Capítulo 18

29.7K 1.8K 311
                                    

Mi castigo resulto ser  estar las dos semanas de vacaciones encerrada en mi casa. Confirmando mis temores, el director les había preguntado a mis padres a que se debían mis ausencias, y cuando ellos le contestaron que había sido por fumigación, el director se le había reído en la cara.

Ahora mis padres estaban decepcionados, y decían que ya no volverían a confiar en mí. Aunque me dolía un poco que pensaran eso, sabía que solo lo decían porque estaban enojados. Y respecto al castigo, si bien estar encerrada sin poder salir iba a ser extremadamente aburrido, era lo mejor. No tenia nadie con quien salir,  ningún amigo real. Y de todas formas, eso también era lo mejor, ya que ahora si hablaba con alguien lo ponía en peligro. El castigo era una excusa de quedarme en casa todos los días sin que mis padres me preguntaran el por qué no salía mas con Mark y Kate, mis ex mejores amigos.

Mark. Aun recordaba cómo se había ido ayer del salón de actos. No entendía el por qué. Él ni siquiera había intentado hablar conmigo cuando salió del hospital, lo que me lleva a pensar que escucho el momento en el que me despedía de él, pero, de ser así, ¿no tendría algo que decir al respecto? ¿No le importaron mis palabras? ¿Acaso no se preocupaba el hecho de que alguien estuviera obsesionado conmigo?¿ No sentía nada?

Quería volver a hablar con mi mejor amigo. Lo necesitaba. Necesitaba desesperadamente descargarme con él. Deseaba que me abrazara y que me dijera que juntos resolveríamos esto. Pero a veces con desear algo no es suficiente.

Pensar en Mark me deprimía, quitaba todas mis ganas de hacer algo. Planeaba quedarme todo el día en mi cama, escuchando música o leyendo. Pero al parecer, mi madre no pensaba lo mismo.

—Marie Thompson, levántate. Hoy limpiaras la casa. —Me miraba con desaprobación, cruzaba los brazos. Aun estaba muy enojada.

—¿Qué?

—Que limpiaras la casa. Ha llegado el momento de que seas una persona responsable y madura. Confiamos en ti y decidiste mentirnos. A limpiar.

Tenía razón, obviamente, pero aun así...

—¿No puedo hacerlo más tarde? — Pude ver como apretaba los dientes, y supe que esa había sido una mala pregunta.

—Ve a limpiar, ¡ahora!. — Agarró un trapo que tenia colgando de su delantal, al que utilizaba para cocinar, y lo tiró en mi cama. Luego se fue.

Enterré la cara en la almohada.

¿Acaso a partir de ahora iban a tratarme como a Cenicienta, solo por haberles mentido?

Junté fuerzas para levantarme, y finalmente lo hice cuando oí a mi madre apurándome desde el piso de abajo.

La verdad era que no entendía porque mi madre me hacia limpiar, si la casa estaba perfectamente limpia. Y al preguntarle, ella insistió en que limpiara unos tontos estantes de la sala de estar.

Aunque parecían estar limpios, al comenzar a sacar una por una todas las cosas que había allí, me agarró  un ataque de alergia debido a la cantidad de tierra que tenían, Comencé a estornudar y tuve que ir al baño a mojarme la cara. Cuando por fin mi ataque de alergia terminó, mire el desastre en el que estaba convertida. Mis ojos estaban llorosos, y mi nariz roja. Grandioso.

—¡Marie, teléfono!. — La voz de mi madre me sacó del trance en el que había quedado al mirarme en el espejo. ¿Teléfono? ¿Quién sería?

Rápidamente me dirigí hacia el teléfono de la cocina. Mi madre me lo entregó y en susurró:

—¿Con que clase de personas hablas? Tiene una voz muy extraña.

¿Voz extraña? Esto solo podía tratarse de una persona.

STALKER LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora