Capítulo 14

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En toda la tarde Bob no me dijo nada, se la pasó en el sótano haciendo quién sabe que, me la he pasado en mi cuarto haciendo mi tarea pero cuando quiero bajar los ruidos se hacen más fuerte, es como si me advirtiera que si bajo habrá un castigo, él maestro Johns me dijo que no me preocupara por nada, qué todo iba a estar bien, esas palabras me dieron consuelo, por eso le tenía tanto respeto y estima, él siempre ha sido de los primeros en darme su apoyo cuando lo necesito y siento que es mi amigo porque cuando necesito hablar con un adulto él está ahí para escucharme y darme opciones para resolver mis ideas. Deje el lápiz en mi escritorio y me pare tratando de ignorar los sonidos, es como si estuviera usando una sierra o un serrucho en algo, mis manos se movieron inquietas empezando a darle golpes a mis piernas con un poco de fuerza, necesito que pare porque me va a volver loco, me senté en la cama y trate de dar 10 respiraciones como me lo decía mi papá cuando estaba nervioso antes de un examen, ojalá y estuvieran aquí para consolarme, tome el barco de papel que tengo en la mesita de noche que está al lado de mi cama, este fue el último regalo que le hice a Georgie, él quería ser marinero también además de decir que quería descubrir huesos de Dinosaurios, tenía tanta imaginación, suspire bajito, a veces me preguntaba si él estaría feliz allá arriba. Lo puse de nuevo en su lugar, los ruidos no cesaban y yo quiero estar tranquilo pero no puedo.
-Para- me dije a mí mismo, odiaba esto, gire la cabeza hacia la ventana había veces que me sentía prisionero, que Bob era él guardia y decía cuando podía salir. El timbre de la puerta sonó y salí de mi cuarto curioso, ¿quién sería? él salió del sótano y lo cerró con llave me miro molesto caminando hacia la puerta, cuando la abrió vi a la señorita Prince, ya se iba a cumplir un mes desde su visita, se veía sería pero a la vez tranquila, sus ojos me miraron a mí primero para ver a los de Bob.
-Señor Gray- su saludo sonó rudo.
-Señorita Prince- ambos me vieron y él se hizo a un lado para dejarla pasar.
-Hola Bill- su saludo era más cálido conmigo lo cual me hizo sonreír.
-Hola señorita Prince- sonrió más.
-Margaret- solo asentí.
-Hola Margaret- ella se acercó al borde de la escalera y me extendió la mano para que bajara -Sí- sujete su mano, sentí como si fuera una chica lo cual me dio un poco de vergüenza -Gracias-.
-De nada- regresó su vista sería hacia Bob el cuál no había apartado la vista de nosotros en ningún momento.
-¿A qué ha venido?-.
-Vine para informarle que tengo una queja de usted- él solo levanto la ceja.
-¿En serio? ja, ya me imagino de quién es-.
-Supongo que sí- caminaron a la sala y tomaron asiento en diferentes sillones, me quedé ahí, siento que algo iba a salir mal.
-Bien, ¿cuál es la queja?- Bob estaba más que serio, parecía furioso.
-Negligencia- abrí mucho mis ojos, ¿como es eso?.
-¿Qué?- su voz sonó irritado pero a la vez burlón -Veamos, ahora me va a decir que además del "maltrato"- dijo entre comillas con sus dedos -ahora abandonó a Billy- Margaret me miró de reojo y sonrío un poco.
-Exacto-.
-Qué tontería- la castaña no dejo de sonreír parecía que quería sacar de quicio a Bob.
-Bueno, además ha estado en peleas, ¿no?- mis ojos iban y venían, miraba a la mujer y regresaban a Bob.
-Sí pero ese asunto ya se arreglo- temblé por eso, Henry ya no me dañaría porque está muerto.
-Dios- murmuré muy bajo recordando su pie en la mitad del sótano como si nada, he tenido pesadillas desde entonces pero ese pie es mío.
-¿Bill?- la mujer de color vio raro al menor ya que estaba como perdido en la nada -¿Estás bien?-.
-Sí- Bob me miró con advertencia lo cuál me dio más miedo, quería salir de ahí pero no me iba a dejar.
-¿No tienes amigos?- esa pregunta me saco de onda.
-Por supuesto que sí- ella sonrió.
-¿Porqué no vas a jugar con ellos?- negué.
-Han de estar ocupados Margaret-.
-Ya veo- giró hacia Bob y este último me miró mal, como si hubiera hecho algo.
-Billy- su voz me dio un escalofrío -ve a tú habitación-.
-No- cerré mi boca rápido, ¿porqué dije eso? -Quiero saber del tema- ellos dos me miraron rápido para verse de nuevo.
-Usted cree que soy mala persona- eso no sonó a una pregunta.
-No lo conozco bien señor Gray- ella se levantó del sillón -Pero si Bill sufre con usted me aseguraré de que se pudra en la cárcel- él no aguanto más y se empezó a reír, fue parándose del sillón, era obvia la altura ya que Bob media 1.94 y ella como 1.60.
-Eso no lo hará, ¿sabe porque?-
-¿Porqué?- lo siguiente que supe que me mantuvo ahí parado fue el puñetazo que le metió Bob a Margaret que la dejó inconsciente.
-Porqué no saldrá viva de aquí- sus ojos me vieron a mí con furia -mátala-.
-¿C-c-como?-.
-Qué la mates- pasó una pistola y yo solo la vi con horror -rápido Billy, se va a despertar- negué muy rápido, no quería ser un asesino -Bien, lo haré yo- la bala le dio en el ojo, lágrimas salían, estaba muy asustado -Ahora falta Johns- cuando escuche su nombre empecé a temblar.
-No, él no te ha hecho nada malo-.
-Él la mando- sentí un agujero en mi estómago, me sentía enfermo -ahora morirá-.
-Perdónalo por favor- no quería que muriera él único adulto que me comprendía -Te lo suplico- sus ojos se veían oscuros, su rostro parecía un tímpano de hielo.
-Él se buscó su destino, además Sam está por llegar con él- un ruido que provenía de la entrada me asusto, entró él pelo negro con él maestro Johns, tenía varios golpes en la cara, corrí hacia él para sujetarlo ya que tenía una pierna rota.
-Vaya chico, no te metas en esto- trató de agarrarme pero me zafé con fuerza, él solo me miraba, se veía cansado.
-B-Billy- sus ojos mostraban horror y ya estaban desgastados por tanta resistencia -todo va a estar bien- sujete su rostro con cuidado -Gray- escupió su apellido -Ya sabía que tú eras mala persona-.
-No lo soy, al menos que me hagas enojar y te metas en mi camino- Bob me alejo de él con fuerza haciendo que él ojo verde me sujetará de los hombros.
-Déjalo ir- me movía inquieto y Sam solo ponía más fuerza para evitar que escapara -TE ODIO- solo me miró poniendo la pistola en su cabeza -NO- el sonido de la pistola me aturdió un poco dejándome caer al piso, veía al maestro Johns que poco a poco iba cerrando los ojos mientras me sonreía.
-Cuídate Billy- sujete mi cabeza con fuerza, Bob solo me observaba desde arriba.
-TE ABORREZCO- salí corriendo de la casa hacia cualquier lado menos ahí.
-Déjalo, mañana le daré su castigo-.

Cuidado por élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora