Cuando YoonGi llegó solo vio sangre y cuerpos en el suelo, buscó a Jimin por todos lados hasta que lo vio sentado en una esquina de la casa con sus manos en su rostro.
Jimin nunca le había hecho daño a nadie, nunca hirió a ninguna persona por mucho que se lo merecieran. Pero ahora el pelinegro había matado a aquellas personas y se sentía demasiado mal por ello.
— Jimin — el mayor se acercó y se cercioró de que el chico estuviera bien. — ¿Estás herido?
Preguntó, mas el menor no contestó, sólo escuchaba sus silenciosos sollozos y su corazón latir con fuerza. Seguía asustado pero sabía que era más por la culpa que por otra cosa.
— Hey — quitó sus manos de su rostro y lo alzó para que lo mirara — No pasa nada, ¿vale? Ellos se lo merecían, querían matarte.
— Hyung... — susurró, demasiado dolido por todo aquello. No sabía que tener sangre de alguien más en sus manos iba a ser tan doloroso — ¿Por qué me siento así? Sé que se lo merecían... pero... aún así me siento culpable...
— Porque no eres un asesino, no eres igual a ellos Jimin. Sólo lo hiciste para defenderte.
— Yo... les dije que se fueran, pero siguieron atacándome. Yo no quería...
— Está bien.
Dijo y lo abrazó, sabía lo difícil que era. Sabía lo que Jimin estaba sintiendo porque él también se sintió así la primera vez que tuvo que matar a alguien para mantenerse a salvo. El arrepentimiento y la culpa de arrebatarle la vida a alguien eran profundamente grandes, pero debían aprender a superar aquello y seguir adelante. Porque ninguno de los dos había hecho algo como aquello por gusto sino por protegerse así mismos.
— Tenemos que irnos, debo encontrar a JungKook y hablar con él. — lo ayudó a levantarse.
— JungKook tiene a mi amigo, tenemos que ayudarlo.
— Lo sé, pero ahora lo primero que tenemos que hacer es ponerte a salvo.
Ambos salieron de allí, YoonGi quería esconder a Jimin pero éste se negó rotundamente. Enfrentaría su pasado de una vez por todas, y si tenía que volver a Seúl y decir la verdad. Lo haría, él no tenía la culpa de la traición de su padre.
El mayor le contó lo que había pasado con DaeMi y eso hizo enojar mucho más al pelinegro, ¿cómo se atrevían a intentar hacerle daño a una persona inocente? Se les tenía prohibido herir a los humanos de cualquier manera, si lo hacían se les era castigado. Pero Jimin estaba seguro de que la familia Jeon era capaz de cualquier cosa y al ser los alfas jefes de Daegu nada se les impedía.
— Espera... me está llamando — el chico se detuvo y tomó la llamada de la chica. — ¿Dónde estás? ¿Estás bien?
Preguntó preocupado, su corazón estaba más aliviado al saber que estaba bien al menos.
— ¡Jimin! — ésta sonrió feliz y aliviada también. Temía que de verdad se hubieran llevado al pelinegro. — Estoy bien, tenemos a TaeHyung. Pero algo está mal, muy mal.
— ¿Que le pasa? Espera... ¿tenemos? — frunció el ceño — ¿Quién está contigo?
— Hoseok, el amigo de Tae — explicó, terminado de cerrar la puerta tras ella. Vio como Hoseok recostó al castaño en su cama — Creo que JungKook mordió a Tae... ahora está desmayado, pero antes intentó atacarnos. Estoy asustada Jimin, es muy fuerte y no sabemos qué hacer.
Jimin abrió mucho sus ojos sin poder creer lo que JungKook había hecho, debió imaginar para qué se había llevado al castaño y estaba completamente loco al convertirlo. Un hombre lobo mordido era un gran problema, la mayoría de ellos terminan siendo asesinados por su incapacidad de controlarse. Podían llegar a ser los más fuertes y letales de todo el linaje. Y es qué en las lunas llenas se volvían completamente locos, fuera de sí y sin poder contenerse ante nadie.
— ¿Dónde están?... — preguntó, mataría a JungKook por hacerle eso al chico.
— En mi casa...
— Vamos para allá.
Colgó y él y YoonGi siguieron su camino para llegar hasta ellos, mientras se acercaban con cuidado de que nadie los viera Jimin le explicaba al mayor lo que su hermano había hecho.
YoonGi suspiró, JungKook nunca fue una buena persona. Él haber nacido y vivido con todos los lujos y comodidades lo había convertido en lo que era, un monstruo al igual que su madre quién fue quién le enseñó todas esas cosas malvadas.
Llegaron y tocaron la puerta, DaeMi corrió a abriles y abrazó a Jimin en cuanto lo tuvo frente a ella. Pensaba que lo había perdido y al saber que no era así sintió una enorme felicidad.
— Estaba tan asustada... — susurró mientras lloraba, todo se había vuelto una locura en segundos. Pero al tener a Jimin ahí se sentía a salvo.
— Tranquila. — dijo acariciando su cabello — Todo va a estar bien.
Aseguró sin tener exactitud de nada, pero de algo estaba seguro. No dejaría que JungKook siguiera haciéndole daño a él ni a ninguna de las personas que amaba. Acabaría con él y luego con su madre. Acabaría con los Jeon.
Fueron a ver a TaeHyung, YoonGi lo examinó mientras Jimin hablaba con DaeMi y Hoseok. Ambos estaban muy preocupados por el castaño.
— ¿Como está? — preguntó el pelinegro cuando el mayor se acercó.
— Está bien — rascó su nuca — Creo que está desmayado por todos los cambios que está sufriendo su cuerpo. Pero cuando despierte...
— Estará bien...
— No Jimin, no lo estará. Ninguno de nosotros lo estaremos. TaeHyung es una bomba de tiempo que cuando despierte detonará y acabará con nosotros, o nosotros tendremos que acabar con él.
— Tenemos que hacer algo, es... es sólo un chico inocente. — sus ojos se cristalizaron — Tenemos que salvarlo.
— Hay una manera, pero no creo que te guste.
— Dime.
— Si TaeHyung es controlado por el alfa que lo mordió no pasará nada. Incluso él puede enseñarle control, poco a poco el chico irá aprendiendo.
Jimin miró a TaeHyung, no era buena idea. Por ningún motivo del mundo lo entregaría nuevamente a JungKook, pero ahora no había de otra.
— Llama a JungKook...
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HEARTBEAT; pjm
FanfictionJimin sólo quería que todo siguiera cómo siempre, prefería seguir estando sólo que poner en peligro a personas inocentes. Pero simplemente las cosas no se mantendrían ocultas. Portada: @Edlyn_Tovar