─¿Qué es lo qué debo hacer con ese tipo? ─Jimin se encontró a sí mismo en frente de una puerta de madera desquebrajada y rústica.─ ¿Debo matarlo? ─Rió amargamente.
─Sólo debes darle un incentivo, debe pagarme y el muy idiota me ha estado esquivando durante mucho tiempo, aunque... No sería tu primera vez asesinando... ¿Eh, Jiminnie? ─Megan golpeó el hombro del chico mientras se reía de su propio chiste.─ Deberías agradecerme por desviar todas las pruebas hacía un mal viviente de por ahí.
─Acabemos con esto de una puta vez. ─Jimin gruñó entre dientes y se decidió a abrir la puerta de una patada.Como era de esperarse, el sujeto al que debía "incentivar" se encontraba en un sofá desgastado, dos mujeres a ambos lados y un cigarro en mano.─¿Pero que demonios? ─Exclamó el hombre al ver que habían irrumpido en su, si se podría llamar así, vivienda.
─He venido para advertirte sobre algún dinero que debes a cierta persona. ─Enfatizó las última dos palabras.
─Oh no...─Masculló el hombre mientras empujaba a ambas mujeres y se incorporaba.─No. No. No ¡No puede ser cierto! ─Se revolvió el cabello desesperadamente.─ ¿Esa maldita regresó? ¿Regresó a joderme la vida? ¡La odio maldita perra!
─Lo siento, sólo soy un mensajero. ─Jimin se encogió de hombros, mientras giraba sobre sus talones y se encaminaba hacía la destrozada puerta.
─Oye amigo.─El hombre corrió hasta Jimin y lo tomó por una de sus muñecas.─ Ayúdame, ¿quieres?
─Como ya te he dicho, sólo soy un mensajero.
─¡Puedo pagarte lo que sea! ─El agarre del hombre en torno a la muñeca del chico incrementaba junto con la furia del mismo.
─Entiende de una jodida vez que no quiero nada, si no has podido pagarle a ella, ¿cómo me pagarás a mí? ¡Piensa, joder! ¿Eres idiota o qué? ─Jimin al fin pudo soltarse del agarre que tenía prisionera su muñeca y tomó al hombre por el cuello de la camisa que éste llevaba puesta. Podía ver el miedo creciente en los ojos de su presa, estaba lleno de ira, no por lo sucedido hace instantes...
Era por alguien, quién estaría esperando en casa mientras él estaba ahí, amenazando a un pobre diablo que no tenía donde caerse muerto. Jimin estaba furioso, consigo mismo por ser un monstruo. Pero no podía evitarlo.
Piensa en Jungkook, Jimin no quieres que le hagan daño.─Su foro interno le susurró.
Y por mucho que le costó, dió un puñetazo que se dirigió a la mejilla del hombre mientras caía con un golpe seco al suelo y se tocaba la mejilla con cierto deje de tristeza y miedo por su vida.
Jimin tuvo compasión.─Siete días.─Dijo antes de irse por dónde vino.Tal como el chico esperaba, Taehyung estaba recargado sobre el cofre de su auto, aguardando.
─¿Y? ─Preguntó burlón.─¿Cómo te ha ido Jimin?
─¿Dónde está Megan? Es con ella que debo hablar.─Trató de ignorar sus impulsos de saltarle directamente al cuello y arrancarle la garganta.─¿Podrías quitarte de mi auto? ─Preguntó fastidiado, asqueado de ver a ese inútil.
─Deberías tratarme un poco mejor Park.
─¿Por qué debería? ¿Por haber hecho que toda esta mierda pasara? ¿Por haber hecho que mi padre muera?
─Creí que te había hecho un favor.
─¡Maldición no! ¡Mil veces no! ─Gritó Jimin, sentía como sus ojos comenzaban a arder, quería llorar, debería haberse quedado callado; pero era tarde... Demasiado tarde.─¡Porque no haya aceptado mi sexualidad no dejó de ser mi padre, Taehyung! ¡Tú y tu maldita familia lo mataron!