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De su mente no salía aquello que había visto y estaba segura de que había sido real

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De su mente no salía aquello que había visto y estaba segura de que había sido real. DaeMi se sentó en la esquina de su cama y mordió su labio mientras pensaba en el bello color azúl brillante de los ojos de Jimin, esos que reconoció al instante más no tenía el coraje de enfrentar.

¿Cómo podía ser posible que la mirada de aquel lobo fuera la misma que encontró cuando vio los ojos de Jimin brillar?

Eso había sucedido hace muchos años, pero recordaba el frío colarse por dentro de su ropa y doler como cuchillos enterrándose en su cuerpo. Era muy pequeña para salir adelante así que solo se dejó caer sobre la nieve del bosque y cerró sus ojos esperando despertar en casa a salvo. Pero cuando sus ojos se abrieron no eran las paredes de su casa lo que vio, ni la calidez de su hogar lo que se sintió tan cálido sino el pelaje de aquel lobo que se había quedado a su lado para mantenerla caliente. Lo miró a los ojos y sonrió.

— Gracias...

DaeMi suspiró, eso no podía ser posible. Jimin no podía ser quién la salvó aquella vez, era muy descabellado de su parte comenzar a creer en cosas fantasiosas a esas alturas de su vida. Quizás él tenía razón y sí había bebido tanto hasta el punto de tener alucinaciones.

Se levantó de su cama y buscó entre sus cosas el dibujo que había hecho de aquel día, miró la hoja en blanco con un cachorro dibujado y los ojos de un azul tan hermoso como los que tenía aquel ser.

(...)

Jimin sintió la puerta ser tocada y no tuvo que bajar para saber que se trataba de TaeHyung, el pelinegro conocía muy bien el olor del castaño. Rodó los ojos y bajó para abrir la puerta.

— Son las diez de la noche TaeHyung, se puede saber que rayos haces en mi casa a esta hora — alzó una ceja mirándolo y luego frunció el ceño cuando vio una mochila colgada en su hombro.

— Vine a la pijamada — sonrió y entró sin siquiera ser invitado a hacerlo por el dueño de la casa.

— ¿Que pijamada?

— La de hoy, aquí.

El más bajo llevó sus manos a su rostro y lo sobó para intentar tranquilizarse, TaeHyung era demasiado para él. No tenía el ánimo ni las ganas de lidiar con alguien así.

— No seas pesado, seguro que ésta noche sea como sea es difícil para ti así que supuse que estarías mejor si tuvieras compañía.

Jimin miró a TaeHyung y algo dentro de él se removió. A pesar de todo comprendía lo que quería Tae, solo hacerle compañía. Pero no se daba cuenta de que eso sólo lo pondría en peligro, Jimin había pasado bastante tiempo solo. Podía superar seguir estandolo, pero lo que no superaría nunca es ver morir a alguien por su culpa, alguien inocente.

— Estoy bien...

— Ya veo, me alegra mucho — dejó su mochila en el sofá — ¿Y las palomitas? Hay que ver un peli.

Dios, TaeHyung.

Jimin volvió a sentir la puerta y corrió a abrir en cuanto sintió el aroma de su amigo. Miró a YoonGi con los ojos muy abiertos al ver su rostro y cuerpo llenos de sangre.

— ¡Hyung!

Lo agarró antes de que el mayor cayera al suelo desmayado y lo llevó hasta el sofá recostándolo en este.

— Oh... — TaeHyung se acercó a ellos — ¿Es Min YoonGi? — preguntó impresionado.

— Tae debes irte — le dijo Jimin y comenzó a quitarle la ropa para ver el estado de sus heridas.

Estaban sanando pero por alguna razón lo hacían lentamente por eso se había desmayado.

— ¿También es un hombre lobo?

El castaño aún estaba en shock.

— ¿Que le pasó? — se acercó para mirar más de cerca — ¿Están en algún tipo de guerra? Jimin, ¿JungKook está metido en esto? Quiero saber en que bando estoy, en el de los buenos o en de los malos.

— ¡TaeHyung! 

Gritó enojado, estaba preocupado por su amigo y él sólo decía estupideces.

— Lo siento...

El castaño bajó la cabeza y luego miró a Jimin.

— Estoy de tu lado — sonrió amplio.

Luego de un rato Jimin había logrado limpiar las heridas de YoonGi y éstas habían sanado completamente. Tae estaba dormido al igual que el mayor, el único que seguía despierto velando por la seguridad de ambos era Park Jimin.

— Jimin-ah... — YoonGi despertó y de sentó en el sofá poco a poco.

— Hyung... ¿Que pasó?

— JungKook... tenemos que sacar a mi hermano de esa casa lo antes posible.

Dijo y el corazón del castaño que estaba supuestamente dormido latió con fuerza al escuchar sus palabras. Min YoonGi y Jeon JungKook, ¿hermanos?

HEARTBEAT; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora