—No cariño, no lo es. —Su madre suspiró.— Sabía que esto iba a pasar tarde o temprano, debí haber detenido a tu padre.—Lentamente acarició el cabello de su hijo en un intento de calmarlo.—Deja de llorar... No llores mi pequeño ángel, no merece tus lágrimas.
—Mamá...—Comenzó con un hilo de voz.— ¿Jungkook no me recuerda? ... ¿Qué haré?
—Sobre eso...—Su madre sonrió.— Hablé con Carol hace días y me dijo que Jungkook estaba bien, algunas veces sufría de dolores de cabeza, y que murmuraba un nombre mientras dormía...—Besó la frente de su hijo.— Estará bien, sólo no te acerques mucho a él...
Jimin quiso protestar pero su madre puso su dedo índice sobre los carnosos labios del chico. "Todo a su tiempo, cariño, él te recordará. Tal vez no hoy, ni mañana... Algún día."
Los días pasaban y Jimin trataba de seguir con su vida, volvió a vivir con su madre, no sin antes agradecer a su madrina por haberlo acogido en su casa.
Se cambió de colegio, tratando de olvidar todo lo sucedido, pero una persona seguía en sus pensamientos aunque no quisiera, siempre tendría presente esa sonrisa.
Tres meses después del incidente con su padre, un viernes por la tarde, la noticia llegó.
—¿Señora Park? —La voz del otro lado del teléfono sonó dudosa.
—Sí, ¿quién habla?—Había contestado ella.
—Lamentamos informarle que su esposo fue hallado asesinado esta mañana.
—¿Qué? ¿Cómo pasó? ¿Quién fue? —La madre de Jimin quedó en shock.
—Seguimos investigando, no sabemos cómo fue, pero de algo estamos seguro... No fue suicidio. Más tarde pasaremos por su residencia a tomar declaraciones, por favor acepte.
—Sí oficial, tienen mi criterio a su disposición y si saben de algo más, por favor no duden en llamar. Gracias por avisar aunque no sean buenas noticias.
—Lamento su pérdida señora, adiós.—Colgó.
Jimin notaba que algo andaba mal cuando Taehyung, hijo del "Señor Kim" se acercó y le susurró al oído "De nada, me encargué de tu papá."
Jimin no entendía nada, ¿se había vuelto loco?
Cuando llegó a casa, entendió absolutamente todo.
—Mamá, ¿qué pasa? —Interrogó al ver que su madre lo había saludado distinto.— ¿Estás bien? ¿Te sientes mal?—Arrojando la mochila al suelo y corriendo a los brazos de su mamá.
—Jimin... Cariño, tu papá...—Su madre no encontraba las palabras para decirselo. Tomó aire.— Tu papá, falleció, lo siento cariño.
—¿Cómo... Cómo has dicho? —El chico se sintió morir.— ¡Mamá, por favor repitelo! —Gritó desesperado.— Mamá...— Cayó de rodillas al duro piso.
Su madre se arrojó a él y lo envolvió en sus brazos.
—No saben qué es lo qué pasó.
—Pero yo sí sé que es lo que pasó.— Susurro Jimin para sí mismo.
Con una brusquedad leve se apartó de su madre y corrió hacía la salida de su casa, no sin antes decirle a su madre que debía hacer algo, que no se preocupara.
—Volveré pronto.— Gritó Jimin antes de irse a paso rápido, perdiéndose en la creciente noche.
Sus vagos recuerdos lo condujeron a su destino.