Psicosis +18

Capitulo:3

No te vayas

POV Isabella

Los rayos del sol golpearon su rostro haciendo que restregara sus ojos con fastidio.

Se levantó aún algo somnolienta maldiciendo por lo bajo. Entró en el baño y luego de asearse y hacer sus necesidades se cambió con unos leggings y una camiseta básica color negro, ató su cabello en un moño desprolijo y bajó a desayunar.

Se detuvo en el marco de la puerta de la cocina, y vió a Colette sonreir mientras le regalaba una mirada coqueta a su padre quien la tomó por la cintura mientras la miraba con complicidad y entre risitas la llenaba de besos.

–Eww me acaban de traumar -se quejó Darren con un asco sobre actuado mientras entraba en la cocina.

–Lo siento - se disculpó su madre apenada mientras el rubor cubría su rostro.

– Y bien tortolitos. ¿Que hay para desayunar?-preguntó su tío tomando asiento en la mesa.

Sin muchas ganas se sentó en la mesa, sus ojos grises examinaban las miradas cómplices que se daban sus padres y las sonrisas cargadas felicidad.

Esas miradas que no necesitaban de palabras para decir lo que sentían , ese brillo que aparecía en los ojos de sus padres cada que se miraban era el mismo que ella alguna vez también tuvo, esas miradas las conocía bien por que también las compartió con alguien alguna vez.

Algo en su interior envidiaba esa felicidad que ella ya no tenía.

-Buenos días- la voz de Dean la sacó de su trance.

El entró en la cocina y tomó asiento a su lado. Ella lo reparó de reojo dándose cuenta lo mucho que lo había extrañado el último año. Aún recordaba aquel día cuando se despidió de él en el aeropuerto.

– Aún no olvidó que me debes una mano de Villar- le recordó Marco a Darren con tranquilidad.

– Prepárate para que patee tu trasero otra vez voy a patear tu trasero esta vez -respondió su tío con la boca llena de waffles.

Miró a Darren de reojo y el enojo que sentía volvió a golpearla. Ese maldito sentimiento de abandono la golpeó de nuevo.

Darren estaba haciendo lo mismo que sus padres hicieron tiempo atrás.

El desayuno transcurrió entre comentarios de deportes y otras vanalidades por parte de su tío y su padre,  luego de desayunar volvió a su habitación pues aún tenía que desempacar sus cosas.

Empezó a acomodar su ropa en el closet mientras escuchaba heavy metal pesado las horas transcurrieron con rapidez.

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-último equipaje -soltó limpiando el rastro de sudor en su frente con el dorso de su mano.

Empezó a acomodar sus retratos en la cómoda, tomó un retrato entre sus manos y una sonrisa de tristeza se deslizó por sus labios.

Sus ojos se negaban a despegarse de un sonriente Max, quien la abrazaba desde atrás haciéndola sonreír.

En ese momento todo estaba bien no había dolor, ni soledad solo sonrisas de felicidad, y miradas de amor todos estaban en esa fotografía estaba el. Su Max.

La melancolía cristalizó sus ojos, y apenas se dió cuenta que se hallaba llorando cuando las lágrimas empezaron a mojar sus mejillas. Su corazón latía como loco, esos recuerdos felices que construyó en casi tres años vinieron a ella atormentandola, el recuerdo de la partida de Max era como presionar una herida fresca hasta hacerla sangrar.