Psicosis +18

Capitulo:23

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Maratón

Frustrada

POV Isabella

Le echó un último vistazo a las cintas de seguridad antes de salir cerrando la puerta tras ella, atravesó la sala y cuando empezó a subir las escaleras miró por un momento a su padre quien levantó la cabeza para mirarla.

Estás loca.

Lo vio abrir la boca para decir algo pero le sacó el dedo de en medio –No permitiré que me faltes el respeto - Lo escuchó decir.

–Vete al diablo -le espetó antes de subir las escaleras.

Miró el pasillo desierto del segundo piso y de manera inconsciente algo dolió en su pecho.

Ya no habían niños corriendo por toda la casa en las vacaciones.

No podía halarle el cabello a Constan O empujar a Beatriz y luego decir que fue un accidente.

La abuela ya no la mimaba cuando el viejo decrépito de Marcus la regañaba.

Dean ya no estaba allí.

Didier no la ignoraba y Mirabella ya no la obligaba a jugar al té.

Soltó un suspiro de cansancio antes de continuar subiendo las escaleras, una vez en el tercer piso caminó con desánimo por el pasillo y de manera inconsciente sus dedos acariciaron la puerta que estaba frente a la suya.

–No Es momento para deprimirse -le advirtió esa voz en su cabeza que ahora era su única compañía.

Caminó hacia su habitación un escalofrío la recorrió cuando sus manos tocaron el frío llavín giró este antes de empujar la puerta lentamente y hallar su habitación sumida en oscuridad.

Caminó hacia la ventana y abrió las gruesas cortinas cerrando los ojos un instante al ser golpeada por los fieros rayos del sol.

Al abrir los ojos estos de forma automática se clavaron en el bosque que le ofrecía una preciosa vista al ser iluminado por el sol que empezaba a alzarse con gloria.

Sin duda alguna aquel lugar ocultaba algo siniestro, algo que averiguaría.

–Sé que no lo imaginé ¿verdad?-susurró antes de alejarse de allí.

No le importaba que sus padres pensaran que estaba loca ¿Entonces por que su pecho dolió al escuchar a su padre llamarla así?, ¿Por que se sintió como aquella niña incomprendida a la que nadie le creía?.

¿Por qué no podía sentirse indiferente ante aquellas miradas que conocía bien?

–No puedes permitir que eso te afecte -esa voz le susurró –Nunca los hemos necesitado,¿ y no lo haremos a hora cierto?-cuestionó.

Asintió en acuerdo antes de caminar hacia el baño para darse una ducha.

Abrió el grifo para empezar a llenar la bañera y cuando se iba a sacar el camisón el ruido de una notificación la detuvo.

Caminó hacia la habitación guiándose por el sonido incesante y repetitivo, empezó a desesperarse al no encontrar su teléfono y cuando estaba apunto de ignorarlo lo encontró entre las sábanas lo tomó y tras encender la pantalla leyó las notificaciones.

3 buzones de voz.

2 llamadas perdidas.

12 mensajes nuevos.