Imposible

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Los rayos del sol se colaban por entre las cortinas bañando tu rostro con cálidas sensaciones

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Los rayos del sol se colaban por entre las cortinas bañando tu rostro con cálidas sensaciones. Ni siquiera la luz natural podía quitarle lo excéntrico y frío al ambiente en Grimmauld Place.

Abriste tus ojos acostumbrándote a la luz del sol, después de estirarte y mirar al suelo por varios minutos, decidiste comenzar a vestirte y bajar a desayunar. Ginny y Hermione ya no estaban en la habitación, así que asumiste que tal vez ya se encontraban en la cocina.

Abriste la puerta de la habitación y un frío que heló hasta tus huesos te hizo dudar sobre tu decisión. Echando un último vistazo a tu calientita cama cerraste la puerta tras de ti comenzando a caminar por los psicodélicos pasillos de paredes negras y retratos que te examinaban con la mirada. Tratabas de ser lo más silenciosa posible sabiendo que un paso en falso y los retratos comenzarían a gritar y hacer un escándalo por toda la casa.

Y de por sí ya era difícil mantener callada a la arpía Walburga Black.

Bajando las escaleras de puntitas, llegaste a la cocina donde te encontraste con Molly Weasley quien lavaba los trastes usados y Ginny y Hermione que desayunaban tranquilamente mientras la segunda leía el periódico El Profeta.

-Buenos días- Saludaste tomando asiento en la mesa de la cocina. Molly se sobresaltó un poco y dio media vuelta de inmediato. En su rostro se dibujó una cálida sonrisa.

-¡Oh, veo que hay otra madrugadora!- Exclamó con las manos en jarras. Mediante su varita, colocó frente a ti un plato lleno de comida, un vaso con jugo de calabaza y cubiertos. Tu estómago rugió de hambre y no esperaste más para probar un bocado.

-¿Hay alguna novedad?- Preguntaste mirando a Hermione.

-No, lo de siempre. Más y más mentiras del ministro sobre Quien-tú-sabes- Respondió la castaña pasando otra página del periódico.

-¿Viste si alguno de los chicos se ha despertado?- Preguntó Ginny tomando un sorbo de su jugo de calabaza. Negaste con la cabeza siguiendo con tu propio desayuno.

TOC TOC TOC

Varios golpes en la puerta llamaron su atención. Debía tratarse de uno de los chicos, obviamente se trataría de ellos.

-Buen día- Dijo esa voz, aquella voz que no pensabas escuchar en esos momentos. Decidiste mantenerte con la cabeza enterrada en tu plato siguiendo con tus cosas y tratando de ignorar a Sirius.

Ginny y Hermione respondieron el saludo y seguidamente bajaron la mirada a ti sin evitar sentir una pizca de lástima.

-¡Ah, Sirius! ¿Gustas desayunar?- Preguntó la señora Weasley, quien después de todas aquellas peleas en ma orden, había logrado reconciliarse con el hombre. Sirius asintió mientras comenzaba a acercarse a la mesa.

Tus ojos parecieron como imanes que se dirigieron en seguida hacia el hombre, el gris casi plateado de sus ojos te miraban con algo de culpabilidad, mientras que tus pardos ojos tenían un brillo de melancolía.

Sirius Black One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora