Háblame.

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Una vez listo Jimin fue hasta el cuarto de Jungkook. No abrió la puerta.

—Oye iré al supermercado, ¿quieres algo?

—Creí que no vendrías a menos que te pidiera continuar. —Contestó el chico atado del otro lado de la puerta, parecía el rehén de una pandilla de ladrones.

— No estoy en tu habitación, estoy en el pasillo. Idiota. —Rió.

—Estúpido.

— ¿Entonces no quieres nada?

—Sólo quiero que te vayas.

—Bien, volveré dentro de una hora, no hagas travesuras. —Jungkook escuchó unos pasos, Jimin se había ido al supermercado y él seguía atado.

—Perfecto. —Dijo Jungkook mientras resoplaba fuertemente. —Simplemente genial.

Pasaron unos cuarenta minutos y la naturaleza llamaba, quería ir al baño, ¿pero cómo podría? Estaba atado de pies y manos. Buscó con la vista algún objeto que pudiese servirle para cortar las cuerdas, al fin, en la pequeña mesa que estaba en el centro de la habitación había una navaja. Rodo por la cama, pero no se percató de que en el suelo había un libro bastante grande hasta que su cabeza golpeó contra el mismo y se desmayó.

*

Jimin por otro lado estaba conduciendo en dirección al banco, iba a retirar dinero de la cuenta de los papás de Jungkook, para comprar comida y algunos artículos de limpieza.

Retiró el dinero y como el supermercado estaba cerca dejó aparcado el auto frente al banco. Entró al gran supermercado y se dirigió primero a comprar verduras, sabía que Kook las odiaba, por eso haría que se las comiera, incluso sí tenía que metérselas en la boca al menor. Compró verduras y algunas frutas. Después fue hasta el pasillo de los dulces, esos también eran para Jungkook. Por último fue hasta el pasillo de artículos para limpieza comenzó a echar todo tipo de cosas al canasto que tenía en su mano izquierda, la casa estaba algo sucia, en especial el cuarto de Jungkook, ropa tirada por todos lados, revistas, gorras, zapatillas, CD’s, en fin, tenía un gran caos.

—Compraré algunas cervezas para mí. —Abriendo uno de los grandes refrigeradores del lugar. Sacó seis cervezas y dos latas de bebida energética. —Bien, eso es todo.

Al ir a la zona de pago escogió la caja tres, la cajera no pudo evitar desvestirlo con la mirada, algo que él solo ignoró.

—Serán sesenta y seis dólares con cinco centavos.

—Aquí tiene.

—Gracias, vuelva pronto. —Jimin rió mentalmente al notar el tono de la cajera, parecía que le estuviese suplicando para que vuelva.

*

Jungkook estaba tirado sobre la hierba, lo había despertado la fría brisa que corría por el lugar.

— ¿Estoy soñando? —Preguntó a la nada, de seguro esperaba que alguien le responda, pero no fue así. Comenzó a mirar hacía todos lados y no muy lejos divisó tres figuras, se paró y se dirigió hacía allí —Disculpen. —Dos de las tres personas estaban golpeando a la tercer figura que Kook vio… Al ver esa escena se quedó inmóvil, el niño al que estaban golpeando era el de pequeño, ¿pero cómo no recordaba eso? — ¿Qué demonios es esto? —Las tres personas no lo veían. — ¿Dónde carajos estoy?

—Déjenlo en paz. —Gritó otro niño, y a Jungkook le pareció conocer esas grandes mejillas y ese cabello oscuro.

—No te metas Park. —Le gritó uno de los niños que golpeaban al pequeño Jungkook.

Babysitter perverted.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora