CAPÍTULO 30

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FREYA.

Ryan me hizo el enorme favor de ir a comprar comida mientras yo me encuentro en clases. Me urge tener vacaciones, eso de meter dos semestres en uno solo me esta aniquilando, pero ya solo me falta un año más y podré ser casi libre.

El día transcurre demasiado lento, quizá es porque estoy ansiosa por ver a mis hermanos y el estar aquí no me ayuda mucho a controlarme. Termino las clases y me quedo en la biblioteca como de costumbre, leyendo y haciendo mis apuntes, para así cuando lleguen dedicarles todo el tiempo del mundo.

[...]

Al llegar al departamento me dispongo a acomodar las habitaciones de mis hermanos mientras Ryan acomoda la despensa.

—¿A qué hora crees que lleguen? —le grito desde la habitación.

—No tengo idea, probablemente a las tres o seis de la mañana —me grita.

Salgo a su encuentro y lo veo algo nervioso.

—¿Qué tienes? —me acerco a él.

—Nada, cosas mías —me dedica una media sonrisa.

—Okay, oye vayamos a comprar un x-box o algo —le comento y me ve raro.

—Freya, solo estarán aquí cuatro días, no creo que necesiten un x-box —suspira.

—Es que luego se van a aburrir y no quiero eso, puedo estar con ellos bien hasta el viernes, mientras tanto tengo que ir a la universidad y no quiero que se aburran encerrados —digo un poco triste.

—Hey, no se van a aburrir, además, yo puedo sacarlos a pasear —se ofrece.

—Ni que fueran perros para pasearlos, Ryan.

—Bueno, los llevaré a conocer lugares y podemos pasar por ti a la universidad caminando —me dice y sonrío.

—Eso sería magnífico Ryan, gracias —le digo y asiente.

[...]

Pasan unas horas más, muero de sueño, pero ya quiero verlos, papá me aviso que ya se encontraban en el aeropuerto, por lo que ya podré ir a por ellos, pero aún así van a tardar bastante en salir.

—Puedo ir por ellos si quieres —dice Ryan.

—No, yo los quiero ver ya —asiente.

—Pues vámonos ya, tenemos que pedir taxi, en serio que ya debo de comprar un auto para trasladarme aquí —se queja.

—Yo igual, pero me gusta caminar —el gruñe ante mi respuesta.

—Quizá les diga a tus hermanos que me acompañen, o solo a Jonathan, es al único que le caigo bien —asegura.

—Es que Jared es mas serio, pero le caes bien —le digo y el niega.

—Eso es lo que tu quieres creer—se ríe.

Llegamos al aeropuerto y esperamos unos treinta minutos, hasta que a lo lejos veo caminando a mis bebés y no puedo evitar no llorar. Jonathan esta sonriendo y Jared lleva una cara de matón muy linda.

No lo pienso dos veces y salgo disparada a ellos. Cuando Jonathan me ve hace lo mismo, corre y me abraza, después se acerca Jared con una cara más amistosa que antes y me siento muy feliz por eso.

—Los extrañe mucho —les digo mientras los abrazo.

—Yo te extrañé más Lizzie, en serio, no te imaginas cuánto —dice Jonathan casi llorando.

DESDE QUE TE CONOCÍ  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora