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La mañana había llegado, y aunque para algunos ésta no estaba siendo agradable, para él sí

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La mañana había llegado, y aunque para algunos ésta no estaba siendo agradable, para él sí. Jimin tenía una amplia y hermosa sonrisa dibujada en su rostro mientras caminaba tomado de la mano con DaeMi, nunca imaginó que aquello con lo que tanto soñó se haría realidad algún día. Pero allí estaban los dos, tomados de las manos y sonriéndose.

Luego de caminar por el pasillo de la escuela y que todas las miradas quedaran fijas en ellos dos, llegaron al salón. El pelinegro buscó a TaeHyung con la vista y se preocupó cuando no lo vio.

— Hoseok, ¿verdad?

El chico alzó su vista y frunció el entrecejo cuando se dio cuenta de que Park Jimin le estaba hablando, las cosas se estaban volviendo raras. Primero su amigo había logrado que JungKook se fijara en él de la noche a la mañana y ahora el chico antisocial de toda la escuela le estaba hablando, ¿que otra cosa más iba a suceder? Ah sí, había algo más. Tae aún no llegaba, y él nunca faltaba a clases ni llegaba tarde.

— Sí — asintió aún sintiéndose extrañado.

— Me preguntaba si sabías algo de TaeHyung, ¿te dijo si faltaría hoy? — preguntó, no quería parecer dramático pero sabía que algo no estaba bien. Y es que nunca había llegado a su salón sin que el castaño no estuviera allí ya.

— Hace dos días que no sé nada de él — contestó serio. Tae era su mejor amigo, y lo había dejado de lado por estar detrás de Jimin. No iba a mentir, sentía celos y rencor hacia el pelinegro. — Pensé que lo sabrías tú, como ahora son mejores amigos.

Jimin frunció el ceño sin prestar atención a lo que el chico le decía, solo había entendido que él tampoco sabía nada de el castaño.

Suspiró y volvió a mirarlo.

— Iré a buscarlo.

Jimin fue hacía DaeMi y le explicó que debía ir y cerciorarse de que TaeHyung estuviera bien. Tal vez no pasaba nada, pero quería estar seguro de ello. La noche anterior él chico había salido en busca de JungKook quién no había reaccionado precisamente bien ante todo lo que le había contado y temía que le pudiera haber hecho algo a Tae en un arranque de furia.

Su especie tenía grandes problemas con el autocontrol, mientras crecían aprendían a controlar sus instintos. Pero cuando las cosas se salían de control esto se volvía más difícil de lo común y podían terminar hiriendo a personas inocentes.

Llegó a la casa del chico y tocó varias veces la puerta, la madre de éste fue quién lo recibió y Jimin intentó contener sus emociones para no preocuparla.

— Buenos días, soy amigo de Tae de la escuela. Me dijo que le hiciera el favor de recoger un trabajo que se le había quedado.

— Oh, entra — lo dejó pasar con una sonrisa amable. — Supongo que anoche con la emoción se le olvidó.

Habló mientras guiaba a Jimin hacía el cuarto de su hijo, abrió la puerta y lo dejó pasar.

— ¿Emoción? — cuestionó. — ¿Por qué estaba emocionado?

— Bueno, la verdad no lo sé. Solo llegó y me dijo que se quedaría en casa de un amigo. Que no me preocupara que iría a la escuela temprano como siempre, se emociona cada vez que se queda en casa de Hoseok. — hizo una pausa — Así que lo estaba mucho más al ir a la de otro de sus amigos.

— ¿Que... que amigo? — preguntó con miedo a la respuesta.

— JungKook, me dijo que su nombre era Jeon JungKook.

Jimin apretó sus manos, sus sospechas eran ciertas. Tae no había ido a la escuela porque estaba con JungKook, y la verdad no creía que el castaño estuviera bien. Al menos no de acuerdo con faltar a la escuela ni mentirle a su madre, porque verdaderamente ellos no se habían quedado en casa de Kook.

Tomó una carpeta que estaba encima del escritorio del castaño para no levantar sospechas y salió de allí. Tenía que encontrarlo antes de que le pasara algo. Esperaba que JungKook no fuera capaz de hacerle nada, pero no estaba del todo seguro.

Sacó su teléfono y marcó el número del alfa esperando a que en algún momento tomara la llamada.

— ¿Jimin? — escuchó su voz y detrás de ésta una risa de burla. — ¿Aún estás aquí? Pensé que ya estarías bastante lejos.

— ¿¡Dónde está TaeHyung!? — gritó molesto — Dejalo ir, no tienes por qué meter a nadie en esto. Son nuestros problemas y podemos resolverlos entre nosotros...

— ¿Entre nosotros? Eso me suena a manada y te recuerdo algo Park, estás sólo.

El pelinegro mordió su labio con los ojos cristalizados, nunca debió confiar en que JungKook tomaría la verdad para algo bueno. Ese chico era igual o peor que su madre.

— ¿Que estás intentando hacer? — tenía un nudo en la garganta, tal vez Tae e incluso DaeMi estaban en peligro por su culpa.

— ¿Yo? — sonrió de lado y miró a Tae dormir tranquilo en la cama. — Ya hice todo lo que quería hacer, tiré la primera ficha. Solo espero a que el efecto dominó comience a hacer su trabajo.

— Te voy a matar si le haces algo a TaeHyung o a cualquiera.

— No, no. No vas a hacerme nada porque vas a estar bastante lejos de mi, lo suficientemente muerto para no volver a ver tu cara.

— ¿De que estás hablando? 

Frunció el ceño sin entender, JungKook parecía bastante seguro de sus palabras y eso lo estaba comenzando a impacientar. Algo tramaba y el no saber qué lo ponía nervioso y lo asustaba.

— He ido a hablar con mi madre, le he dicho que sé toda la verdad y quién me la contó — éste se levantó y se sentó junto al chico que aún dormía sin saber qué pasaba a su alrededor. Acarició su cabello y sonrió — Rompiste el trato, serás devuelto a Seúl y entonces yo me haré cargo de todo. Comenzando por tu noviecita.

— ¡Estás loco! — gritó comenzando a correr lejos de allí. Tenía que alejarse y esconderse. Si JungKook decía la verdad, cada hombre lobo de Daegu lo estaba buscando y si era capturado seria trasladado a Seúl donde encontraría una muerte segura.

— Si, primero dejaré que mi madre acabe contigo. Y luego acabaré yo con ella — chasqueó la lengua — ¿Sabes que viene después? Mi triunfo, seré el Alfa jefe de Daegu y estaré junto a Tae. Sin bastardos como tú, ni mentirosos como ella.

Ok, JungKook es muy malo ;-; Lloremos por Jiminie

HEARTBEAT; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora