchame! — exclamó tomándola por los hombros. Ella lo miró — En la casa del bosque, donde jugábamos de pequeños, dejé un libro. Ahí te explico todo — explicó apurado, asustado.

Su respiración era acelerada y su corazón latía a niveles altos gracias al miedo. La marca dolía cada vez mas. Eso estaba cerca

— Hoy voy a morir — declaró 

— No, Jason, no — decía acercándose a él — no seas exagerado, no dejaré que nada te pase. Tu eres mi hermano — las lágrimas caían sin control — Si tu mueres, lo haré contigo — se acercó a él y entrelazó sus manos. El dolor aumentaba.

Él la abrazó fuertemente, duraron tiempo así hasta que el dolor lo obligó a separarse 

— Esta aquí — dijo y soltó un grito de dolor.

El piso se vió cubierto de una espesa neblina negra que iba subiendo lentamente

— sal de aquí — ordenó con miedo 

— No, no te dejaré — afirmó, él la empujó al momento de ver como la neblina se convertía en una silueta humana. El Tử vong tomó a Jason del cuello elevándolo unos centímetros del piso — ¡¡JASON!! — gritó 

— Pensaste que interrumpiendo el ritual estarías a salvo. — dijo la silueta con voz grave, demoníaca — Yo me iré... pero volveré — siguió, inclinó la cabeza — Pero tú, te irás para siempre — Jason habló con tanta dificultad que parecía un susurro 

— J'invoque le pacte de sang, le jour est venu — Dijo — J'invoque le pacte de sang, le jour est venu — repitió.

Ya la nelina se había metido en su organismo, y estaba muriendo poco a poco, antes de que el Tử vong lo soltara dijo por última vez activando el pacto de sangre

— J'invoque le pacte de sang, le jour est venu

El Tử vong desapareció y Gabriela quien había visto todo se acercó al cuerpo de su hermano consumido por las tinieblas. Se arrastró hacia él 

— Jason, no. Todos menos tú — lloraba — Tu eres mi hermano, mi todo — decía, él la miraba, débil — Sin ti no soy nada — Lloraba 

— Acércate — pronunció  con dificultad. Ella lo hizo — Recuerda que te amo —  dijo y acercó su dedo a la parte trasera de su oreja y la marcó, ella gritó de dolor, el dolor la distrajo, y cuando este desapareció consiguió a su hermano muerto 

— ¿Jason? — preguntó — ¡¡JASON!! — gritó moviendo el cuerpo de su hermano.

Soltó un grito desgarrador, todos los momentos que había pasado con él pasaron frente a sus ojos. Lloraba y gritaba y cuando se quedó sin voz se acostó a su lado y lo abrazó llorando encima de él. Así pasó un largo tiempo hasta que llegó la policía. 

Todo se estaba volviendo cada vez mas borroso, hasta llegar a nada 

¡¡JASON!! — gritó levantándose de repente, todos se alertaron y entraron a la habitación, incluyendo sus padres quienes estaban mas que preocupados. Sentía unas ganas inmensas de llorar 

"Se fuerte. Yo estoy contigo" — Dijo Jason.

Ella cerró  los ojos fuertemente y con ayuda de Scott y Stiles salió de la tina. Su madre la miró 

— ¿Estas bien? — preguntó preocupada. Ella asintió  — Entonces recoge tus cosas, nos vamos — ordenó, ella la miró confundida, por sus expresiones supo que ellos ya sabían toda la verdad — ¿No escuchaste? No vamos, Gabriela

— No. — habló firme. Todos la miraron — No llegué tan lejos para rendirme ahora solo porque tenemos miedo

— ¿No te das cuenta que vas a morir? — preguntó su padre 

— Si no hago nada, moriré. — dijo — No sé si te lo contaron, pero si no detengo esto, moriré en 60 días — Su madre la miró y negó — Jason pasó por esto, y no pudo pararlo. Él confía en mi. Todos lo hacen. Y no voy a fallarles por tener miedo — declaró — No esta en mi sangre abandonar a las personas. Ustedes me enseñaron eso. Y los amo, y de verdad entiendo su preocupación... pero no dejaré que mas gente inocente muera pudiendo detener todo esto. No voy a morir sin haber luchado. Estoy cansada de esconderme. Si me disculpan, iré a buscar el libro que me dejó Jason.

Caminó hacia la salida sintiendo la humedad en su cuerpo frío

— Y si no tienen miedo, siganme — miró sobre su hombro y salió de la clínica veterinaria.

Todos se quedaron impresionados por su discurso. La siguieron. Llegando a su  auto la voz de su madre la detuvo

— ¿Como se llama el libro? — preguntó su madre. ella sonrió y corrió a abrazarla

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Espero les haya gustado

ALMAS PERDIDAS 🔹 Liam Dumbar |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora