STALKER LOVE

Capítulo 17

—Todo fue culpa de ella. — Acusó Carmen. El director nos había hecho pasar a su oficina, por lo que ahora estábamos los cuatro allí sentados, frente a la mirada desaprobatoria suya. No entendía el motivo por el que también habían tenido que venir Tanner y el tonto de Elias, ya que ellos solo estaban separándonos, aunque, si castigaban a este último, estaría muy feliz. Aun no podía creer que mi tan esperado primer beso había sido con él. De todas las personas en el mundo, había sido con Elias. Ni si quiera me caía bien, era repugnante. Tenía unas crecientes ganas de llorar, porque todo salía mal últimamente en mi vida, y cada día todo empeoraba más.

Fulminé a Carmen con la mirada, ¿en serio acababa de decir que todo había sido culpa mía?

—Señor director, yo no tuve nada que ve...— Comenzó Tanner

—Cállese. — Interrumpió el director. — Quiero decirles, que estoy muy decepcionado de ustedes. — Nos miró fijamente uno por uno, procurando mostrar la decepción que sentía en su expresión. —Sus comportamientos vinieron empeorando estas semanas. Señorita Thompson, ha estado faltando mucho y no ha entregado las tareas. Señor Remson,.. —Señaló a Elias. — el periódico escolar no es para escribir rumores sobre las personas, sino un medio para informar noticias de la escuela. —Miró a Carmen. — Me sorprende que este aquí, siempre tuvo el mejor comportamiento y excelentes notas.- — Ella sonrió con inocencia. Claro, mejor comportamiento. Idiota. Por último, su mirada se detuvo en Tanner. — Usted... señor...— El director frunció el ceño. Parecía no acordarse su apellido. Tanner tosió "Sheppard". —Sheppard. —– Se quedo en silencio. — Usted compórtese.

—Pero señor, yo no...— Continuó Tanner

—Que se calle. — Volvió a interrumpir él. — Se muy bien que ustedes dos. — Señaló a Elias y Tanner. — No hicieron nada. Pero intuyo que tienen algo que ver con todo lo que sucedió. Por eso es que voy a tenerlos en la mira. — Entrecerró los ojos. — Los observaré muy de cerca, y ante la primera cosa que hagan, los castigaré. ¿Entendido?. —Ambos asintieron. — Ahora, retírense, quiero hablar a solas con las luchadoras. Ellos obedecieron y se retiraron. Comencé a removerme en mi asiento. Temía lo que iba a decir. — Ustedes, en cambio, recibirán un castigo. No puedo permitir que anden peleando en mi escuela. — Tamborileó los dedos en el escritorio y pareció meditar cual iba a ser nuestro castigo. — Llamaré a sus padres.

—No, por favor, no es necesario involucrarlos. — Suplicó Carmen desesperada. Opinaba lo mismo. Si por alguna razón se le ocurría mencionarle a mis padres que había estado faltando estos días, y que además, había golpeado a alguien, se decepcionarían de mí.

—Lo siento, pero ya lo decidí. Aparte de eso, las dos deberán escribir en conjunto un ensayo sobre la importancia de la buena conducta en las escuelas.- — Ambas nos miramos con desprecio.

—De ninguna manera haré un ensayo con ella. — Exclamé.

—Por primera vez estoy de acuerdo con la zorra.

—¡Señorita Jenkins!. — Exclamó el director horrorizado. — Cuide su vocabulario, no se encuentra en su casa, está en una escuela. —Ella murmuró "lo siento". — Quiero que me entreguen el ensayo apenas terminen las vacaciones de invierno, ¿De acuerdo?. — Asentimos con la cabeza. — Pueden retirarse.

Nos levantamos al mismo tiempo, y nos apuramos a llegar a la puerta. Pero las dos intentamos salir a la vez, por lo que nos quedamos atascadas.

—Muévete, idiota. — Murmuró Carmen a la vez que empujaba.

—¡Señorita Jenkins!

—¿No ves que eres tú la que esta atascándonos con tu enorme trasero?. — Continúo haciendo caso omiso del director