HEARTBEAT; pjm

17

Jimin volvió a negar, no podía decirle eso. No podía seguir permitiendo que más personas se pusieran en peligro por su culpa, y aunque perdiera a DaeMi para siempre no importaba si lograba mantenerla a salvo.

— ¿Qué creen que soy? — frunció el ceño y la miró serio. — ¡No soy un puto juguete! Nunca se interesaron por mi, y ahora que saben lo que en realidad soy les intereso, ¿verdad? Dejen de ser hipócritas, al menos tú. Déjame tranquilo.

A la chica se le cristalizaron los ojos y no pasó mucho para que sus lágrimas salieran, eso no era cierto. Ella no se acercaba a él tan sólo por eso, solo que en ese momento fue cuando único vio una oportunidad de acercarse a Park Jimin, el chico del cuál todos hablaban pero nadie le hablaba a él porque era demasiado reservado.

— Por esto mismo. — su voz se quebró — Por ser así es que nunca nadie se acercó a ti, ¡das miedo Jimin! Miras a todos por encima de tu hombro. Nunca intentaste acercarte a nadie así que nadie lo intentó contigo. — se acercó a él y lo miró molesta. — ¿Puedes dejar de pretender ser frío?

Jimin la observó de cerca con los ojos llenos de lágrimas, nadie entendía por qué lo hacía. Por eso todos lo veían de esa manera, pero lo que él siempre deseó, lo que más anheló en su vida fue tener compañía y no sentirse solo. Porque lo peor del mundo era vivir como había vivido él, como estaba viviendo y como tal vez pasaría el resto de su vida. No los miraba por encima del hombro, solo los mantenía alejados sin mirarlos para que nadie se interesara en él.

— No puedo, ¿es que no lo entiendes? Las personas como yo nunca serán normales, nunca podré tener lo que ustedes tienen.

— No lo entiendo Jimin, ¿por qué no comienzas por explicarme? Quizás lo comprenda y me dé cuenta de que tienes razón y debería alejarme, pero hasta que eso no suceda. No pienso irme de aquí ni dejarte, porque he esperado este día mucho tiempo.

El pelinegro suspiró, ¿sería buena idea contarle todo a ella? Tenía un nudo en la garganta, uno que había aguantado por diez largos años, y no importaba cuantas veces se desahogó consigo mismo o con YoonGi, nada podía hacerlo sentir mejor. Y tal vez tampoco lograría sentirse mejor cuando se lo contara a DaeMi, pero por alguna razón quería hacerlo y si con eso lograba dejarla a salvo. Entonces no importaba destapar sus heridas ante ella.

— Siéntate... — se acercó al sofá y se sentó cuando ella lo hizo. — Soy Park Jimin, hijo del alfa jefe de Seúl con una omega de bajo rango. Los lobos nos regimos por una estricta jerarquía, los jefes solo se pueden casar y tener hijos con una alfa, así el linaje de la realeza como ellos suelen llamarse no se pierde, pero mi padre se enamoró de la omega más hermosa, y no pudo hacer nada para detener su corazón. Él ya estaba casado, y cuando mi madre le dijo que estaba embarazada temió. Temió perder todo lo que tenía, temió por ser descubierto ante todos como un traidor y ser asesinado por la familia de su mujer, incluso su propia familia lo mataría si se enteraban.

La chica tragó en seco, ¿alfas? ¿Omegas? Todo lo que Jimin le estaba contando parecía una maldita película de drama y fantasía.

— Mi madre huyó, nadie le iba a quitar a su bebé. Incluso sin haber nacido ella ya me amaba. — lo observó sonreír con tristeza, para Jimin todo aquello debió haber sido difícil. — Pasaron algunos años y estuvimos bien, pero mi padre nos encontró. — tomó aire para seguir hablando. — ¿Sabes lo primero que hizo cuando me vio? — su voz se entrecortó, y la miró destrozado. — Me dijo que le enseñara mis ojos, era la primera vez que me veía. Habían pasado diez años desde que había nacido y a él solo le importaba el color de mis ojos. Lo hice, y al ver que eran azules solo la amenazó.

— Que nadie sepa de esto o los mataré a los dos...

Recordó las palabras de ese hombre que a sus diez años le causaba tanto miedo, ese pequeño qué solo quería vivir feliz con su mamá iba a comenzar a vivir una verdadera pesadilla.

— Mis abuelos lo descubrieron, yo era de su sangre. De su linaje, y con tan solo verme una vez se dieron cuenta. Viví bien por un tiempo, hasta que encontraron una forma de deshacerse de mi. — la miró. — Los lobos no tienen permitido salir ni entrar a otras ciudades, si son hallados haciéndolo son asesinados. Pero yo sí pude hacerlo, me trajeron desde Seúl aquí y me permitieron vivir, solo por un trato. Un favor con otro favor se paga, eso les escuché decir.

— Por Dios... — DaeMi mi lo miró y su corazón dolió. Jimin tan solo era un niño cuamdo todo eso sucedió. — ¿Y tu mamá?... — preguntó con miedo a una respuesta que con tan solo decirla hiriera de nuevo al pelinegro.

— Está bien. — sonrió, esta vez con algo de luz en sus ojos. — Si hay algo que mi padre hizo bien fue quererla al menos un poco y lograr mantenerla a salvo.

— ¿Entonces por qué no está aquí?

— Solo me permitieron entrar a mí, y eso a ella le bastó. No le importaba quedarse sola y morir si yo estaba bien...

Jimin no se lo esperó, ni siquiera imaginó por un momento que ella fuera a hacer algo así. Se dio cuenta de lo que estaba pasando ya cuando la pelicorta estaba enrollada a su cuerpo abrazándolo fuertemente.

— Está bien... — la sintió acariciar su espalda suavemente. — No estás solo ahora...

Se separó un poco y besó su mejilla, las mejillas del chico ardieron de la vergüenza y el nerviosismo. Otra vez sus latidos eran tan fuertes que parecía que su corazón iba a salirse de su pecho.

— DaeMi, podrían matarte si me encuentran. Tal vez JungKook por venganza o su madre por lo que está tramando hacer, ¿estás segura de que quieres seguir estando a mi lado?

— Segura — dijo con una sonrisa. — Ahora explicame lo del color de los ojos. Porque no entiendo como a tu padre no le gustaron tan bellos orbes.

Hola Kimies :D

Capítulo largo, escuché sus plegarias v: Nah jsjsjs

Espero que les guste y poco a poco iré revelando los secretos, si tienen alguna duda del capítulo no duden en preguntarme 😊

Las amo ❤