No dejes que se vaya 2/2

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La campanilla del restaurante sonó, un chico de cabellos largos y negros entró por la puerta, con su típica chaqueta de cuero y ese aire divertido a su alrededor

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La campanilla del restaurante sonó, un chico de cabellos largos y negros entró por la puerta, con su típica chaqueta de cuero y ese aire divertido a su alrededor.

Había poca gente en el restaurante, lo cual significaba que éste podía ser el día.

Las miradas fueron directamente hacía él, las pocas chicas que se encontraban ahí suspiraron al notar la exuberante belleza del joven, también pensando en lo mucho que les gustaría que aquel les hable o algo por el estilo. Pero no, este no sería su día de suerte, además, el muchacho ya tenía sus ojos puestos en alguien...

Acomodándose la chaqueta y pasando un mano por su cabello dándole ese aspecto rebelde que tanto le gustaba, camino seguro a la barra, exactamente su lugar de siempre, dispuesto a esperar a que aquella muchacha castaña lo atienda.

Comenzó a jugar con sus dedos tamborileándolos sobre la mesa, esperando a que alguien repare en su presencia, cosa que realmente no tenía demasiado sentido debido a que de por sí ya llamaba demasiado la atención. Hubo un gran alboroto en la cocina, chillidos y frases burlonas, claro, además de las estufas trabajando, el hervir del aceite, el repiqueteo del cuchillo al cortar, etcétera.

Tal alboroto llamó la atención de todos los presentes, quienes bastante curiosos estiraron el cuello tratando de ver lo que pasaba. Por pura precaución, Sirius Black se llevó la mano a su bolsillo trasero tomando la varita mágica que traía escondida ahí. Su mente fue en seguida a esos ataques de mortífagos contra muggles, seguidores de aquella figura misteriosa que odiaba a los muggles y los nacidos de muggles por el simple hecho de no tener sangre pura de magos corriendo por sus venas.

Su corazón dio un vuelco cuando las puertas de la cocina se abrieron y salió una muchacha con cara de no querer estar ahí. Varias manos la empujaban y obligaban a salir de la cocina; Viendo que no tendría otra opción, la muchacha se rindió y se disculpó con la mirada al notar las miradas curiosas de los clientes.

Cada quien volvió a lo que estaba haciendo haciendo caso omiso de la chica, que se limpió la manos llenas de harina en el delantal y se sorbió la nariz murmurando algo inentendible.

Soltó un gran suspiró antes de echar a andar exactamente a donde Sirius se encontraba. Retorcía sus manos con nerviosismo conforme se acercaba al muchacho. Se le llamaría mentir si dijesemos que Sirius estaba bien, porque en realidad no lo estaba. Se encontraba nervioso y ni siquiera sabía por qué, pero una pura emoción invadió su cuerpo cuando la chica se colocó detrás de la barra y frente a él.

-Buenos días, lamento mucho la demora...y el escándalo- Dijo la chica comenzando a sacar la libreta de su delantal y su pluma que se encontraba siempre detrás de su oreja.

-No importa- Respondió Sirius con una sonrisa tranquilizadora que hizo sentir a la muchacha más nerviosa.

-Emm...¿Es necesario que te dé el menú?- Preguntó la chica ganándose una risita por parte del pelinegro. Al ir todos los días se le hizo costumbre hacer memoria de cada uno de los platillos.

-No es necesario, _____- Dijo el muchacho- Pediré lo de siempre.

-Claro- Dijo la chica con un leve sonrojo en sus mejillas al escucahr su nombre y apuntando el pedido de Sirius- Vuelvo en un momento- Anunció, para luego darse la vuelta e irse de nuevo a la cocina donde varias manos la empujaron hacia a dentro y los cuchicheos comenzaron.

Sirius no pudo evitar reírse en silencio.

-¿Sabes amigo? Creo que ya has esperado demasiado- Dijo el único mesero del restaurante detrás de la barra preparando un poco de café.

-¿Parezco un acosador, no?- Preguntó Sirius alzando una ceja divertido.

-Si sigues sin invitarla a salir, diría que en realidad estás aquí para asesinarla- Respondió el joven mesero con una sonrisa divertida. Sirius negó con la cabeza divertido, de pronto, una idea cruzó por su cabeza y su rostro se iluminó.

-Por casualidad, ¿sabes...?

-2:30- Lo interrumpió el mesero.

-¿Qué?

-Sale a las dos y media, si es eso lo que ibas a preguntar- Dijo el joven alzando una ceja. Sirius se rascó la nuca algo apenado murmurando un pequeño gracias al mesero, quien después de esa pequeña charla siguió con su trabajo atendiendo a la clientela que se encontraba en las mesas de afuera.

[...]

-Y...Aquí está- Anunció la muchacha llegando donde Sirius con un plato lleno de comida.

-Gracias- Dijo el muchacho mirando fijamente a la chica. Sirius sintió la sensación de varias miradas curiosas sobre él, la castaña exclamó un silencioso "No puede ser" mirando fastidiosamente en dirección a la cocina. Sirius también lo hizo y ahí se dio cuenta del porqué de su sensación.

Casi la mayoría de los meseros que trabajaban ahí se encontraban asomados por las puertas sin dejar de ver a la pareja. 

-Ahh, disculpa por eso- Dijo la chica señalando con la cabeza a sus demás compañeros quienes no pudieron evitar cuchichear y reír- Son algo...metiches.

-Eso veo- Rió Sirius. Un silencio algo incómodo se asentó entre ambos, _____ mantenía sus manos detrás de la espalda balanceándose levemente sobre las puntas de sus pies, Sirius, en cambio, no dejaba de mirarla como si se tratase de una celebridad frente a él.

La chica chasqueó la lengua- Emm será mejor que...vaya- Dijo señalando la puerta de la cocina. Sirius reparó en la presencia del mesero a varios metros de él, quien le hacía señas con la cabeza incitándole a hablarle a la muchacha.

-Ahh...¡Espera!- Exclamó llamando a la muchacha. La chica se dio la vuelta comenzando a caminar de nuevo hacia él.

-¿Si?- Preguntó mirando espectante a Sirius. El chico se había quedado sin palabras, no sabía qué decir o hacer. Respiró hondo y exhaló dejando salir las palabras.

-¿Tegustaríasalirconmigoenunacita?- Dijo rápidamente y sin dejar que la pobre _____ procesara tranquilamente sus palabras. Pudo escuchar el golpe en la frente del mesero y obviamente su bofetada mental. Los compañeros de la muchacha dejaron escapar un jadeo y algunos hasta hicieron un pequeño baile de victoria.

-Lo siento, ¿qué?- Preguntó la chica confundida.

Sirius suspiró- Quería saber si...¿te gustaría salir conmigo?- Repitió en un murmullo que la chica logró escuchar. Las mejillas de _____ tomaron un color rojo brillante, casi tan parecido al cabello de Lily Evans. Sus ojos estaban ligeramente abiertos mientras que sus dientes atrapaban su labio inferior.

-Emm yo...

-Obvio que si quiere- Interrumpió el mesero pasando por donde ellos estaban. _____ lo miró a ver con los ojos muy abiertos como si acabase de decir algo sumamente vergonzozo- Es tímida, pronto te acostumbrarás- Le dijo a Sirius no sin antes darle unas palmaditas en la cabeza a la chica para luego irse.

La chica se encontraba bastante avergonzada y casi con ganas de que el mundo la tragase en ese momento, pero Sirius no podía contener esa sonrisa gigante que decoraba su rostro- Y...¿Entonces? ¿Eso es un sí?- Dijo tratando de no sonar muy emocionado.

La chica lo miró a ver a los ojos por primera vez- Te veo en la puerta a las 2:30- Dijo, para después darse la vuelta con la cara igual de roja que un tomate.

Sirius se contuvo de gritar de euforia, después de todo, si sirvió de algo asistir todos al restaurante.

Sirius Black One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora