Me faltaba el aire, sentí como mi garganta se cerraba y todo se volvía borroso. Solo sabía que tenía que salir de allí. Y por eso corrí. Sin pensar a donde iba, ni el hecho de que mis pulmones ardían. Solo corrí.
Sabía que nadie me perseguía. Pero la cercanía de mi acosador me había asustado. Es solo que la idea de que esta persona supiera cada uno de mis movimientos, me observara mientras estaba con mis padres o mis amigos, era demasiado.
Y tenía miedo, mucho miedo. Miedo de que alguien más fuera lastimado por mi culpa. Primero Carmen fue golpeada hasta quedar casi irreconocible, y ahora había muchas probabilidades de que Mark también hubiera sido golpeado gracias a mi. Dolía, dolía saber que por mi culpa estaba pasando esto.
Seguí corriendo hasta que me topé con alguien que me tomó de los hombros. Aun sin levantar la vista para ver quién era intenté soltarme.
— ¡Suéltame!
—Hija, soy yo. —Murmuró una voz que me resultaba conocida, miré el rostro de mi padre. —¿Qué sucedió?
Yo suspirando lo abracé. Estar entre los brazos de mi padre me hacía sentir segura, aunque sabía que no era así.
Y ahí estaba el momento, ese en el que debía decidir si contarle la verdad o no.
La necesidad de mantenerlo seguro ganó.
—Me asusté allí en la casa del terror...— No era del todo una mentira. —No me estoy sintiendo muy bien, ¿podemos volver a casa?
Mi padre observó mi rostro y tocó mi frente.
—Fiebre no tienes, pero apostaría lo que sea que tu madre tenía razón y el algodón de azúcar te hizo mal.
Asentí distraídamente.
—¿Y mamá?. —Miré alrededor pero no lograba verla.
—Esta allí en el puesto de comidas comprando una bebi...—Mi padre frunció el ceño. — Juraría que hace unos segundos estaba ahí.
—Lo mejor será que vayamos a buscarla.
Recorrimos todo el parque y no la veíamos. Yo comenzaba a preocuparme. ¿Dónde estaba mi madre?
¿Y si le había pasado algo? O mejor dicho, ¿y si él le había hecho algo?
Sentí otra vez un nudo formarse en mi garganta, el aire volvía a faltarme.
—¡Mamá!. —Grité casi al borde del llanto. No estaba.
—Hijita, seguro fue al baño. No te preocupes.
Oh que estúpida, probablemente él tenía razón.
Corrí hacia los baños y comencé a llamar a mi madre. No contestaba. Miré uno por uno los cubículos intentando reconocer las alpargatas estampadas de mi madre, pero no estaban.
Me senté en el lavabo y comencé a llorar. Todo esto era mi culpa.
—Marie,¿por qué lloras?. —Preguntó esa voz que tanto calmaba siempre mis llantos.
—¡Mami!. —Como una niña corrí y la abracé. —Pensé que te había pasado algo. —Musité aun con lágrimas en mis ojos.
—Está todo bien, cariño. — Intentó calmarme ella acariciando mi cabello.
Yo respiré profundo intentando calmarme.
El viaje a casa fue silencioso, a excepción de las reiteradas veces en las que mi madre me pregunto si estaba bien, a lo que yo contestaba con un 'Si' y una débil sonrisa. Sabía que no me creían pero, ¿qué más daba?
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STALKER LOVE
Misterio / Suspenso"-Tan hermosa.-Era la voz más escalofriante que había escuchado en toda mi vida. Sonaba distorsionada, como si fuera a través de una máquina. -¿Quién eres?.-Nuevamente se calló. - Vamos, ¡contesta!-La persona al otro lado se rió.- Su risa era aun má...