— Sí, quiero saber por qué lo estás abrazando. — Respondió Taehyung.
— ¿Y si no quiero decirte?
—Te patearé el culo.
—No te metas conmigo Taehyung, sé quién eres y lo que haces.
—No te atreverías a revelar todo, soy el mejor amigo de Jungkook.
—Estaría más que feliz de que una alimaña como tú no se acercara más a Kook.
—Por favor. —Rió. — No lo amas de verdad, sólo lo quieres por su físico.
— ¿Tú que sabes?
— Sé de Megan.
— ¿Y ella que tiene que ver?
— Vamos, sé que ella te vuelve loco.
— ¿Podemos ir a hablar en otro lugar?
—Bien.
Jimin se soltó con extremo cuidado del abrazo de Jungkook y acompañado de Taehyung fueron hacía el jardín del hospital.
—Bien. —Comenzó Jimin. —Creo que es hora de arreglar las cosas. —Dio media vuelta y golpeó a Taehyung en el rostro. Lo tiró al suelo y comenzó a darle puñetazos sin parar.
— ¡Detente maldito loco! —Gritó Taehyung.
—Megan me causa asco, tú me causas asco, tus palabras me revolvieron el estomago, no compares a Jungkook con Megan, ella no vale ni la mitad de lo que vale él. No sabes nada de nosotros, no sabes nada de mí. Taehyung… Tú no te quedarás al lado de Jungkook, ese lugar me pertenece desde niño.
—Sólo dices idioteces.
—Desaparece de aquí. —Dijo Jimin mientras se ponía de pie y daba una última patada a Taehyung.
—Esto no se quedará así, me las vas a pagar.
—Como digas, pero mantente alejado de Jungkook si no quieres perder ese lindo rostro.
Jimin fue al café del hospital y compró las galletas preferidas de Jungkook, cubiertas con chocolate y azúcar. Y para beber una gaseosa de cola. Con esto fue hasta el cuarto de su pequeño. Se sorprendió al ver que no estaba en la cama, la desesperación se apoderó de él. ¿Dónde estaba Jungkook? ¿Taehyung había hecho algo? Buscó en el baño, pero no estaba ahí, salió al pasillo pero tampoco estaba, corrió por todos lados buscando a Kook, el miedo en su corazón aumentaba cada vez más.
— ¿Jimin? — Esa voz sonó como el canto de un ángel.
— ¿Dónde estabas Jungkook? —Preguntó Jimin mientras se dirigía a él.
—Bueno, desperté, tenía hambre y como no estabas ahí decidí ir por mi mismo a comprar algo para comer ya sabes… —Se detuvo porque Jimin lo abrazó fuertemente.
—La próxima espera a que yo esté contigo. Idiota, me asustaste.
— ¿Qué sucede contigo Jimin? No fue para tanto.
—Si lo fue, pensé que algo malo te había pasado. —Acercando más a Jungkook contra su cuerpo. Quería sentirlo. Necesitaba sentir su calor y el sonido de su corazón.
—Quiero que hagas algo por mí. —Dijo al fin Jungkook.
— ¿Qué quieres que haga por ti? —Separándose del menor.
—Acompáñame al cuarto. —Tomó la mano del mayor y lo condujo hacía el cuarto, dónde se suponía que debía estar en un principio. Jimin rió cuando vio que Jungkook traía una bata de hospital, esas que dejan al descubierto el trasero de quién la usa.
Al entrar Jungkook cerró la puerta y puso el seguro a la misma.
— ¿Qué quieres que haga?
—Quiero que me toques. —Jimin no entendió al principio, pero sus ideas se aclararon cuando Jungkook desató el cordel de la bata y la dejó caer hasta el piso. —Quiero que me toques. —Repitió el menor.
—Jungkook… —Jimin estaba confundido y excitado a la vez.
—No digas nada… Sólo hazlo por favor. —Se acercó a Jimin, tomó las manos de su niñero y las colocó sobre sus caderas. — ¿Sí?
—Está bien. —Jimin llevó cuidadosamente a Jungkook hasta la cama e hizo que se acostara, acto seguido el se acostó sobre él, apoyando su peso sobre sus codos, para no aplastar a Jungkook. — ¿Cómo quieres que te toque? —Jimin nunca perdía la oportunidad de hacer que Jungkook se avergonzara.
— ¿Preguntas enserio? —Preguntó Jungkook y Jimin asintió. —No lo sé, haz lo que quieras. —Trató de sonar despreocupado pero no pudo.
—Sí así lo quieres.
Jimin comenzó a repartir besos en la frente de Jungkook, siguiendo por sus mejillas y rozando sus labios con los del menor. Continuó por su cuello, pasó por sus clavículas y se detuvo en un pezón al que mordisqueó lenta y tortuosamente haciendo de Jungkook gimiera debido al placer que sentía. Bajó su mano hasta el miembro del menor y comenzó a masajearlo con una paciencia que merecía un premio.
—Jimin… ¡Aaaah!
— ¿Sí?
—Tócame más…
— ¿Más qué? —Preguntó al mismo tiempo que daba un leve apretón en el glande del menor.
— Más rápido. —Dijo Jungkook casi sin aliento. — ¡Demonios hazlo más rápido!
Jimin rió ante el pedido del chico. Entonces decidió que era tiempo de comenzar enserio.
Con sus manos envolvió el falo de Jungkook y comenzó a masturbarlo con ritmo lento, no quería que aquello acabase tan rápido. Hasta que se hartó de ello y engulló el miembro de Jungkook en su boca, quién al sentir la calidez de Jimin gimió sonoramente, algo que hizo que el mayor se pusiera duro en cuestión de segundos.
Con su lengua trazaba círculos en la punta del miembro de Jungkook, y sus manos hacían un movimiento de arriba hacia abajo, desde la base del pene del menor hasta dónde su boca estaba.
Tomó la mano de Jungkook e hizo que este tomara su cabello, para que marque el ritmo que él quisiera y así lo hizo, empujando sus caderas y Jimin tragando todo lo que podía mientras que al mismo tiempo gruñía haciendo que inmensas olas de placer recorrieran el cuerpo del chico. En la habitación sólo se oía el sonido de la saliva de Jimin chocando contra el miembro de Jungkook y los gemidos de este. Hasta que no aguantó más.
—Jimin voy a ¡Aaaah! Me voy a correr. —Tratando de alejar al mayor, pero no pudo y se liberó en su boca, al mismo tiempo que Jimin tragaba su semilla. —Joder. —Fue lo único que pudo decir.
—Eres delicioso. —Habló Jimin mientras limpiaba los restos de semen que quedaban en sus labios. Jungkook tiró de la playera del mayor haciendo que sus bocas queden a milímetros.
—Lo haces jodidamente bien, niñero pervertido.
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