{cancelada}let me know ➳ park jimin.

Capítulo seis.

Haneul abrió los ojos. Aún no oscurecía, entonces miró la hora en su celular, ni siquiera había logrado dormir por más de dos horas.

Escuchó música desde el otro lado de su puerta por lo que concluyó que JungKook aún estaba en su departamento así que aún no era hora de salir.

Se sentía mareada en un buen término, era como si hubiera llegado donde nuevos familiares.

Saltó del sofá, debía llamar a sus padres.

Mientras marcaba hacia el celular de su madre caminó hasta el ventanal y en el tercer tono la llamada se contestó.

—¡¿Haneul?! —sonrió hacia el aparato, su voz dulce sonó distante.

—¡Hola mamá!

—¡Dulzura ¿Cómo estás?! ¿Todo bien?

—Sí, llegue hace un buen rato.

—Entonces ¿Por qué me llamas recién ahora? Me tenías preocupada ¿Tienes problemas con encontrar un lugar?

—No, no, para nada —negó con la cabeza aunque no la pudiera ver— encontré un departamento excelente, ya está todo listo con contrato —sonrió— es un edificio de siete pisos, yo estoy en el quinto ¡pero te mueres! Vivo con siete chicos muy amables.

—¡¿Siete chicos en el mismo departamento?!

—¡¿Qué?! ¡No! —rio— vieras lo gigante que es mi departamento, solo son dos departamentos por piso, y uno es completamente para mí.

Su madre rio —Que papá no lo sepa pero ¿Son chicos guapos? —susurró.

—¡Ay, mamá! —gritó luego susurró: —sí, todos lo son.

Compartieron otras carcajadas, se sentía bien hacerlo. —Y cuéntame, ¿Cómo esta Seúl?

—Es realmente precioso, los chicos ya se han ofrecido a mostrarme la ciudad.

—¡Guau! ¿Ya los conociste a todos? ¡Haneul, estás rompiendo corazones! —chilló.

Sus mejillas se sonrojaron— Nunca pensé encontrar algo así mamá, es maravilloso. Almorcé con todos ellos, son como una gran familia.

—Ay hija estoy tan feliz, aquí todos extrañamos tu presencia, tus amigas esperaban tu llamada.

—¡Oh es cierto! Luego las llamaré ¿Y papá?

—Oh, por allí anda recibiendo mercadería.

—Le dejas mis saludos.

—Claro preciosa ¿Tienes planes para hoy?

—Algo así, los chicos quieren llevarme a una fiesta.

—¡Es excelente! Bueno, te dejo entonces, ponte preciosa como siempre ¡y mañana me hablas, eh!

—¡Claro, claro! ¡Nos vemos, te quiero!

—¡Y yo a ti!

Finalizó la llamada y dejó caer el celular al sofá. Corrió hasta sus mochilas y las llevó hasta su cuarto, este aún tenía un ambiente impersonal ya que solo tenía la paredes blancas sin nada colgado en estas, la cama de dos plazas tenía cojines con terminaciones rojas que combinaban con las cortinas y la gran cómoda de madera oscura que había al mismo tono con los muebles de noche a cada lado de la cama.

No se preocuparía en ordenar justo en el momento ya que no sabía a qué hora pasarían los chicos por ella. Tampoco sabía si debía ir y con qué llevar puesto.

Gruñó y cayó sentada sobre la cama. Sus amigas se pondrían telas que dejaran a la imaginación sin perder la sensualidad pero ella no tenía la capacidad de usar ese tipo de vestuario, aunque si lo tenía guardado en alguna de sus morrales.