|01

332 9 0
                                    



Jimin avanzaba a paso lento por aquella escuela, observando detenidamente ellugar. No era desagradable, hasta cierto punto era lindo, pero el día gris le daba unaspecto algo lúgubre y vacío. Pero eso no le impidió sonreír y avanzar un poco másrápido a lo que sería su nuevo salón.


Su mochila se azotaba un poco contra su espalda puesto a que iba brincando.Algunos chicos lo observaron con burla o asco, pero por fortuna, el inocente niño deocho años no se dio cuenta de aquello.


Se detuvo frente a su salón de clases, pero no había nadie adentro. Vio la hora y sepercató de que aún era muy temprano, así que dejó su mochila de superhéroes en elpasillo y caminó hacia los baños. Iba entretenido viendo los muros que estabandecorados con dibujos o algunas fotos que se hallaban también colgadas. No fuehasta que sintió algo duro contra él que se detuvo para tambalearse hacia atrásmientras se sostenía la frente para sobarla.


 Alzó la vista un poco y asustado y cruzó miradas con un chico que le llevaba pocomás de una cabeza. Éste soltó un gruñido potente y observó detrás de él al malditoniñato que había chocado contra él. ¿Es que acaso no se fijaba por dónde iba? 


- Idiota. -Siseó el chico de cabello negro mientras empujaba al pequeño niño confuerza. 


Jimin cayó al suelo en un brusco movimiento y observó asustado al chico. No supopor qué preocuparse más: por la palabrota que había dicho o porque lo hubiera empujado. 


- Perdón. -Se excusó Jimin con las mejillas rojas. -N-no te vi. 


- ¿No me viste? -El chico de hebras oscuras lo observó tan fríamente que a Jimin leheló la sangre. 


- No. -El pequeño se levantó torpemente del suelo. - ¡Lo siento, te juro que no te vi!


El pelinegro lo barrió de pies a cabeza, haciendo una mueca de desagrado poco después. 


- Para empezar, ¿qué hace aquí un niño de cuatro años?


Jimin abrió el doble sus ojos. 


- N-no está bien decir malas palaras. -Murmulló en voz baja.


 Ahogó un grito cuando fue empujado violentamente contra el suelo una vez más. 


- Te pregunté algo, tonto. -Dijo entre dientes el escalofriante chico frente a él. 


Jimin sintió sus ojos picar y unas pequeñas lágrimas escurrir por sus mejillas. ¿Porqué ese chico era tan cruel con él? ¡Ya se había disculpado! 


- T-tengo ocho años. -Habló Jimin en voz baja. 


- ¿En serio? - Preguntó el otro riendo. - No te voy a creer que tan solo eres dos añosmenor que yo, pareces un niño de kínder con ese comportamiento tan idiota. ¡Míratenada más, llorando por una mariconada!

01001001 01101110 01101110 01101111 01100011 01100101 01101110 01110100Donde viven las historias. Descúbrelo ahora