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Cuatro meses después.

Bebo la última gota de café  antes de dejar el dinero correspondiente más la propina y, colocándome de pie camino a la salida.

Gruñí frustrado moviendo de un lado a otro la horrible corbata.

No me gusta usar corbata.

Suspiré entrando a mi auto mientras arrojaba la corbata al asiento del copiloto.

Ha pasado poco más de medio año desde que Diana se marchó. Y aunque pensé que la distancia nos separaría, me alegro decir que no, ambos seguimos hablando por mensaje y llamándonos cuando podemos. Diana aún sigue en la escuela por los años que perdió, también está trabajando y, tomando sus terapias.

Por lo que hemos hablado, ha tenido avances considerables, está a unas cuántas semanas de que su psicóloga le de el alta. No la había escuchado tan contenta en mucho tiempo.

Y con esto no quiero decir que ha sido todo bueno, porque hemos tenido nuestras peleas, mayormente por mí.

Ella al irse, ha conocido a más personas, incluyendo chicos. Claramente eso a mí no me gustó, tenía tanto miedo de perderla, miedo de que se enamorara de alguien que no fuera yo. Era entonces cuando salía mi lado idiota y ella no tenía porque hacerlo pero, lo hacía.

Ella ha sido la más paciente de los dos, y estoy muy orgulloso de lo que ella ha logrado en este tiempo allá.

Llegando a la empresa corro al ver el ascensor abierto, a mitad de camino veo como comienza a cerrarse, así que me apresuró y logro entrar.

Respiró agitado un par de veces antes de percatarme de que hay otra persona conmigo en el elevador.

Hago mi típica mueca al ver a mi muy demacrado amigo a mi lado.

Tyler.

Suspiro cuando hago el intento de hablar pero me arrepiento luego luego. No me gustaba esto, no me gustaba verlo con unas horribles ojeras, con sus labios secos y partidos y con algunos golpes en la cara.

En cuanto lo analizo con más detalle me percato al mirar sus morados y lastimados nudillos lo mal que sigue.

Mis manos se cierran en puños de lo furioso que me encuentro.

Tengo que respirar cientos de veces antes de poder calmarme mientras que mi amigo, en cuanto de abre la puerta del ascensor sale como si nada.

No soy el único que ha notado su estado, mi padre y mi tío también lo ha hecho. Ambos han hablado con él pero, no ha surtido efecto.

Suspiro triste antes de ir mi oficina tratando de olvidar la horrible imagen de mi amigo.

~∆~

—¿Ya has terminado?. -Cuestionó mi padre desde la puerta de mi oficina.

Asentí suspirando.

—Ya, solo tenía que hacer unos informes pero, los he terminado.

El asintió conforme.

—No creas que no me di cuenta de que no traes corbata Jonathan.

Hice una mueca.

—Lo olvidé.

Mi padre entrecerró los ojos.

—Aha.

Obviamente no me creyó por lo que solté un risa burlesca que, me siguió.

En la salida nos encontramos con una escena que me hizo ponerme furioso, cerré mié manos en puños mientras frunció mi seño molesto.

Cicatrices del Pasado © (CC #2) | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora