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— Tienes chocolate en la mejilla.


Jimin soltó una pequeña risa y se limpió con su pequeña manga, observó a Jungkook quien tenía la vista hacia enfrente con una manzana en su mano.


— Nunca te había visto con una fruta. — Comentó Jimin. — ¿Ahora tú te haces el desayuno?


Jungkook dirigió la vista a Jimin, negó con la cabeza y le dio una gran mordida a su fruta.


— La compré afuera de la escuela, una señora las vende en la esquina. — Contestó tranquilamente mientras masticaba la roja manzana. — Deberías comprar una, están buenas.


Jimin asintió un poco y observó sus manitas; aquellas pequeñas manos que solo estaban decoradas con una que otra cicatriz color blanco.


— Yoongi no ha venido a verme desde hace tres meses. — Susurró. — Mis heridas se curaron completamente, ya no tengo que esconderlas de mami.


— Taehyung dejó de verme desde que me dio su estúpida paleta. — Jungkook sonrió un poco, mostrando claramente sequedad. — Parece muy feliz con su nueva novia Irene.


Jimin soltó un pequeña suspiro y se acercó a Jungkook, frotó su brazo con ternura mientras le dedicaba una hermosa sonrisa, muy característica de él.


— Vendrán muchos más, Kookie. — Jimin sonrió. — Tú mereces algo mejor, no al bobo de Taehyung.


— Al imbécil de Taehyung. — Corrigió Jungkook con voz seca dándole una brusca mordida a su manzana.


Jimin observó pesadamente el patio, deteniéndose en una esquina cerca de los baños donde se hallaba Yoongi con la chica de la tienda. Ella estaba agarrando su mano mientras le contaba alguna cosa que tenía captada la atención de Yoongi, quien la observaba detenidamente y sobaba su mano con suavidad, con cierta ternura.


Jimin tragó amargo y se levantó.


— Voy al baño. — Susurró, Jungkook asintió indiferente, mordiendo su manzana con la misma brusquedad.


Jimin dio pequeños brinquitos al baño, como si fuera un niño de seis años, captando la mirada de algunas personas que rieron al verlo. Se acercó al baño e hizo su pequeña rutina diaria de observarse un poco al espejo para acomodarse su cabello y palpar ligeramente sus regordetas mejillas que lo hacían ver tremendamente adorable.


Se acomodó nuevamente el cabello en su frente y se sonrió tiernamente, dándose ánimos para tener un gran y lindo día. Además, esa noche su mamá dijo que irían a cenar pizza; últimamente su trabajo la estaba carcomiendo demasiado, haciendo que Jimin la viera cada vez menos.


Se observó nuevamente al espejo, asegurándose de que ya estaba bien. Se reincorporó, apoyando sus manitas en el lavamanos.


Sin embargo, su respiración se cortó en seco y su corazón comenzó a palpitar con fuerza cuando vio a Yoongi entrar, observándolo fijamente a través del espejo. El rubor subió a las mejillas de Jimin, quien inmediatamente desvió la mirada hacia abajo, escuchando el eco de su corazón retumbando en sus oídos.

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