Lago Negro

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-¿Todo bien, Quejicus?- Se escuchó la voz de James por todo el Lago Negro

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-¿Todo bien, Quejicus?- Se escuchó la voz de James por todo el Lago Negro. Lily y tú intercambiaron una rápida mirada antes de sacar los pies del Lago Negro y colocarse los zapatos con gran rapidez. Escuchaste decir a James y a Sirius un hechizo y debido a la lejanía en la que te encontrabas, no llegabas a ver exactamente lo que estaban haciendo esos dos.

Pudiste observar como James y Sirius volteaban de vez en cuando la cabeza a su dirección sin dejar de apuntar a tu mejor amigo con la varita. Había varios estudiantes a su alrededor observando la escena, ya tenías una idea de lo que pasaba, pero sea como sea intentabas apurarte para llegar a tiempo antes de que le sucediera algo terrible a Severus.

Por algo que dijo Sirius, los demás estudiantes a su alrededor comenzaron a reír a carcajada abierta. Lily y tú se apresuraron a correr hacia el alboroto sin dejar de pensar en su amigo.

-Esperen...y verán- Escucharon decir a Severus entrecortadamente- ¡Esperen...y verán!

-¿Qué veremos?- Preguntó ahora Sirius con burla- ¿Qué vas a hacer, Quejicus, limpiarte los mocos en nuestra ropa?

Ya habían llegado Lily y tú hasta donde se armaba el alboroto cuando escucharon un torrente de palabrotas combinadas con maleficios que salieron de la boca de Severus, debido a que su varita se encontraba a tres metros de él, no sucedió nada.

-Vete a lavar esa boca- le espetó James. Lily logró abrirse paso entre las personas contigo varios pasos detrás de ella- ¡Fregotego!

-¡DÉJENLO EN PAZ!- Escuchaste el grito de tu mejor amiga, lograste abrirte paso entre los estudiantes y tomaste lugar junto a Lily observando como a Severus le salían de la boca rosadas burbujas de jabón que le provocaba arcadas y hacía que se atragantara. Abriste los ojos como platos y llevaste las manos a tu boca ahogando un pequeño grito.

-¿Qué tal, Evans?- Saludó James con un tono de voz más agradable. Escuchaste decir algo como eso a Sirius, pero ésta vez, dirigido a ti. Realmente no prestabas atención, sólo podías sentir una tremenda furia por aquellos dos merodeadores y lástima por tu mejor amigo.

Lily volvió a pedir que dejaran en paz a Severus y les preguntó a los muchachos si acaso les había echo algo, éstos, creyéndose superiores, respondieron que su simple existencia se les hacía insoportable. Varios estudiantes rieron, los miraste con incredulidad, ¿qué acaso no tenían más que hacer que observar cómo un chico era maltratado?

-Te crees muy gracioso- Dijiste con frialdad observando a ambos muchachos, sobre todo a Sirius, quien normalmente era el que se encargaba de fastidiarte todos los días pidiéndote una cita con él.

-No son más que sinvergüenzas arrogantes y bravucones. Déjenlo en paz- Espetó Lily sin dejar de fulminar a Potter con la mirada.

-Lo dejaré en paz si sales conmigo, Evans- Replicó James rápidamente- Vamos, sal conmigo y no volveré a apuntarle con la varita a Quejicus- La pelirroja le espetó que jamás saldría con alguien como él, observabas con atención como tu amigo se arrastraba con lentitud hacia su varita sin dejar de escupir espuma de jabón, antes de que pudieras ir a ayudarlo, Sirius te habló con aquel típico tono seductor que usaba siempre.

Sirius Black One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora