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Al abrir la puerta el chico del otro lado le regaló una hermosa sonrisa coqueta y eso fue todo... Jimin estaba embobado por ese hombre.

—Hola Jungkook.. emm pasa—

—Hola Minnie— al entrar Jungkook no dudó ni un segundo en rodear la cintura de Jimin con sus brazos atrayéndolo bien cerca para besarlo. Jimin obviamente no puso ni un mínimo de resistencia. Le gustaba que sea así de demandante, le ayudaba a sacarse el nerviosismo saber que sería el otro el que hiciera cada movimiento. Al menos hasta entrar en confianza y entonces si podría dejarse llevar y sacar su personalidad coqueta y descarada.

—Que casa tan peculiar— Jungkook miraba todo sorprendido, el papel tapiz de las paredes tenía rosas y los sillones también, había adornos por todos lados, nunca se imaginó la casa de Minnie así.

—Jaja debes estar bastante confundido. No soy una señora de 90 años encerrada en el cuerpo sexy de un veinteañero— Jimin se reía tentado por los grandes ojos de cachorro curioso que ponía el hermoso chico frente suyo.

—Se la alquilo a una abuelita y bueno los muebles venían incluidos—

—Ahhh jajajaj con razón... como que no me daba mucho tu estilo—

—Lo sé es bastante romántico y antiguo... podría ser la casa de Jin tranquilamente... sentate Jungkook que ya traigo la cerveza—

Salió disparado para la cocina a buscar lo que tenía preparado. Esperaba que a Jungkook le gusten los snacks salados, lo dulce ya sabía que le encantaba de aquella primer vez en la cafetería cuando arrasó con todo lo que estaba en el mostrador.

Jungkook tomó asiento en el hermoso sillón antiguo que ocupaba casi todo el espacio del Iiving, quizás a él no se le notaba tanto por fuera pero también estaba muerto de nervios.

La belleza de Jimin lo abrumaba. Para colmo se había vestido increíblemente sexy y jungkook no sabía como iba a hacer para mantener sus manos quietas.

—Prendé la tele si querés y miramos algo mientras tomamos la cerveza—dijo Jimin mientras se acercaba con las cosas para comer y beber— No te digo de mirar Dark porque no quiero estar pensando en la trama después mientras estemos en el club jajaja—

—Mal tenes razón, que serie más compleja viste, y eso que vos recién vas en la primer temporada no sabes todo lo que te espera—

Tomaron asiento juntos en el sillón y se pusieron a charlar animadamente sobre la serie en cuestión.

Tenían la facilidad de encontrar temas de conversación inmediatamente, parecía natural en ellos, reír y bromear sobre cualquier cosa. La pasaban realmente bien juntos y cada vez estaban más cómodos.

Como era de esperarse la distancia inicial que tenían al sentarse se fue desvaneciendo hasta quedar prácticamente pegados.

Jimin tenía la costumbre de reír con todo el cuerpo y cuando se tentaba mucho solía tirarse sobre lo que tenía más cerca. En este caso lo que tenía más a mano era Jungkook así que de un momento a otro se encontró sobre él riendo como un desquiciado. Jungkook no perdió la oportunidad que se le presentaba para agarrar a Jimin y mantenerlo cerca. Empezaron con un beso simple, que se fue tornando en uno más profundo.

Se gustaban mucho, demasiado como para poder resistirse.

La intensidad de los besos iba subiendo a medida que los minutos pasaban en el reloj.

Jimin no sabía como ni porque pero había terminado sentado a horcajadas de Jungkook. Él internamente culpaba a su cuerpo, que estaba actuando sin pedirle permiso.

Las manos de Jungkook estaban firmemente aferradas a las caderas del rubio y poco a poco fue subiéndolas por dentro de la camiseta para acariciar la suave piel de su espalda. Jungkook sabía que sus manos no tenían que aventurarse hacía abajo, porque eso sería la perdición total.

Tenía que comportarse, pensaba, intentaba con todas sus fuerzas mantener la cordura y la temperatura de su cuerpo a niveles normales. Ya que lo que menos quería era asustar a Jimin. Pero si seguían así había algo que no iba a poder evitar, y si pasaba obviamente Jimin lo sentiría por la posición en que se encontraban ahora. Y eso sería muy vergonzoso, natural pero vergonzoso.

—Minnie... si no paramos ahora no voy a poder salir de acá a las once— la risa nerviosa de Jungkook retumbó en toda la pequeña casa.

Jimin que se encontraba completamente perdido en el momento no entendió a que se refería.

—¿Porqué?— respondió entre beso y beso.

—Porque me estas volviendo loco... Y mínimo voy a necesitar una ducha fría para salir decente de esta casa si seguís besándome a este ritmo— escondió su cara en el cuello de Jimin algo apenado por confesar que estaba completamente excitado por la situación.

Las mejillas de Jimin se tornaron completamente rojas y comenzó a reírse nervioso también. Era una situación vergonzosa pero a la vez chistosa. Los dos se habían dejado llevar un poco de más. No era incómodo para nada, incluso en cierto punto era tierno que estuvieran actuando así, era como si ambos volvieran a tener 15 años cuando unos besos alcanzaban para causar estragos en sus organismos.

Un poco más recompuesto Jungkook salió de su escondite, quedando ahora frente a frente con la razón de su locura.

Jimin le acarició el cabello, peinándoselo hacía atrás sin dejar de mirarlo a los ojos un segundo y dijo:

—¿Qué me estas haciendo Jeon Jungkook?—

El chico rió de la manera más tierna que jamás había visto. Jimin pensaba ¿cómo podía ser tan sexy en un momento y de repente parecer un cachorro? Era algo increíble como cada día ese chico le gustaba un poco más. Tenía miedo que su corazón no este preparado para albergar todo el amor que estaba creciendo en él, tenía miedo que se lo destrocen otra vez. 

Pero ¿cómo alejarse de alguien tan especial? Todas estas preguntas pasaban velozmente por la mente de Jimin mientras acomodaba los cabellos de Jungkook después de su intensa sesión de besos.

—Sos tan hermoso Minnie... si tuviera que pasar todos esos días de enojo y tristeza otra vez sólo para poder estar en este momento con vos así... Lo haría sin dudar un segundo—

Se besaron de nuevo pero está vez suavemente, de esos besos que están llenos de sentimientos, lentos y románticos. Y en eso estaban cuando los sobresaltó el timbre de la casa.

Los dos miraron la hora automáticamente y casi se mueren al notar que eran las once y media.

Era Jin, los había agarrado completamente distraídos y eso que incluso había llegado más tarde de lo planeado.

Se levantaron rápidamente del sillón y acomodaron sus desaliñadas ropas.

Desde el otro lado de la puerta se escuchó un grito.

—¡Mochiiiiiiiiii dale que ya vamos tarde!—

Ambos chicos se rieron por el escándalo que estaba haciendo Jin. Tomaron sus pertenencias y salieron.

—Era hora que salieras enano ¿qué estabas haciend—

Jin se quedó callado cuando vio salir a Jungkook detrás de Jimin. Contuvo la risa al ver que los dos tenían la cara un poco roja obviamente porque los había interrumpido.

No hizo ningún comentario en ese momento pero más tarde no dudaría en molestar a Jimin con lo sucedido.

—Vamos que ya están todos allá, sólo faltamos nosotros—



RolePlay ☆Jikookmin AU☆ COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora