—¿Qué haces aquí?. — Pregunté ni bien llegue hasta Genaro.
Él me observó de arriba a abajo y sonrió.
—Vengo por mi cita.
—¿Tu cita?
Genaro se levantó de las escaleras del porche y caminó hacia mí.
—Tú y yo tenemos una cita. ¿Recuerdas? — Rayos. Con todo lo que estaba pasando había olvidado por completo que tenía que salir a una cita con Genaro, el barman, para que de esa forma el me diera las copias de las cámaras de seguridad, y así lograr ver a quien había agarrado mi celular, revelando de una vez por todas quien es mi EstupidoAcosador.
—Sí, lo recuerdo. — No quería salir con él en este momento, cuando alguien me hablaba, lo único que lograba era ponerlos en peligro, y ya estaba cansada de eso. Por eso dije. — Escucha, me encantaría salir contigo, pero la verdad es que en este momento no puedo.
Él se cruzo de brazos.
— Sin cita no hay cámaras.
Yo negué con la cabeza. No iba a salir con él. Descubriría la identidad de mi acosador por mi cuenta.— Lo siento, pero no.
—Pues entonces, no hay cámaras. — Comenzó a ir hacia su hermosísimo auto que tanto había admirado el otro día mientras llevábamos a Mark al hospital. —Espero que descubras lo que tanto necesitas descubrir.
Cuando ya estaba llegando al auto me puse a pensar.
¿Y si las cámaras tenían eran lo único que tenía para descubrir a mi acosador? ¿Y si todas las respuestas que necesitaba estaban allí? Además, el día en que él golpeó a Mark, tuvo que haber quedado grabado. Observé como Genaro comenzaba a arrancar el auto y me decidí: yo necesitaba respuestas y si la única manera de conseguirlas era saliendo con Genaro, lo haría.
Por esto, grité:
— ¡Espera!. — Pero él ya estaba llegando a la esquina, y no me escuchó. Por lo que corrí detrás de su auto, a la vez que gritaba que detuviera el auto. Media cuadra después el pareció escucharme, y se detuvo de golpe, lo que hizo que me chocara contra su auto y cayera al suelo.—Mierda. — Murmuré mientras me sentaba y masajeaba mi cabeza.
Genaro rápidamente se bajo del auto y vino hacia mí.
—¿Estás bien?. — Preguntó preocupado mientras me sujetaba de mis brazos para ayudarme a que me parara
—Sí, lo estoy. — Conteste soltándome de él y volví a masajearme la cabeza.
—¿Te has golpeado la cabeza?. — Yo pare de masajearme y deje caer mis manos a los costados. Negué con la cabeza para que me dejara en paz. —¿ Entonces estas bien?. — Asentí. Pensé que no iba a decir nada más, pero inesperadamente tocó con su mano el lugar en donde segundos antes me había estado masajeando. Involuntariamente solté un gritito de dolor. — ¿Con que no te has golpeado, eh? Debes ponerte hielo, Marie.
—No, estoy bien. — ¿Por qué simplemente no lo dejaba pasar? — Vayamos a la estúpida cita antes de que me arrepienta. — Comencé a caminar hasta el asiento de acompañante de su auto. De reojo vi como el levantaba las manos en señal de rendición y entraba en el asiento de conductor. Una vez que ambos estábamos adentro el no arrancó. Solo me miraba preocupado.
—Quizá si vamos a tu casa y te pones hielo en la cabeza...
Já. Como si fuera a dejarlo pasar a mi casa siendo un completo desconocido. Hablando de casa... ¿cómo había conseguido mi dirección?
—Genaro, no. Ya se me pasará el dolor. Arranca el auto, ahora. — Él suspiró frustrado y arrancó. — Ahora dime, ¿cómo sabias donde quedaba mi casa? No recuerdo haberte pasado mi dirección.

ESTÁS LEYENDO
STALKER LOVE
Mystery / Thriller"-Tan hermosa.-Era la voz más escalofriante que había escuchado en toda mi vida. Sonaba distorsionada, como si fuera a través de una máquina. -¿Quién eres?.-Nuevamente se calló. - Vamos, ¡contesta!-La persona al otro lado se rió.- Su risa era aun má...