Han sentido alguna vez tener al mundo en sus manos y en cuestión de segundos todo se va a la basura y no queda más que estar conforme con la realidad. Sueños incompletos, llanto en abundancia llegan días en los que solo quieres huir de todo, mi cabeza se llena de pensamientos, aquellos quienes cuando estaba ocupada no les prestaba atención ¿a qué se le puede tener miedo? Estar sola no es el problema, sino las cosas que una piensa.
Me doy cuenta que en realidad les temenos a nuestros pensamientos estos van más rápido que el tiempo y si continuó así terminaré por volverme loca. Max está afuera lo sé, él se está encargando de todo, puedes dejarme encerrada aquí, pero tu hijo y yo nos amamos y eso no va a cambiar aunque pongas mil paredes en medio de los dos, siempre encontraremos la manera de estar juntos desearía poder decirle eso a Irving en su cara.
Llevo a penas unas horas encerrada y ya quiero salir. Dejo mi frente descansar en la pared, espero que Cristóbal arregle pronto mi situación ¿por qué Max no ha venido a verme? Tal vez se siente culpable, pero él no tiene la culpa de ser hijo de un miserable como Irving. Limpio las lágrimas rebeldes que salen de mis ojos, escucho hablar a un guardia, a penas la puerta se abre salgo lo más rápido que puedo.
—Pensé que no vendrías —digo abrazando a Max.
— Jamás te dejaría sola. Voy a sacarte de aquí te lo prometo.
—Max tengo miedo, no de estar aquí, sino de que me vuelvas a dejar. Dime que no vas a volver a ceder a los chantajes de tú papá, quiero que estés junto a mí.
—No te preocupes. No voy a volver a irme ya no estoy dispuesto a renunciar a ti. Tendrás que aguartarme por mucho tiempo —me aferro a él, quiero tenerlo junto a mí para creer que nunca se irá.
—La visita terminó —Max me abraza más fuerte. A regañidetes sale del lugar. Lo veo marcharse y siento que la alegría se va con él, recuerdo que ya no estoy sola, sino que tengo a alguien junto a mi. Abrazo mi vientre prometiendo cuidar de este hermoso regalo que me ha dado la vida.
Llego a la celda que parece que será mi sitio por no se cuanto tiempo. Por ser un delito mayor no puedo aspirar a una fianza debo permanecer en este lugar durante la investigación —Vamos a estar bien, voy a cuidarte nada malo va a pasarte —es bueno ya no sentirme sola, ahora tengo a alguien que me escucha y estará siempre a mi lado.
La incomodidad de este lugar me causa una gran angustia ¿Qué estará pasando allá afuera? Debo agradecer el hecho que me hayan dado un lugar alejada de los demás, aquí no llega el bullicio de otras personas. Intento dormir, resulta imposible conciliar el sueño. Siempre amé estar sola, sin embargo ahora que había experimentado la dicha de compartir con alguien como Max la soledad ya no me resultaba una buena compañía.
La pequeña cama está dura, fría y vacía hace falta su olor. Veo llegar a mi soledad y como a una vieja amiga la saludo, en realidad no la extrañé es solo que ahora que no tengo de otra, acepto su compañía. Mis ojos están cansados, deseo con toda el alma poder descansar siquiera un poco 《vamos soledad déja que me relaje porque a partir de este día tendremos tiempo para pasarla juntas. Quiero sentir alivio no de ti, sino de este mundo》
《Noche que abrazas mi vida, que contigo traes mis miedos más atroces abrazame, quiero estar en tus brazos, cobijarme en tu oscuridad. Enseñame el verdadero significado del dolor pues sólo así abriré fuerte mis alas para que el día de mañana cuando el sol salga yo pueda nacer de nuevo. Llevate este beso y depositalo en su frente para que no olvide que estamos unidos. Dame su cálido abrigo y no te alejes sin desearle un buen descanso.
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Ella Es Un Tormento
DiversosAzul hija del socio mayoritario de una de las inmobiliarias más reconocidas, su padre murió cuando ella tenía doce años, su madre nunca se hizo responsable de ella, la mandó a un internado lejos del país. Azul guarda en su memoria, las traiciones de...