Beautiful Angel Of The Night (URSS x FEM Perú)

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La bicolor caminaba algo temblorosa entre las ovaciones y frases de admiración de los camaradas que se encontraban presentes en las afueras del Kremlin, tomaba con un poco de fuerza las manos de sus dos amigas quienes le sonreían levemente a pesar de sus pérdidas. Las acciones heroicas del ángel latino estaban ya en boca de todo mundo en la nación Soviética, tras la caída de Crimea y la llegada del submarino con los miles de archivos de operaciones las innumerables vidas salvadas por Perú se habían dado a conocer por obra de los mismos altos mandos convirtiéndola en una de las heroínas de la Unión Soviética junto a Lyudmila Pavlichenko, La Dama de la Muerte. 

El reencuentro con el joven de ushanka gris fue muy emotivo para quienes pudieron presenciarlo, el ángel de cabellos platinados volteó emocionado al instante tras reconocer la voz de la americana, con un tembloroso grito llamándola «Madre» se aproximó hasta ella tomándola en brazos marcando la diferencia de estaturas, tras regresar de la reubicación de las soldados el ser rojo también se unió al largo abrazo que adquirió un poco de llanto por las emociones encontradas. La pequeña enfermera se quedaría ayudando a los heridos que quedaban en la capital mientras que Lyuda sería enviada a América junto a otros agentes para negociar la apertura de un segundo frente de lucha.

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Toda esa noche la bicolor durmió abrazada al más alto, en ocasiones no podía evitar levantarse asustada producto a las pesadillas que tenía con los sucesos que pasó en la batalla a lo que el rubio tenía la paciencia de calmarla susurrándole al oído y acariciándole la espalda hasta que el sueño la volviese a reclamar. Dos días después llegó Kazajistán, el de alas amarillas también corrió emocionado a abrazar a su figura materna y a su hermano favorito tras algún tiempo de estar aislado en una división de tanques que finalmente había concluido su misión, por otro lado cuando la noticia llegó hasta Siberia las jóvenes fueron prohibidas de salir del complejo por lo que no conformes con esa injusta orden dada por humanos esperaron hasta la noche para empacar lo que pudiesen de sus pertenencias y salir volando lo más rápido que podían con la idea de reencontrarse con su madre.
Pero en el camino fueron atacadas por los rezagados de una división Panzer que llegó a herir a la pelirroja logrando que cayese desde la gran altura a la que estaban entre los gritos de las otras dos que disparaban a los tanques mientras trataban de alcanzarla, sin embargo no tuvo tanta suerte y se estrelló contra la nieve. Luego de huir y encontrar un claro de bosque lo suficientemente alejado de los soldados enemigos la acostaron sobre la nieve para tapar su herida, esta se veía fea y no paraba de sangrar tiñendo la nieve de carmesí bajo la mirada preocupada de las otras dos jóvenes.

—Mierda, idiota, tienes que resistir. –Murmuraba una y otra vez la ucraniana ejerciendo presión sobre la herida de la pelirroja que tosía con frecuencia y temblaba debido al dolor– ¡No te duermas o te sacaré los ojos!

—Tienes que ser más dócil, no es momento para que la golpees verbalmente.. –La de ojos miel también estaba asustada pero trataba de mantenerse serena como no pudo hacer antes cuando estaba en la tienda médica—.

Al ser una bala tan grande que hizo un orificio extenso de entrada y salida en su estómago Letonia tardaba más de lo normal en regenerase. Un humano cualquiera hubiese muerto al instante...por suerte ella no lo era así que tenía oportunidad de salvarse aunque debido al terror de la situación las tres lo habían olvidado, la castaña de ojos cielo había usado su abrigo como compresa para cubrir la herida inútilmente y la prenda se hallaba empapada del líquido de olor metálico que teñía la nieve.

—Por favor....por favor no dejes de respirar.. –Murmuró la ucraniana con agotamiento mientras estaba apoyada sobre el torso de la más baja aún comprimiendo la herida, la otra menor estaba a unos metros de distancia vigilando el territorio sobre un árbol—.

Durante toda la madrugada estuvieron en vela y aplicándole sedantes con analgésicos a la báltica para aplacar su sufrimiento mientras esperaban a la aparición del sol para lograr ver el camino y poder emprender vuelo rápidamente a la base más cercana de las suyas. Cuando los primeros rayos solares chocaron con sus rostros, la letona despertó.

—Oye... estúpida......llevame a la luz.. –Le murmuró directamente a la de ojos cielo que aún presa del pánico y la falta de sueño asintió rápidamente y la tomo de los hombros para arrastrarla hacia la zona que la luz ya bañaba completamente—.

—Ah Dios.... cómo duele ésta mierda.. –Gruñó mientras sentía su piel arder y un ligero humo gris salía de su carne que comenzaba a regenerarse a buen ritmo mientras ella se mordía la mano izquierda para no emitir sonido alguno—.

Su núcleo se había visto algo afectado por las dimensiones del proyectil de tanque por lo que su regeneración natural tenía que ser impulsada por la luz solar o habrían secuelas permanentes si la curación tardaba más. Al terminar la creación de nuevos tejidos en conjunto a la detención de las hemorragias quedó una cicatriz del tamaño de un puño, la cual al ser finalmente vista por la mayor del trío.....esta se largó a llorar mientras se abrazaba a si misma pegando su rostro a la nieve, bajo las miradas de las otras dos que decidieron darle su momento de desahogo pues entendían que ella solía guardarse todas sus emociones desde el comienzo de la guerra para ser útil en los momentos requeridos.

Ucrania había retenido mucho temor, lágrimas y reacciones naturales en todo ser vivo racional en momentos de tensión máxima. Cuando sus lágrimas finalmente se agotaron se acercaron a ella para darle un pequeño y corto abrazo ya que tampoco era partidaria de las muestras de afecto físicas, tras ello descansaron de manera silenciosa un poco más en el claro del bosque y extendieron las alas guiadas por la brújula de Bielorrusia rumbo a su hogar en Moscú...esperando nuevamente encontrar cobijo en los brazos de la mujer que ahora reconocían como una figura materna.