Cicatrices del Pasado © (CC #2) | Completa

13

— Prométeme que te cuidarás. -Diana puso los ojos en blanco un tanto divertida.

— Lo haré Tyler no te pongas pesado.

Tyler se separó de su hermana donde la miró por unos segundos y la volvió a abrazar.

—Tyler perderé mi vuelo.

Vi claramente como el negó y le dijo algo a Diana al oído que hizo que sus ojos se cristalizaran por las lágrimas y negó abrazándolo con fuerza.

Quité mi mirada de ellos o me ganaría el sentimiento, tenía que ser fuerte, me obligaba a serlo o no sería digno de la Diana que regresaría. Ella no sería la única que necesitaba cambios y espacio, tenia mucho en que pensar y demasiadas cosas que analizar antes de hacerlas.

Volví a verlos cuando se separaron y Diana me miró al igual que yo a ella. Ninguno decía ni hacía nada, creía yo que lo que nos teníamos que decir, lo habíamos hecho el día anterior. Sin más, se acercó a darme un beso en el cachete y ambos con nuestras manos nos despedimos.

—¿Qué fue eso?. ¿Y el beso de despedida?.

Reí un poco negando.

— Estuvimos hablando lo suficiente anoche Tyler. Para mí es suficiente.

El me miró y se encogió de hombros.

—Bueno, tengo hambre así que invítame algo. -Dijo antes de comenzar a caminar a la salida del aeropuerto.

Giré mi cabeza y rápidamente lo seguí.

—¿Y como porqué?

—Es lo menos que me debes.- Fruncí mi seño confundido.

—¿Deber?.

—Es lo menos que me debes por no partirte la cara después de lo que le hiciste a mi hermana.

—Pero aún así me golpeaste

El se detuvo y me volteo a ver.

—Da gracias que no lo hice de nuevo.

Puse lo ojos en blanco y suspiré.

Quien me manda a ser un jodido idiota.

(...)

POV DIANA

Restregué mis manos en mi pantalón por los nervios que se me presentaron de golpe.

Una vez que tomé mis equipaje a duras penas, puesto que no era fácil cargar con tres maletas tu sola en un lugar que no conocías. Era agotador.

Caminé lentamente a la salida del aeropuerto viendo a todos lados tratando de localizar un taxi, afortunadamente, localicé uno y le hice la parada.

Un señor de unos cincuenta me ayudó con mi equipaje poniéndome los nervios de punta. La cercanía de hombres desconocidos me ponía un tanto paranoica y no me agrada, en absoluto. Odiaba estar todo el tiempo a la defensiva, odiaba tener pesadillas, odiaba lo que mi supuesto padre me había hecho.

Por ello heme aquí en Toronto. Vine aquí por recomendación de mi hermano y su amiga Nesh. Aquí es donde mi hermano vino mientras a mí me daban una paliza, si, estaba molesta, para bien o para mal, todo el resentimiento que sentía hacia mi propio hermano me hizo tomar esta decisión. No quería llegar a odiar a mi hermano, a la única familia que me quedaba o peor, terminar como Christian.

Muerta.

Hoy se suponía que me vendría a buscar Nesh pero tuvo un contratiempo por lo que me ví obligada a tomar un taxi. Una vez dentro, le indiqué al señor la dirección del antiguo departamento de mi hermano qué, compartió con su amigo Sebastián. Es un gran chico.