XIII

2 0 0
                                    

Entre besos y caricias llegamos a la habitación, con delicadeza me baja hasta que mis pies tocan el frío piso. Sus labios bajan a mi cuello <joder se siente tan bien> mis manos recorren un camino desde su pecho hasta la cremallera del pantalón, las muevo despacio, hasta que la siento. Con cuidado voy sacando eso por lo que todo empezó, una vez lo tengo en la mano me alejo.

—Gracias, ya tengo lo que necesitaba —digo enseñando la llave que sostengo en mis manos.

Narra Maximiliano

—Joder —es lo único que puedo decir, caí en su juego. Me siento un completo idiota —Me voy antes de que se haga tarde —sus mejillas están encendidas ¿Cómo pude llegar a eso? Me había dicho que Azul era prohibida para mí. La alcanzo justo en la puerta —Azul no te vayas, hablemos —Ella da la vuelta —Lo siento, yo no quería que esto pasara —confieso lleno de vergüenza.

—Los dos somos adultos y para mi no tiene importancia.

Su capacidad para fingir colma mi paciencia y digo—Deja de actuar, por primera vez hablemos con la verdad. No somos unos niños para ir jugando a que nada pasa, desde que llegaste algo cambió en nuestras vidas eso no puedes negarlo. Tus berrinches de niña, tu manera de tratarme, vamos Azul quitemos nuestras caretas tú la de tu rebeldía y yo la de mi seriedad. No voy a decir que no se cuando pasó porque sería mentira. Todo este tiempo que pasó te extrañe como un maldito. Estoy enamorado de ti, te amo más que a nadie.

—Max... —El timbre suena, cuanta  capacidad para interrumpir —Hablamos cuando vuelva —digo y voy a ver de quién se trata. Abro la puerta y esto no puede estar pasando.

—¡Sorpresa! Volví —Karen con una sonrisa es su rostro eleva sus manos ante mí.

—Ka karen —alcanzo a decir.

—Así es, el Congreso terminó y me pareció buena idea venir para acompañarte. Ye extrañé tanto mi vida, tengo preparado todo para nuestra boda. Mis padres alquilaron el salón, los músicos, las invitaciones, el banquete, la iglesia, la comida y todo lo que necesitamos está listo ¿cariño estás escuchando?

Estoy en shock, olvidé mi boda. El tiempo pasó tan rápido que no me percaté de lo cerca que estaba. Una vida junto a Karen, ya no importaba ahora mi felicidad lo representaba una chica de cabello rojo que se encontraba en la habitación del fondo —Karen. Tenemos que hablar.

—Por supuesto que hablaremos, todavía hay unos detalles que me gustaría tratar contigo, digo no podía decidir yo sola, después de todo la boda es de los dos.

Mi prometida no deja de hablar yo solo quiero ir a ver a la chica pelirroja ¿qué hago? Karen a sido mi novia por cuatro años, era sin duda la mujer con la que quería compartir mi vida, todo eso cambio cuando una pequeña rebelde regresó a su país. Bajo esa facha de niña mala se esconde una mujer amorosa y yo la descubrí, tengo miedo a perderla. No quiero herir a mi novia, pero tampoco puedo estar con ella por cariño y dejar escapar el amor.

—Bueno cielo, te dejo solo vine a darte un beso. Mi hermana me espera abajo, nos vemos mañana. Adiós —Apenas Karen se va, corro a la habitación. Las prendas que hace tiempo le había prestado a Azul están dobladas sobre la cama, voy hacía el baño no hay nadie. Observo la ventana, alcanzo verla bajar. No puede ser tomo mis llaves y mi chaqueta para alcanzarla.

Analizo todo, si uso el ascensor corro el riesgo de alcanzar a Karen. Si Azul pudo bajar por la ventana yo también puedo hacerlo, estoy por tocar le césped cuando la voz del portero hace que pierda el equilibrio —¿qué les pasa a todos hoy? Primero una chica parecía ser una salamandra y ahora usted joven intentando ser el hombre araña.

Ella Es Un Tormento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora