El muérdago

4.1K 261 62
                                    

Eran las épocas navideñas y todo el castillo estaba envuelto en un gran manto de nieve, el lago negro estaba sólidamente congelado y como no, la mayoría del alumnado prefería quedarse dentro del castillo protegiéndose del tremendo frío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eran las épocas navideñas y todo el castillo estaba envuelto en un gran manto de nieve, el lago negro estaba sólidamente congelado y como no, la mayoría del alumnado prefería quedarse dentro del castillo protegiéndose del tremendo frío. 

Guirnaldas, muérdago y acebo son las algunas de las decoraciones que adornan los pasillos, eran varias las chicas que se quedaban bajo del muérdago esperando a que algún chico se arme de valor y las bese, pero claro, los muchachos corrían a refugiarse al ver esto. 

Lily y tú habían decidido quedarse en el castillo a pasar las Navidades, tenían la habitación para ustedes dos al igual que casi toda la sala común. Fueron muy pocos los Gryffindor's que decidieron quedarse, apenas y eran unas tres niñas de tercero y dos niños de cuarto, así que en resumidas cuentas, tenían a su disposición casi toda la sala común. 

Claro, no tenían en cuenta que cuatro muchachos revoltosos habían hecho lo mismo que ustedes dos; Se dieron cuenta de esto, cuando un día por la mañana, San Potter y Diva Black se pusieron a cantar a todo pulmón villancicos muggles seguidos de su "orquesta" compuesta por Peter y Remus, el primero agitando una botella vacía de cerveza de mantequilla con algunas rocas dentro de ésta y el segundo golpeando con ritmo el suelo. 

Al parecer, sus días de tranquilidad habían sido interrumpidos por esta banda de changos descontrolados. 

-Buenos días- Saludó James con su típica sonrisa arrogante llegando a donde ustedes estaban. El Gran Comedor se encontraba vacío, con doce abetos que el guardabosques Hagrid cortó y varios muérdagos colgados por las paredes, además de la nieve que caía del techo. Tomó asiento al lado de su querida Lily-Flor mirándola embelesado, tratando de alejarse del miope, la pelirroja a cada rato se arrimaba un poco aunque obviamente seguida de James. 

No pudiste aguantar las carcajadas cuando te diste cuenta que James tenía un muérdago arriba de su cabeza haciéndolo flotar mediante magia. Al parecer la pelirroja aún no se daba cuenta de esto, y los intentos del miope por besar a su Lily-Flor eran cada vez más evidentes. 

-¡AHHHH!- Gritó Lily cuando James le terminó dando un pequeño beso en la mejilla. Digamos que lo que siguió después fue que la pelirroja también le dio algo al miope en la mejilla...Pero eso si que le dejó una gran marca y un color rojizo. 

-¡Auch! oye, son las tradiciones- Se excusó James señalando el muérdago arriba de su cabeza. Tus carcajadas se hicieron más fuertes cuando Lily lo miró algo avergonzada. Remus y Peter también se reían de su amigo quien tocaba su mejilla adolorida con una sonrisa tonta en el rostro. 

-Yo también quiero- Dijo Sirius con un puchero apareciendo a tu lado. Lo miraste a ver algo asombrada por su repentina aparición mientras tomabas un sorbo de tu chocolate caliente. 

-¿Qué es lo que quieres?- Preguntaste confundida. 

-Mi beso- Respondió señalando el muérdago que mantenía a flote sobre su cabeza. Tus ojos se salieron de sus órbitas y casi casi terminas escupiendo tu bebida en su rostro, si no fuera por Remus que te dio algunas palmadas en la espalda te hubiese ahogado. 

-¡¿Tu qué?!- Dijiste exaltada. 

-Mi beso, dale, dame mi beso- Repitió como niño chiquito comenzando a acercarse a ti. Para tu suerte, una chica que estaba al otro lado de Sirius lo tomó del rostro y le propinó un apasionado beso en los labios. Claro, el chico no se lo esperaba por lo que sus ojos se abrieron como platos.

Pudiste sentir algo muy raro crecer en ti, como si fuego te quemara la garganta y la furia recorriera tus venas con tal velocidad que hasta sentiste hervir tu sangre de la cabeza a los pies al ver como Sirius le correspondía aquel beso. Nunca te había pasado, normalmente sólo rodabas los ojos con fastidio y seguías con tus cosas, pero esta vez fue muy diferente. 

Seguiste con tu desayuno como si nada pero sin poder olvidar aquel suceso.

[...]

-...Campana sobre campaaaana, y sobre campana uuuuuna...- Cantaban los merodeadores irrumpiendo en la tranquila sala común. Lily y tú intercambiaron una mirada interrumpiendo con su interesante lectura, lo que les faltaba. 

La pelirroja cerró de golpe su libro, y muy indignada, subió a su habitación bajo los reproches de James quien le suplicaba que baje. Los chicos habían dejado de cantar por lo que decidiste seguir con tu lectura, además, ¿quién no se resiste a la arrogancia del Señor Darcy? 

Antes de que pudieras abrir tu libro, alguien te lo había quitado de las manos mientras tomaba asiento a tu lado, era Sirius- Dame eso- Le reprochaste estirando el brazo para tomar el libro. Él por supuesto que no dejó que lo tomes ya que lo cambiaba de mano a cada rato haciendo una misión imposible tratar de recuperarlo. 

Sus carcajadas resonaban por toda la sala y llegaban a tus oídos como si fuese una melodía. Intentabas por todas las formas hacer que te devuelva el libro, pero era imposible; Se había levantado de su asiento comenzando a correr por toda la sala común contigo pisándole los talones. 

La persecución duró varios minutos en los que él se burlaba de ti por no ser rápida y tú sólo le gritabas que te devolviera el libro. No fue hasta que te hartaste y terminaste por lanzarte sobre él, Sirius perdió el equilibrio y terminó cayendo contigo encima suyo. 

-¡Ajá! ¡Lo tengo!- Gritaste de júbilo tomando el libro de sus manos. No te habías dado cuenta de la expresión de asombro que tenía en su rostro, mucho menos en la posición en la que estaban. Tal fue tu sorpresa cuando sentiste su mano acariciar tu mejilla.

Tus ojos viajaron inmediatamente a los suyos, que te contemplaban como nunca antes lo habían hecho, mirándote con mucho amor y cariño. Tragaste saliva cuando su mirada bajó a tus labios, por Merlín, sentías que tu corazón comenzaba a palpitar como nunca queriendo salir de tu pecho. 

Comenzó a delinear cada parte de tu rostro, empezando desde tu frente, pasando el dedo por cada ceja y cada párpado, hasta llegar a tu barbilla donde, sin quitar los ojos de tus labios, empezó a delinearlos centímetro a centímetro. 

Algo pasó y su mirada fue directamente a tu cabello, su sonrisa se ensanchó cuando quitó una pequeña hoja de tu cabello y rápidamente subió la vista para toparse con algo que lo dejó asombrado. Confundida, hiciste lo mismo subiendo la mirada por encima de tu cabeza.

-Muérdago- Murmuraste anonadada viendo aquel pequeño ramito de muérdago flotar por tu cabeza. Como si fuera lo que estaba esperando, Sirius tomó tu barbilla y presionó sus labios con los tuyos en un beso dulce y tierno, nada comparado a los besos que se daba con todas sus conquistas.

Sus labios encajaban perfectamente moviéndose al compás de su propio ritmo, parecía que no podía haber nada que los interrumpiera, pero como era obvio, los merodeadores y Lily los espiaban desde detrás del sillón sin dejar de ver la escena. 

-¿Ves? Así estaríamos tú y yo si tan sólo me dejaras darte un beso- Dijo James haciendo que el momento perfecto se interrumpiera por la idiotez de su comentario. 

Sirius Black One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora