capitulo VI

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"Espera, ¿dos chicas?" se preguntó así mismo. Se frotó los ojos con sus guantes de cuero y sin hacer caso omiso al timbre del colegio permaneció allí de pies mientras todos los alumnos desfilaban dejándole solo en el patio. Estaba muy lejos de la verja y no podía distinguir bien si eran dos. Se acercó por el lado izquierdo a los setos con sigilo. "¡Son completamente idénticas! Esto tengo que verlo desde más de cerca" advirtió a la vez que las observaba distraídamente simulando que se ataba los naúticos. Ms. Bera no se había fijado en su presencia parecía que la conversación era de toda su atención. Levantándose rápido pero disimuladamente, se escondió detrás del árbol más próximo a la verja donde se podía escuchar parte de la conversación, apoyó las mano en la pegajosa resina y escuchó.

- Iros ya, ahora mismo.- sonó la voz de Ms. Bera que parecía nerviosa- no volvereis a bajar, creo que ya sois suficiente mayorcitas como para insistir como crias en acolpañarme. Perdéis el tiempo y nos poneis...digo os poneis en peligro.

Nox se vio hinundada de nuevo por la electricidad. Llevaba unas semanas horrorosas, parecía que vivía dentro de un contador de electricidad. Y cada vez los pensamientos se filtraban en su mente más claros. No iba a admitir que la atormentaba, pero así era. Dies se pasaba las mañanas en el bosque, y ella las noches. Últimamente a penas se veían pero cuando lo hacían las conversaciones eran tan triviales y estúpidas. Parecían que cada una estuviera en otro lugar.

- Ya, ya sabemos que gente cambia con las estaciones, la temperatura afecta tanto a su estado físico como a sus mentes, se vuelven diferentes...- intentó suavizar la situación Dies

- Más cuentos chinos no, por favor- la interrumpió Nox clavando la mirada en su madre. Retrocedió y su mente llegaron más pensamientos. Su madre estaba asustada y Nox también, no podía creer que provocara esa reacción en ella. Asique aprovechó la oportunidad para contraatacar- como has dicho ya somos mayores, podemos decidir por nosotras mismas lo que hacer en cada momento.

- ¿Qué crees que estás haciendo?- su madre parecía furiosa. - No seas estúpida cariño, lo hago por vuestro bien- y esbozó la sonrisa más falsa.

"Ahora se creen con derecho a contradecirme, no tienen ni idea. Debería encerrarlas."

- ¡No, ni se te ocurra!- sin pretenderlo alzó la voz respondiendo a los pensamientos de su madre. Dies se la quedo mirando atónita. Nox era demasiado tranquila para exaltarse de esa forma ¿pero qué estaba pasando? Parecía que su madre y Nox estuvieran manteniendo una conversación que ella no escuchaba.

- No lo entendéis, y cada vez lo veo más claro - se rió- Sois demasiado inmaduras para comprender las biboras que hay sueltas, la gente es venenosa. Sus corazones están podridos.

"No tienen ni idea del daño que provoca la gente, sobretodo a la que amas"

- Que te hayan hecho daño a ti no quiere decir que nos lo vayan a hacer a nosotras- Bera abrió los ojos de par en par. Nox debía de parar si no quería delatarse. Hasta Dies estaba desconcertada, su hermana odiaba bajar al pueblo, comunicarse con la gente, era un alma solitaria.- te estas basando en falacias, y deberíamos tomar nosotras las decisiones. Ya los mantenido apartadas de todas las demás, por mi parte haré lo que me plazca, ya estoy harta de acatar sin saber.

- ¿De verdad tienes que hacer un número aquí? Genial, muy bien demostrada tu madurez

- ¿Y tu siempre tienes que haces un número cada vez que te queremos acompañar al trabajo?- Dies se arrepintió en cuanto las palabras salieron de su boca y musitó una disculpa pero su madre la no escuchó.

- Es por vuestra seguridad, no es un lugar seguro el pueblo, sino arriesgado por lo que es imprudente traeros aquí. La gente de aquí es repugnante. Es basura, traicionan porque han sido traicionados, te la clavan por detrás. Son basura como la de los contenedores, ss dañaran, siempre lo hacen, cuando menos os lo esperais,...

Iluminando la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora