~¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?~ S. B
Dale un espacio a la imaginación y disfruta de estas ideas que salen de mi cabeza. Espero sean de su agrado.
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Las juntas de la orden del Fénix habían comenzado desde principios de verano. Todos los integrantes de tu familia (bueno, al menos los que aún seguían viviendo en la Madriguera) se habían quedado en Grimmauld Place, el lugar donde toda la orden se reuniría. A pesar de ser mayor de edad y querer participar en todo lo pudieses, Molly no te dejaba si quiera colocar un pie en la habitación donde se hacían las reuniones. Al principio hacías tus berrinches, junto con los gemelos que también trataban de participar, pero con una simple mirada al estilo 'Molly Weasley' fue suficiente para callarlos a todos y obligarlos a esperar fuera de la cocina.
Mientras esperabas a que las juntas acabasen, te distraías haciendo otras cosas, como por ejemplo ahora, jugando el ajedrez.
-...Dama por caballo E5- Anunció el pequeño ya no tan pequeño pelirrojo haciendo que la reina blanca del tablero vaya en contra del caballo de aquella casilla. Abriste los ojos algo sorprendida por los increíbles movimientos de tu pequeño hermano, realmente había mejorado y todo gracias a tu tutela.
Ahogaste un gritito fingiendo estar ofendida- ¿Te atreves a usar mis propios movimientos contra mi, Ronald Bilius Weasley. Tu divina hermana que te enseñó el arte del ajedrez cuando apenas eras un feto en el vientre de mamá? Deberías tener vergüenza- Dijiste mirando al pelirrojo con los ojos entrecerrados. Ron se veía algo satisfecho por sus destrezas en el juego, pero al ser tú su maestra, conocías los próximos movimientos de tu hermano igual que la palma de tu mano- Lamentablemente, querido Ronald, hubiese sido preferido que no movieses aquella notable pieza...Jaque mate.
Ron te veía bastante sorprendido, con sus ojos muy abiertos igual que dos platos planos y la mandíbula llegándole hasta el suelo- ¿P-pero cómo...?- Balbuceó intercalando la mirada entre el tablero y tú.
-Ronnie, tu dama cubría el paso a mi alfil, por eso perdiste, pero de igual forma, cualquier movimiento que hubieses hecho con cualquiera de tus piezas, yo terminaba ganando. Todo estaba calculado- Explicaste logrando que el chico se golpee la frente por no haberse dado cuenta antes.
-Fui tan tonto- Exclamó en un murmullo para sí mismo.
-Claro que no, has mejorado desde la última vez que jugamos- Dijiste revolviéndole el cabello.
-Pero si eso fue ayer.
-Oh- Realmente no te acordabas de aquello, hiciste un ademán con tu mano restándole importancia- Ya que, ¿mañana otra partida?- Ofreciste haciendo que un brillo malicioso en los ojos de tu hermanito apareciera.
-¿Que tal ahora?- Dijo de pronto Sirius Black recargado desde la puerta de la habitación con los brazos cruzados. Te sorprendiste un poco por su repentina aparición. Sin esperar tu respuesta, con una seña le pidió a Ron que le dejara el asiento libre sentándose frente a ti y comenzando a colocar de nuevo las piezas en su lugar.
-Nunca creí que jugases ajedrez, Sirius- Dijiste asombrada colocando en orden tus piezas.
-Realmente te sorprendería todo lo que sé hacer- Dijo juguetón guiñándote un ojo. Sabías que tus mejillas estaban igual de rojas que tu cabello, agachaste la mirada intentando ocultar tu sonrojo pero sin poder contener esa sonrisa en tu rostro.
