—Marie, por favor, ponte esto.— Insistió mi mejor amiga por enésima vez. Volví a mirar lo que tenía en sus manos. Era un vestido corto, azul, sin mangas. Debía admitirlo: era hermoso. Pero estaba segura de que no iba a quedarme bien. Mis piernas eran gordas, y mi potus, enorme. Con ese vestido ajustado solo iba a verme ridícula.
—No, Kate, ni en sueños me lo pondría. Ya sabes que las cosas cortas no me van.
Mi mejor amiga soltó un bufido frustrada. Para ella era fácil, toda la ropa le encajaba a la perfección. Su cuerpo, parecía de modelo. Y de hecho, su sueño era serlo. Ya la imaginaba siendo la portada de muchas de las revistas más prestigiosas. Éramos muy diferentes, sus ojos eran azules, mientras que los míos, negros, su cabello pelirrojo y el mio, castaño oscuro. Su pelo lacio, yo apenas lograba mantener mis rizos en su lugar. Éramos distintas en todos los sentidos: ella amaba las fiestas, vivía la vida al máximo. Yo era más tranquila, prefería pasar el día en familia, al aire libre o simplemente en casa. El único motivo por el que salía hoy, era porque le había hecho una promesa a Kate de salir a donde ella quisiera dos veces al mes.
Y aquí estábamos, en mi habitación, con ella insistiendo para que me pusiera ese vestido.
—Cuantas veces te he dicho que ¡eres hermosa!. Cualquier cosa que te pongas te quedará bien. — Se sentó a mi lado.—Sé que tienes un complejo con tus piernas, pero debes superarlo, solo tienes 16 años, disfruta y ponte ropa linda mientras tengas todo firme.
Recuerda, en unos años todo lo que tenemos lindo se caerá y entonces te arrepentirás de no haberte puesto ropa que muestre todo mientras podías.—Todo lo que dijo me hizo reír, y también me convenció.—Está bien, está bien. Pero si se burlan de mi, tu serás la culpable.—Kate sonrió y me abrazó.
—Sabes que eres la mejor amiga del mundo, ¿verdad? Ahora ve y ponte esto. —Me entregó el vestido y señaló al baño.
Tal como esperaba, mi potus y mis piernas se veían enormes.
Intenté disimularlas con medias negras y tacos, pero seguían viéndose igual. Sabía que no había manera de convencer a Kate de ponerme otra cosa, por lo que suspiré resignada y salí. Dejé que me maquillara y arreglara mi cabello. Mi autoestima subió un poco al ver el resultado final.
No me veía bien, pero tampoco era un desastre.
Llamamos a nuestro mejor amigo, Mark, para que viniera a recogernos. Mark era nuestro amigo desde que comenzó la secundaria. Alto y desgarbado, junto con su cabello negro y enrulado, lo hacían verse bastante atractivo. Pero lo más llamativo de él, eran sus ojos. De un gris claro, con mucha profundidad, cada sentimiento que tenía se reflejaba en sus ojos. Era un buen amigo, siempre estaba cuando lo necesitábamos y tenía las palabras justas para todo. Además, es la única persona que conocemos que tiene un auto.
En cuanto tocó la bocina bajamos corriendo.
—Hey nenas, ¿listas para la fiesta?.—Exclamó apenas entramos al auto.
—¡SII! .— Gritó Kate. Yo solo lo miré haciendo una mueca. De verdad no quería ir.
—¿Qué pasa, cariño?.— Me preguntó Mark cuando vio mi expresión.
—Déjala, solo está enojada porque la obligué a vestirse sexy.—Contestó Kate en mi lugar.
—No es sexy, ¡mira mis piernas!—Exclamé señalándolas.— Y... ¡Mi potus!
—¿Tu qué?.— Preguntó Mark. Ambos me miraban confundidos.
—Mi trasero.— Expliqué. Seguían mirándome raro.— Vamos, en serio, ¿nunca escucharon que le dijeran "potus" al trasero?

ESTÁS LEYENDO
STALKER LOVE
Mistério / Suspense"-Tan hermosa.-Era la voz más escalofriante que había escuchado en toda mi vida. Sonaba distorsionada, como si fuera a través de una máquina. -¿Quién eres?.-Nuevamente se calló. - Vamos, ¡contesta!-La persona al otro lado se rió.- Su risa era aun má...